Con Bitcoin tratando de perforar los u$s45.000 y un año muy optimista en cuanto a precios, crecen las consultas dos argentinos que buscan formas de generar sus propias criptomonedas.
En este sentido, la firma local South American Miners (SAM), que acaba de desembarcar también en Paraguay, diseñó un equipamiento para democratizar el acceso a la minería de Bitcoin, con algunas cuestiones particulares.
Minería para todos: cómo funciona
"Cuando nació el mundo Bitcoin se buscaba que los mineros fueran desparramados por el mundo y que todo fuera descentralizado, no que unos pocos tuvieran el poder de emitir esa moneda. Pero eso cambió". Este escenario de concentración lo plantea Facundo Casal, CEO de South American Miners (SAM), casi como una traición a las bases de las criptomonedas.
En este contexto, Casal creó Sammy, un dispositivo de minado "apto para todo público" que buscar aportar a la descentralización de la que habló Satoshi Nakamoto en su white paper.
"Hoy vemos grandes granjas mineras, en una misma locación, con todos sus equipos en una misma red y bajo una misma administración. Sammy, en cambio, puede ser utilizado por cualquier minero entusiasta sin necesidad de contar con un alto presupuesto", señala.
Además, remarca que el dispositivo "opera en total silencio y no requiere mantenimiento constante. Aumenta hasta un 60% la potencia de minado, generando una mayor rentabilidad y es 115 veces más eficiente gracias a su innovador sistema de extracción de temperatura".
La gran novedad es que no se necesita tener una gran granja, sino que se apunta a poder operar a una escala mucho menor, incluso a nivel domiciliario.
"Al principio, Bitcoin se podía minar con una CPU (computadora). Pero eso cambió y los fabricantes de ASIC, que son los mineros más potentes de Bitcoin, se fueron preocupando más por hacerlos más potentes, pero se olvidaron de que la gente normal los pudiera tener en la casa", explica Casal.
En ese sentido, agrega: "Lo que hacemos en SAM es tratar de simplificar la minería de Bitcoin para que pueda llegar a las personas que no tienen los altos conocimientos que tiene una granja de alta tecnología, tratando de hacer sencilla esta actividad o, al menos, que pueda hacerse sin todos los agregados que tiene una granja grande y de forma segura".
El CEO detalla que lo que suele necesitarse es un lugar que cuente con ventilación para extraer el aire caliente e ingresar el frío.
"Eso siempre se hace con aire, lo cual desemboca en el problema del ruido, que hace poco viable tenerlo donde haya un domicilio u otras personas cerca", señala Casal, quien agrega que así "se empieza a reducir mucho quén puede tenerlo o dónde", lo que también atenta contra el concepto de descentralización.
El experto asegura que "Sammy lo que hace es resolver estos problemas: el ruido y la temperatura. Los mineros usan la refrigeración por aire, pero los equipos son cada vez más potentes y generan muchísimo más calor porque demandan mucha más energía para funcionar. Entonces, a la larga, no es perdurable que sigan utilizando refrigeración por aire".
El equipo detrás de South American Miners
En ese sentido, Sammy trae una opción para resolver esos problemas y tener un minero en casa. "Nosotros retiramos los ventiladores que traen y a ese equipo lo metemos boca abajo dentro del Sammy, que es un gabinete que se llena con un líquido hidroeléctrico que no conduce la electricidad, lo que lo hace seguro para poder colocarlos allí", señala.
Además, remarca que "este líquido ingresa por debajo de los mineros y extrae todo el calor del chip para llevárselo hacia arriba. Después, el mismo líquido va decantando y se va yendo del gabinete hacia otro compartimiento en donde nosotros, con agua, retiramos el calor".
Minería para todos: las ventajas del invento argentino
Colocar los dispositivos en el Sammy permite dar más electricidad y, así, lograr una mayor potencia que traen de fábrica. "Cuando comprás los mineros te dicen que te pueden dar 100, por ejemplo, pero los chips son capaces de dar muchísimo más y nosotros lo llevamos hasta 150 o 160", augura.
Desde SAM buscan también darle una plataforma mucho más intuitiva y simple a los usuarios. "Las interfaces gráficas de los mineros son muy complejas. A nosotros nos gustan las computadoras y tampoco nos es fácil entender qué funciones tiene cada minero o encontrar la forma de configurarlo", revela.
Y añade que "hay muchas funciones que no tienen, como un botón de apagado. Está todo muy pensado para grandes granjas y no para usuarios chicos que quieran minar con un solo equipo. Sammy también trae esa solución. Nuestra idea es que interactúen con el dispositivo y que toda la configuración lo haga el Sammy", asegura.
Desde SAM, explican que este equipo "convierte la nueva tecnología bitcoin propia de nicho a una solución apta para todo público, incluso sin saberes técnicos. Entendemos la libertad financiera como un derecho y la adaptación de la población a las nuevas tecnologías como una oportunidad de progreso socioeconómico".
Acceder a Sammy implica un costo mucho menor que el de instalar una gran granja y puede comenzar a minar con una inversión de u$s3.500. Casal plantea que ahora el dispositivo hizo todo más simple pero ahora hay un nuevo desafío.
"Estamos yendo a que esto sea como un smartphone y que sea lo más inteligente posible. Para la mayoría será una locura poder tener un minero en su casa", concluye.