El escenario que se observa en las calles porteñas es prácticamente similar al que puede verse en otras grandes ciudades de América Latina: una legión de repartidores 4.0, en motos o bicicletas, con camperas de diferentes colores y que, celular en mano, entregan desde hamburguesas hasta compras hechas en el supermercado.
La posibilidad de disponer de un servicio de delivery rápido, a un bajo costo y con sólo abrir una app explica el éxito que están teniendo los principales jugadores que operan en este rubro.
Una actividad que no está exenta de polémicas, comenzando por las acusaciones que recaen sobre estas empresas por fomentar una supuesta precarización laboral.
Pero la realidad es que la tendencia no se detiene: en la Argentina, según ya dio cuenta iProUP, hay unos 12.000 repartidores y, de ese total, Rappi es uno de los grandes players, con un share del 40%.
Cabe aclarar que la empresa –fundada en Bogotá en 2015, se convirtió en el segundo "unicornio" de Colombia, al superar una valuación de u$s1.000 millones– ya opera en más de 30 ciudades de siete países de la región.
En un contexto en el que proliferan los "rappitenderos" por todos los rincones de la Ciudad, iProUP elaboró un ranking para establecer qué puesto ocupa la Argentina frente al resto de los mercados, en función del valor de la tarifa de este servicio y ver en qué posición quedó tras el importante salto del billete verde que operó en las últimas semanas en plaza doméstica.
¿Qué indican los números? Que el costo de los servicios que ofrece Rappi en la Argentina figura entre los más baratos de la región, medido en dólares.
Para realizar el comparativo se consideraron dos servicios básicos: un pedido de hamburguesas y un "RappiFavor". Además, se tomó en cuenta el costo de una membresía anual, conocida como Rappi Prime.
Al considerar la tarifa que cobra esta empresa por el envío de una hamburguesa de una de las cadenas más populares a nivel mundial, el costo del delivery en el mercado doméstico es el segundo más bajo del listado de siete países.
En concreto, cuesta $50 que, al tipo de cambio oficial, representa poco más de u$s1. Así, la tarifa en la Argentina está apenas por encima de la de Colombia, donde cuesta menos de u$s0,90.
Sin embargo, está muy lejos de Chile, por ejemplo, donde este mismo servicio cotiza por encima de los 2 dólares y posiciona a ese país en el extremo opuesto del ranking.
A la hora de explicar por qué resulta tan barato este servicio en la plaza doméstica, hay un factor clave y es la devaluación que se registró en los últimos meses.
Cabe destacar que en agosto del año pasado, cuando el dólar promediaba los $30, este mismo servicio cotizaba cerca de $40, de modo que esta tarifa en la Argentina estaba mucho más alineada con el promedio regional.
Sin embargo, como la divisa subió más que el servicio de Rappi (en pesos), esto explica por qué terminó abaratándose en términos de billete verde.
Esto también aplica para algunos de los productos ofrecidos a través de la aplicación:
- Solicitar un combo de una hamburguesa gourmet, con papas y gaseosa, en esa misma cadena, terminará costando el equivalente a u$s10,65 en San Pablo, Brasil )delivery incluido).
- En cambio, realizar el mismo pedido en Buenos Aires sale u$s8,65, casi 20% menos.
En el caso de la alternativa "Rappi Favor", una opción que puede solicitarse para tareas simples, como enviar llaves o buscar un paquete, el servicio local aparece como el más económico entre los 6 de los 7 países en los que lo ofrecen.
En concreto, la tarifa porteña actualmente equivale a casi u$s1,20 y resulta ser la más baja de América Latina. En el extremo opuesto está México, donde hay que pagar un valor cercano a los u$s2,35, prácticamente el doble.
En línea con estas cifras, la membresía anual, conocida como "Rappi Prime" –que bonifica envíos y permite no abonar recargos por pedidos realizados durante la noche o días de lluvia–, también es más económica en la Argentina que en otros países, siempre hablando en términos de dólar.
Un usuario que se suscriba a este servicio anual, deberá abonar por mes unos $99 que, al tipo de cambio oficial, equivalen a poco más de u$s2.
El país que le sigue es Brasil, con un valor superior a los u$s3; mientras que en el extremo opuesto figura Perú, con un costo que llega a los 6 dólares, es decir, tres veces más que la tarifa doméstica, tal como se puede ver en el siguiente gráfico:
Diversificación 4.0
Si bien comenzó como una solución de delivery de comida, la startup colombiana trazó un plan para convertirse en la "superapp" de la economía digital y concentrar diferentes servicios digitales en una única plataforma.
Primero, la posibilidad de solicitar productos a otros locales que no sean gastronómicos, como kioscos, supermercados, tiendas de mascotas, carnicerías, verdulerías y cadenas de farmacias, entre otros. Más tarde, agregó los Rappi Favores.
"Desde nuestro arribo al país, registramos incrementos de 25% mensual en pedidos. El primer año de operación fue disruptivo", expresa a iProUP el gerente general de la firma en la Argentina, Matías Casoy.
La compañía también puso un pie en el segmento fintech con RappiCash. El servicio, lanzado a principios de año en el país, permite comprar billetes (pesos) con la tarjeta de crédito y recibirlos en el domicilio.
También introdujo RappiPay, una billetera virtual para abonar con QR en 400 comercios de Buenos Aires y recibir un regalo a cambio. Por ejemplo, al comprar un café se puede recibir algún producto de pastelería para acompañarlo.
La compañía también explora otro vertical de la economía digital: la movilidad personal. De esta forma, en México se alió con Grin, una app de alquiler de monopatines eléctricos, con la que espera expandirse en la región.
Tal como adelantó en exclusiva iProUP, la empresa ya comenzó su "operativo despliegue" en el barrio porteño de Palermo. El mes pasado, personal comercial de la compañía visitó cafés, restaurantes, librerías, kioscos y oficinas para asociarlos como puntos de retiro y devolución de los rodados.
Sin dudas, el plan más polémico será el relacionado con los servicios de salud. Además del transporte de remedios, que ya está disponible en la Argentina a pesar del reclamo de asociaciones médicas y farmacéuticas, Rappi planea ofrecer el servicio de consultas médicas a domicilio.
Conflicto legal
La llamada "economía de las apps" provocó un cimbronazo los varios países cuya legislación no contempla estas nuevas figuras laborales.
Con el objeto de evitar el pago de cargas patronales, las apps solicitan a los repartidores que estén inscriptos en el Monotributo para facturar por sus servicios. Es decir, un vínculo "comercial", no "laboral".
Para exigir mejores condiciones, en Rappi surgió APP, la Asociación del Personal de Plataformas, que busca la inscripción gremial para representar a los trabajadores del sector por considerar que se desempeñan en una "relación de dependencia encubierta".
Luego de que PedidosYa despidiera a 450 mensajeros que tenía "en blanco", entró en escena la Asociacion Sindical De Motociclistas Mensajeros Y Servicios (ASSIM), un sindicato con fuertes lazos con el líder camionero Hugo Moyano.
Entre los abogados laboralistas, no hay una visión única sobre la legalidad (o no) de estos servicios. Para Solana de Diego, del estudio Julián de Diego y Asociados, "está mal definido todo el entorno del reclamo" de los repartidores.
"Estas plataformas se mueven dentro de un contexto que se llama el 'trabajo colaborativo', en el que la app es una mera intermediaria entre los riders, que son personal autónomo, y los comercios, que a través de estas plataformas vender a una mayor cantidad de clientes", puntualiza.
"Eso no existe en la legislación argentina. Es colaborativo cuando no representa un trabajo normal o habitual y, además, no se realiza para la misma compañía", afirma a iProUP el experto en derecho laboral Juan Carlos Cerutti.
En este sentido, el abogado subraya que "se debe analizar qué hacer con este modelo", porque actualmente "es una relación de trabajo no registrado" y esas compañías "están en fraude con la ley vigente".
De Diego remarca que no se trata de "trabajadores en relación de dependencia sino de autónomos que fijan su propio horario, eligen cuándo conectarse, qué pedido tomar o rechazar y no reciben ningún tipo de sanción disciplinaria". Aunque Cerutti considera que las apps "hacen un control unilateral de la relación, en la que no sólo pueden aceptar o no a los ciclistas, sino también dar por terminado el vínculo".
En lo que sí concuerdan los letrados es en la necesidad de una nueva normativa laboral que reemplace a la actual Ley de Contrato de Trabajo, que data de 1975.
"Es una norma acorde para una época fabril en la que un obrero entraba en una empresa, trabajaba 30 años en un mismo lugar y se jubilaba. Hace falta una legislación que proteja al empleado y tenga en cuenta al empleador", asegura el abogado Juan Martín Gallo.
Planes e inversiones
Lejos de la polémica, el foco de Rappi está en conseguir más inversiones y expandirse en la región. Recientemente, levantó u$s1.000 millones del gigante japonés Softbank. Es decir, el 20% del fondo de u$s5.000 millones que creó el holding nipón para acelerar empresas latinoamericanas con futuro en Wall Street. Esto terminó cotizando a la startup colombiana en u$s3.500 millones.
"Tiene el potencial de expandirse mucho más allá de su negocio actual y convertirse en una de las compañías tecnológicas más importantes de Latinoamérica", afirmó Jeffrey Housenbold, socio gerente de SoftBank Investment Advisers.
De esta manera, mostró que la diversificación, unificación de los servicios de la economía digital y la llegada a más mercados son las piedras basales de su estrategia.
"La visión de SoftBank de acelerar la revolución tecnológica encaja con nuestra misión de mejorar cómo vive la gente a través de los pagos digitales y una superapp para todo lo que necesiten los usuarios", reconoció Sebastian Mejía, cofundador y presidente de Rappi.
En este punto, el ejecutivo remarcó que el foco continuará en "crear innovaciones para los Rappitenderos, restaurantes, minoristas y nuevas start-ups para que se conviertan en nuevas fuentes de crecimiento".
Parte de esas innovaciones podrían crearse en la Argentina. Según Matías Cassoy, número uno de la filial local, durante 2019 van a "incrementar el equipo de desarrollo por lo menos en 50%" en el país.
Los resultados de este índice seguramente alimentarán estos planes. Con el talento "for export" de los profesionales IT argentinos, la amplia adopción de servicios digitales y un tipo de cambio competitivo, las próximas características de la "superapp" podrían delinearse desde el cuartel local de Villa Crespo.