Las criptomonedas se convirtieron en una clase de activo muy preciado por sus tenedores desde que estas vieron la luz en 2009 con Bitcoin (BTC).
Son conocidos los casos de usuarios que compraron por mera curiosidad en los apogeos del ecosistema y que ahora embolsaron grandes cantidades de dinero.
Sin embargo, no todos tuvieron la misma suerte, ya que muchos encabezan búsquedas con recompensas millonarias con el objetivo de recuperar las claves de sus cuentas pérdidas.
En este sentido, se dio a conocer una noticia que llama la atención de la comunidad: la cantidad de Bitcoins sin movimiento de los últimos 10 años supera, por primera vez, a la de aquellos que circulan actualmente en los exchanges.
Bitcoin: por qué hay tantos BTC congelados en la última decáda
Así lo reveló la consultora Glassnode, sobre un análisis realizado sobre la red Lightning de Bitcoin.
Sorpresivamente, hasta 2020 la cantidad de BTC en exchanges duplicaba los que se mantenían sin moverse por años.
Pero, a medida que los BTC 'congelados a lo largo del tiempo' aumentaron progresivamente, también disminuyó la cantidad de tokens en las plataformas de intercambio cripto.
La cifra de BTC que no se movió en más de una década ronda las 2.600.000 unidades.
Por su parte, tras alcanzar un récord de más de 3.000.000 unidades en 2019, existen cerca de 2.300.000 de BTC depositados por usuarios en los exchanges, según los datos de Glassnode.
¿Un tercio de los BTC congelados pertenecen a Satoshi Nakamoto?
Entre la inmensa cantidad de unidades de la cripto que no se movieron se encuentran aquellos con supuesta propiedad atribuída a Satoshi Nakamoto, el creador de Bitcoin.
Informes sobre su supuesta actividad minera por el año 2009 hicieron suponer que Nakamoto habría llegado a acumular alrededor de 1.100.000 de BTC en direcciones que jamás volvieron a ser movidas.
Por otro lado, se estima que hay más de 1.500.000 de unidades de la cripto que fueron pérdidas para siempre, dadas a partir de la imposibilidad de recuperar claves por recordación o fallecimiento de los titulares.
El caso más emblemático sobre este último punto es el de Mircea Popescu, uno de los mayores poseedores individuales de Bitcoin a nivel mundial, quién en murió en 2021 en una playa de Costa Rica.
El magnate rumano se llevo consigo las claves para acceder a su fortuna en criptomonedas guardadas, las cuales se estiman que ascendían hasta los u$s2.000 millones. Esa fortuna se perdió para siempre, a menos que alguien logre recuparar la clave de alguna forma.
¿Qué sucede en caso de que fallezca el dueño de los criptoactivos?
De todas formas, es importante saber que si fallece el propietario de los criptoactivos, pueden pasar a ser propiedad de sus herederos, aunque la situación se complicaría en el caso de las billeteras privadas.
"Las cripto que tengan clave o una dirección pueden legarse, es decir, incluirse en un testamento, pero siempre y cuando esos activos permitan transferir la titularidad o recuperarse a partir de las palabras de seguridad", resaltó a iProUP Guillermo Navarro, socio de Bildenlex Abogados y especialista en derecho tecnológico.
En este caso, añade, "se puede designar a una persona para que se ocupe, teniendo en cuenta que esos activos no deben afectar a los otros herederos en base al régimen de sucesiones vigente".
"Los bitcoins pueden dejarse en un testamento, como cualquier otro activo. Si se encuentran en un exchange, la transferencia se ordenará por el juzgado interviniente a través de un oficio judicial que contenga la transcripción del testamento y la orden al respecto", añadió Nicolás Soligo Schuler, doctor en derecho notarial y registral.
En cambio, si se trata de una sucesión común, "con la declaratoria de herederos y orden judicial también se ordena la transferencia. Pero si los bitcoins están en una billetera privada y no en un exchange, el testador tendrá que dejar la contraseña para que el legatario pueda disponer de ellas".
Un caso típico que se suele dar en los exchanges es encomendar la clave privada al albacea testamentario, ejecutor del testamento, para que la entregue en confidencialidad al heredero.