El uso de la tecnología blockchain abarca cada vez más ámbitos de nuestro día a día.
Es una herramienta principalmente asociada a la compra y venta de activos digitales pero, en realidad, sus usos son infinitos y estamos empezando a conocer e implementar algunos.
Blockchain es la herramienta perfecta para demostrar la propiedad de un activo y rastrear su procedencia.
Funciona como una red de computadoras que comparten un libro de transacciones y solo se permite agregar nuevas páginas, lo que hace imposible modificar la información que ya se ha guardado en el historial.
Un NFT o non fungible token (token no fungible) es básicamente un tipo de código que representa algo único, posee una filosofía y tiene características propias que no pueden ser cambiadas por otras.
En muchas ocasiones estos tokens son utilizados como piezas de colección que se registran en la blockchain, para que un video, imagen, película, canción, link o lo que quieras, pueda validarse como "original".
Recientemente conocimos el caso de la compra de tickets aéreos con NFT que comenzó a implementar una empresa de vuelos de cabotaje.
A partir de haber identificado los problemas claves relacionados con la experiencia de compra, cancelación y modificación de pasajes, buscaron la solución a través de estas nuevas herramientas y así surgieron los NFTickets que vienen a modificar la ecuación.
Hasta ahora, cuando se compraba un boleto de avión se seguía la lógica del alquiler: lo comprabamos sí, pero los cambios y devoluciones quedaban a voluntad de la empresa emisora.
Con esta nueva tecnología pasamos de alquilar los pasajes a ser sus dueños y, a partir de esto, podemos hacer con ellos lo que queramos: utilizarlos, revenderlos, modificarlos, regalarlos. Básicamente pasamos de mirar desde la tribuna a jugar el partido.
Hablar de conceptos como la blockchain, los NFT, la Web3 y vincularlos con acciones de la vida cotidiana puede traer muchas dudas sobre cómo utilizar las plataformas, cómo hacerlo de manera segura, etcétera.
Pero la buena noticia es que, en este caso, el proceso es el mismo que cuando compramos un ticket de avión por cualquier página web: se colocan las fechas, destinos, se abona, pero lo que se modifica es el resultado de esa operación.
En vez de recibir un código de confirmación, se nos brinda el ID que identifica el NFT dentro de la blockchain. Ese número válida nuestra compra y cualquier acción que queramos hacer a partir de la misma.
Esto, como todo producto relacionado con la blockchain, modifica el modelo de negocio. Además de mejorar sustancialmente la experiencia del usuario, permite la generación de nuevas fuentes de ingresos ya que, siendo dueños, podemos comprar los tickets y venderlos cuando la demanda y precio sean más altos.
Con los pasajes de avión pero cualquier producto que se ubique en esta nueva lógica se lograría un resultado similar: como son las obras de arte, entradas a eventos y recitales, personajes de videojuegos y hasta los contratos de autos de lujo.
Es esperanzador ser protagonista de esta era donde la tecnología en sí misma deja de ser la novedad y son sus usos e implementaciones los que vienen a modificar -y mejorar- la calidad de vida de las personas.
De camino a la descentralización, hoy el manual lo comenzamos a escribir entre todos.
*Santiago Echazú es cofundador de paisanos.io