FTX se adhirió a la protección del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de los Estados Unidos para llevar a cabo de manera ordenada el proceso de evaluación y liquidación de activos.
En consecuencia, se desencadenó una nueva crisis en el ecosistema de las criptomonedas, y a su vez, la caída de otras plataformas del mercado.
Paul Krugman, laureado con el Premio Nobel de Economía, es uno de las personalidades de renombre que plasmaron su opinión al respecto.
El estadounidense sostuvo que los problemas de la industria mostraban que debía ser controlada, pero que reglas más estrictas podrían significar que dejara de existir.
"Los eventos recientes han dejado en clara la necesidad de regular las criptomonedas, pero también parece probable que la industria no pueda sobrevivir a la regulación", expresó.
El profesor retirado de la Universidad de Princeton realizó la publicación en una columna del New York Times, bajo el título de "¿Este es el fin de la criptoindustria?".
Paul Krugman hizo énfasis en el nivel de pérdidas del ecosistema cripto durante el año pasado, que llevó a Bitcoin (BTC), la divisa más popular, desde un valor de u$s68.000 a menos de u$s17.000.
Al mismo tiempo, la capitalización del mercado en el sector tuvo una caída de u$s3 billones a unos u$s850.000 millones, cifra que representa un 70%.
El economista también apuntó contra los exchanges de activos digitales como FTX y a los prestamistas.
Sobre estos últimos, Krugman cuestionó el motivo de su existencia, al ser Bitcoin un sistema de pagos entre pares con un sistema descentralizado.
Además, el estadounidense indicó que las empresas de criptomonedas y los bancos tradicionales dependían de la confianza de las personas para depositar su dinero.
Sin embargo, resaltó la regulación del Gobierno en las instituciones financieras convencionales, lo que no se presenta en las inversiones en criptoactivos.
Paul Krugman advirtió que los intercambios de criptomonedas podrían quedar en el olvido si los reguladores no toman medidas relevantes para la industria.
Una de las razones principales es la posibilidad que se generaría para ofrecer ganancias "increíbles" para atraer clientes, según planteó.
Krugman consideró que era difícil ver qué ventaja tendrían estas empresas sobre los bancos ordinarios.
"Incluso si el valor de Bitcoin no llega a cero, hay una sólida evidencia de que la industria de la criptografía, que se avecinaba tan grande hace solo unos meses, se dirige al olvido", explicó.
El economista lleva casi una década criticando a las divisas y tokens digitales, a los que calificó como "inútiles, derrochadores, prácticamente sin valor".