Miguel Angel Pesce, fue fiinalmente ratificado al frente del Banco Central (BCRA) luego de la reunión con caracter de urgente a la que fue llamado por parte del Gobierno.
El funcionario acudió al encuentro después en un contexto complejo, en el que el dólar blue parece no tener techo.
El lunes 24 de abril, el dólar blue rozó los $468 para la venta y luego se quedó en $462, mientras que este martes la divisa estadounidense en el mercado informal rozó los $497 por unidad.
Pesce es un economista, egresado de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, con una larga experiencia en la gestión pública.
Particularmente en materia financiera, ya que se desempeñó como vicepresidente de la más alta autoridad monetaria durante más de una década e, inclusive, llegó a presidir interinamente el BCRA.
Ocupó interinamente la presidencia del Banco Central entre el 29 de enero y el 3 de febrero de 2010, tras la destitución de Martín Redrado, a raíz del conflicto suscitado por la implementación del Fondo del Bicentenario.
Posteriormente, Pesce fue procesado junto con Cristina y otros funcionarios por la causa de la venta de dólar futuro.
Además de su paso por el BCRA, Pesce fue Síndico General de la Nación, secretario de Hacienda y Finanzas de la Ciudad de Buenos Aires.
En diciembre de 2019 fue designado presidente del Banco Central de la República Argentina por el presidente Alberto Fernancez.
La primera medida de su gestión fue reducir la tasa de referencia del 63% al 58% y, una semana después, del 58% al 55%.
A partir de su designación llevó adelante una baja en las tasas de interés un viraje respecto a la política monetaria del gobierno anterior que había elevado las tasas a un máximo de 74,23% llegando a ser la más alta del mundo y que casi triplicaba la de Venezuela.
El jefe del Palacio de Hacienda insiste en que se mantenga la tasa de interés en niveles positivos para de esta manera retener los depósitos en pesos en el sistema y cumplir a la vez con un criterio fundamental en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La tasa de política monetaria se ubica en 6,5% mensual, por debajo tanto de la inflación registrada en marzo, que fue de 7,7%, como de las proyecciones que las consultoras privadas anticipan para el mes en curso, del orden de 7%.
Por el contrario, Pesce sería partidario no apurarse en la suba de las tasas atendiendo tanto al efecto recesivo de esta medida como a su impacto monetario, sin solucionar el principal problema que es la falta de divisas derivada de la pérdida de exportaciones que provocó la sequía, calculadas en unos u$s20.000 millones.
En el mercado, en tanto, se espera la decisión de la autoridad monetaria en momento que los operadores advierten que, si no se modificara la tasa, la decisión impactaría en las cotizaciones de los dólares alternativo.
Además, en junio del año pasado, el Banco Central anunció un nuevo regimen de informaciónes que limitaba el acceso a dólares hasta el 30 de septiembre para grandes empresas.
A partir de esa fecha las empresas tuvieron un límite y para pagar todo lo que supere en 5% lo importado en 2021 debieron conseguir sus propios dólares mediante financiamiento.
En ese momento, Pesce le echó la culpa de las restricciones al alza de los valores en la importación de energía, cuyos precios se dispararon por la guerra en Ucrania.
"El mes pasado pagamos importaciones por u$s1600 millones y este mes por u$s2000 millones. Esas obligaciones hay que pagarlas al contado y nos está trayendo dificultades en la balanza cambiaria", describió.