Bitcoin (BTC) crece como una alternativa de ahorro cada vez mayor entre inversores de todo tipo; minoristas, privados y hasta institucionales.
Entre los gobiernos, algunos bancos centrales ya comenzaron a investigar el uso de monedas digitales (CBDC) para su emisión y posterior adopción, como el caso de China con el yuan digital o Brasil, con Drex.
Recientemente, el Comité de Basilea, que establece las normas prudenciales para los bancos centrales, publicó un documento que plantea la posibilidad de que los bancos centrales puedan mantener hasta 2% de su capital en criptomonedas, incluidas las stablecoins.
Se espera que la normativa entre en vigor a partir de enero de 2025, con el objetivo de darle mayor exposición a los criptoactivos y fue incluida en el Marco de Basilea III, tras un período de consultas que se extendió desde 2022.
La finalidad de la norma, que hasta ahora llegaba sólo hasta el 1% del capital, es mantener un límite a la inclusión de los criptoactivos en el sistema bancario, en medio de la creciente adopción cripto global, a pesar de que el Banco de Pagos Internacionales (BIS) considera que las exposiciones directas del sistema bancario a estos activos es baja.
Sin embargo, el BIS busca que el ecosistema posea una sólida regulación global que ofrezca un marco mínimo para entidades bancarias con actividad internacional, a fin de mitigar cualquier tipo de riesgo, dada la volatilidad de este mercado.
Este organismo aconsejó al Comité de Basilea evaluar constantemente los desarrollos de la banca relacionados con los rubros ligados a las criptodivisas, en base al papel que mostraron los bancos como emisores de stablecoins y custodios de criptoactivos en el último tiempo.
De hecho, cada vez más entidades ofrecen a sus clientes productos relacionados con criptomonedas.
Por ejemplo, desde 2020, los bancos estadounidenses tienen autorización para mantener reservas en stablecoins.
Por otra parte, el documento del BIS enfatizó en la creciente regulación que las autoridades aplicaron sobre el sector de las criptomonedas en 2023.
En base a esto, el organismo espera una acentuación de la política regulatoria global sobre el ecosistema cripto en 2024, algo que afectaría a los bancos expuestos a estos activos.
Aunque la norma aprobada por el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS) no contempla la exposición a las monedas digitales del banco central (CBDC), las autoridades planean agregarlsd posteriormente en consideración para su tratamiento.