¿Qué tan eficientes son las criptomonedas para protegerse de la inflación? Es una pregunta que sobrevuela entre aquellos que buscan resguardar ahorros.
Este escenario surge ante nuevos índices de alta inflación en los Estados Unidos, algo que genera dudas sobre la fortaleza del dólar.
En general, las criptomonedas como el Bitcoin (BTC) se promocionaron como una forma de proteger ahorros contra la inflación, ya que no están sujetas al control de los gobiernos ni a la emisión de dinero.
Una de sus virtudes es que ya no se puede emitir, lo que garantiza una estabilidad monetaria.
En la actualidad, la masa circulante es de 18.593 millones de monedas, con un límite de emisión establecido de 21 millones totales. Esta idea tiene, entre otros objetivos, ser inmune a la inflación causada por la emisión excesiva, además de que le brinda a los usuarios e inversores un marco de previsibilidad.
Cuestiones a tener en cuenta
Más allá de la estabilidad señalada, es importante considerar cuestiones como la volatilidad de las criptomonedas, las cuales pueden fluctuar en un corto tiempo.
También es relevante destacar que aún no son de uso popular y masivo, pese a que cada día son más conocidas.
Y finalmente, cabe advertir acerca de su regulación, la cual varía según el país.
Expectativas
Ante el escenario de alta inflación en Estados Unidos, según señala un artículo publicado en la plataforma Libertex, se espera una decisión de la Reserva Federal (el equivalente al Banco Central), que resulta fundamental debido a la posición del dólar como moneda de reserva mundial.
La Reserva Federal tiene varios instrumentos a su disposición para influir en la economía, incluyendo la política monetaria, la cual puede afectar la inflación a través de decisiones sobre tasas de interés y la cantidad de dinero en circulación.
De esta manera, se puede plantear que es real que las criptomonedas pueden desempeñar un papel en la protección contra la inflación, pero también es necesario aclarar que la efectividad puede variar según la economía y su adopción.
*Por José Neider Rodríguez Albacarrín, Analista Senior de Libertex