¿Qué pasa con los activos digitales de una persona al morir? ¿Qué suerte corren las criptomonedas, contraseñas y los aprendizajes más íntimos de un individuo al fallecer? 

Nada se pierde, todo se transforma, postuló el químico Antoine Lavoisier y, sin saberlo, anticipó cómo hoy la tecnología resuelve de forma sencilla problemáticas menos existenciales pero más urgentes.

Son famosos algunos casos de fortunas acuñadas en activos digitales que se esfumaron tras la muerte deltitular, por desconocimiento del entorno o imposibilidad de acreditarlos. También fueron muchas las contraseñas y anécdotas que murieron con sus dueños. Sin embargo, la tecnología brinda herramientas que le dan sobrevida y garantizan la herencia digital.

La vida digital después de la muerte: qué pasa con las criptomonedas

La historia de Gerald Cotten es relativamente conocida: dirigió la plataforma QuadrigaCX, dedicada al intercambio de criptomonedas hasta que en 2018 murió de forma súbita, en la India, en plena luna de miel. Muchos aún dudan si aquella muerte fue parte de una millonaria estafa: u$s190 millones de los usuarios quedaron inacesibles.

Atenta a esta problemática y tras recoger buena parte de estas historias, Jinca.se se presenta como un instrumento que promete sencillez y certeza al momento de recuperar activos digitales tras la muerte del titular.

La aplicación no se propone ser un seguro de vida o una herencia, sino una intermediaria: confirma que el titular de la cuenta sigue vivo mediante la emisión de alertas configurables. Caso contrario, activa un protocolo y traspasa el capital digital a otro usuario previamente identificado.

La plataforma interactúa con las principales cuentas de criptomonedas y permite que su tenedor configure herederos o beneficiarios para que transfiera de manera segura sus activos.

Desde la empresa afirman a iProUP que esta solución surgió del estudio contractual de los términos y condiciones de las criptomonedas, al advertir lo complejo (y hasta imposible) que puede resultar evitar que el capital no se pierda ante la defunción de su titular. 

Sucede que, muchas veces, los allegados desconocen las tenencias o bien no tienen acceso ni tampoco pueden probar montos o movimientos. A través de la configuración que el propio usuario efectúa, la plataforma ofrece una trazabilidad segura de los activos e instruye a las personas designadas para reclamarlos o transferirlos.

La propuesta se ofrece bajo tres modalidades de suscripción:

La vida digital después de la muerte: qué pasa con los recuerdos

Martin Kogan, CEO & fundador de Almaya Life, afirma a iProUP que "su plataforma salvaguarda el vínculo atemporal entre usted y sus seres queridos". Así, la empresa propone "construir legados digitales, guardarlos en un lugar seguro y compartirlos con quien se desee".

Pero, ¿qué es un legado digital? "Funciona como back-up de la mente", define Kogan, y señala que la gente suele guardar copia de sus fotos y archivos del celular y la computadora, pero no de su historia o aprendizajes.

Jinca.se permite configurar una "prueba de vida" y legar los bitcoin a herederos designados

"No lo tienen, no porque no quieran, sino porque no hay forma sencilla de crearlo: Almaya es la herramienta para hacerlo", asegura el CEO de esta aplicación que se instala en el celular y plantea preguntas al usuario para que responda como video-selfie y atribuya destinatarios o "protectores" de esa información.

"Lo interesante es que cuando alguien quiere interactuar con este legado digital lo hace como Alexa, porque puede preguntar y recibir respuestas", explica el fundador. En este caso, la voz que responde es aquella grabada con anterioridad por la persona que optó por crear estos contenidos y accedió a responder la guía de preguntas propuestas por Almaya.

"El objetivo de este legado, obviamente, es hacerlo en vida y compartirlo en familia", confía Kogan sobre la solución introducida en enero 2022 como un producto mínimo viable (MVP) y tuvo un relanzamiento en diciembre de su versión final. Hoy, ya cuenta con 30.000 usuarios únicos y ofrece dos modelos:

"Esto es muy importante porque nuestro modelo de negocios no involucra mostrar publicidad o vender los datos. Nuestros usuarios quieren guardar sus legados en un lugar seguro, libre de anuncios y privado, y por eso pagan", señala Kogan.

Además, advierte que "las plataformas en las que no abona, por lo general, luego venden los datos o les exhibe publicidad, pero no es nuestro caso. La apuesta es a que lo use todo el mundo, no sólo quienes puedan pagarlo. Por eso hay una versión gratuita".

Semanas atrás, Almaya fue galardonada en la edición argentina del Zurich Innovation Championship junto a una decena de startups innovadoras entre más de 70 emprendimientos.

Kogan celebra que su propuesta aliente un nuevo tipo de seguro, aunque más emocional y humano, que va más allá de los productos tradicionales y revela que ya negocian contratos con diferentes compañías internacionales para a incorporarla en sus carteras.

"Hasta ahora, aseguramos casas o autos o contra incendios, accidentes, pero Almaya abre una categoría vinculada a todo lo que una persona aprendió en su vida. Aseguramos las mentes de las personas contra el olvido, que la gente tenga la posibilidad de hacerle preguntas a sus padres o sus abuelos, incluso, varios años después que ya no estén más", remarca.

La vida digital después de la muerte: qué pasa con las contraseñas

Hubo un tiempo en que la gente recordaba números de teléfono y contraseñas más frecuentes, pero eso quedó en el recuerdo. Algo que se complejiza si una persona muere. 

LastPass es un gestor de contraseñas que almacena las claves de forma encriptada y en la nube, con dos modalidades, de persona y empresa, de uso gratuito y restringido, y otras, más robustas individuales y/o grupales bajo suscripción.

"Ponga sus cuentas a disposición del usuario de LastPass que desee de un modo seguro con la ayuda de la función de Acceso de emergencia. Prepárese para el futuro y asegúrese de que nunca se quedará sin acceso a sus cuentas importantes en situaciones imprevistas", confía la propuesta.

Martín Kogan, CEO de Almaya Life

Con más de 33 millones de usuarios y la posibilidad de configurarlo en dispositivos móviles y navegadores, esta herramienta también evangeliza sobre la ciberseguridad.

La única certeza es que la muerte no pregunta, no avisa ni pide permiso. Nadie está exento de su alcance. A eso se suma la necesidad de previsibilidad que, en este caso, las tecnológicas resolvieron al generar herramientas que faciliten la transferencia de activos cripto, pero también mensajes afectivos que permitan lidiar contra el olvido.

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