El FMI arremetió en más de una ocasión contra las criptodivisas. Sin embargo, ve una oportunidad en otra clase de activo digital: las monedas digitales de banco central (CBDC, por sus siglas en inglés). Es decir, la versión virtual de la divisa fiduciaria que, según el propio ente, se presentan como "alternativa a los riesgos que suponen los proyectos privados cripto".
Por lo pronto, la entidad impulsa que los bancos centrales del mundo intensifiquen esfuerzos para sumarse a esta "revolución digital" que implica pasar del dinero físico al virtual.
"Si están bien diseñadas, las CBDC pueden fortalecer la usabilidad, la resiliencia y eficiencia de los sistemas de pago y aumentar la inclusión financiera en América Latina y el Caribe", indican desde el organismo.
CBDC: los motivos del respaldo del FMI
Kristalina Georgieva, directora del FMI, afirma que al menos 130 bancos centrales del mundo están en "fase de experimentación", mientras que diez países, entre ellos China, están en "etapa final". Según Georgieva, se trata de una propuesta global para mejorar la transparencia de las transacciones de activos digitales al registrarse en las estadísticas nacionales.
"La introducción de una CBDC puede mejorar la eficiencia y transparencia en los sistemas financieros, y reduce los costos asociados con la emisión y gestión del efectivo", afirma a iProUP Nicolas Verderosa, abogado y entrepreneur cripto.
"El FMI detectó una oportunidad en las CBDC para promover la inclusión y combatir el lavado de dinero, al proporcionar mayor seguimiento digital de las transacciones", añade. En tanto, Ismael Puccinelli, abogado y analista cripto, es crítico con la postura del organismo, ya que cree que estos activos son "una herramienta estatal de control sobre los ciudadanos".
Once países, entre ellos Canadá, Nigeria, Jamaica y Japón ya lanzaron monedas digitales de bancos centrales, mientras que las pruebas piloto del yuan digital en China ya llegaron a 260 millones de personas en 26 provincias.
Además del gigante asiático, otros países del BRICS, como India y Brasil, planean lanzar sus criptoactivos. En el caso del gigante latinoaméricano, el real digital ya se encuentra en fase de prueba y su banco central espera formalizarlo a mediados de 2024.
CBDC: ¿qué ocurre en la Argentina?
En cuánto a la implementación de un 'peso digital' en Argentina, Verderosa menciona que, el presidente Alberto Fernández firmó el decreto 207/22 que modificó el estatuto de Casa de la Moneda y abrió la puerta para emisión de una CBDC al brindarle las siguientes facultades:
- Realizar actividades relacionadas directa o indirectamente con la evolución de las respectivas tecnologías
- Desarrollar, gestionar y operar software para emitir, renovar, revocar y administrar validaciones y certificaciones digitales
- Efectuar la administración de servicios transaccionales como ejecución de pagos o cobranzas por cuenta y orden de terceros vía dispositivos electrónicos
La Casa de la Moneda fue instruida para evaluar la posibilidad de una CBDC
"La emisión de una CBDC implicaría que el BCRA tenga la facultad de emitir una forma digital del peso que sería como dinero de curso legal", enfatiza Verderosa.
Según el experto, esa divisa virtual "se expandiría a través de canales designados por el BCRA, como bancos comerciales o billeteras digitales. También podría incluir transferencias electrónicas o aplicaciones móviles respaldadas por el banco central".
Puccinelli advierte que el principal escollo del peso digital es el tamaño de la economía informal, ya que "implicaría una herramienta de obstaculización del anonimato que representa el uso de efectivo".
Así, el FMI promueve la generación de una CBDC, pero al mismo tiempo presionó al Gobierno para que desactivara la promoción de criptomonedas como Bitcoin en entidades financieras, que terminó con la marcha atrás de Galicia y Brubank. El organismo busca que los bancos centrales no pierdan soberanía sobre los flujos de dinero.
Peso digital: cómo debería ser
Camilo Jorajuría De León, Vicepresidente de ONG Bitcoin Argentina, advierte a iProUP que un peso digital implicaría "centralizar" todo el control que actualmente poseen el BCRA, la Unidad de Información Financiera (UIF) y la Comisión Nacional de Valores (CNV). En tanto, para Verderosa, hay dos aspectos evaluar:
- "Puede mejorar la eficiencia de los pagos, reducir los costos de transacción y aumentar la inclusión financiera al proporcionar un acceso más amplio"
- "Requeriría trabajar en una infraestructura tecnológica robusta y segura para garantizar la protección de los datos y la ciberseguridad a nivel nacional"
Un peso digital significaría una infraestructura tecnológica que garantice la protección de los datos
En base a esto último, plantea que esto despierta preocupaciones en cuanto a la privacidad y el monitoreo de las transacciones por parte del Gobierno. En tanto, Puccinelli avisa que su implementación y puesta a punto dependerá enormemente de sus características, por ejemplo detalles sobre su desarrollo y potenciales cadenas de bloques de emisión.
"Las monedas digitales potenciarán al mercado criptográfico entero, ya que los ciudadanos tendrán dos opciones: apostar por las CBDC o por divisas descentralizadas. Si reduce el uso del efectivo, el ecosistema cripto se vería fuertemente beneficiado", resume el experto.
En 2017, Argentina pudo tener su divisa virtual, cuando la Fundación Inclusión Productiva presentó al ex vicepresidente del BCRA, Lucas Llach, un proyecto para la creación del 'Peso Argentino Digital (PAD)', consistente en digitalizar el 100% del activo monetario circulante.
En ese entonces, dijo que su adopción permitiría "evitar la evasión de impuestos y aumentar los ingresos fiscales, al suprimir formalmente el papel moneda". Según el exdirector del Nuevo Banco del Chaco y líder del proyecto, Carlos María De los Santos, "la iniciativa posibilitaría la inyección de nuevos recursos al Estado al disminuir la evasión".
Lo más cerca que estuvo la Argentina de tener su propia CBDC fue con el proyecto 'Peso Digital Argentino' (PAD), consistente en digitalizar el 100% del activo monetario circulante
"El PAD aportará una mayor recaudación de impuestos por la evasión actual, estimada en un 30% del PBI, que podrá utilizarse para reparar desigualdades sociales que deja el sistema actual", concluyó.