La corporación Bank of America realizó un estudio en el que reveló que los millennials destinan más inversiones a los activos alternativos como las criptomonedas, antes que a las acciones tradicionales.
El segundo mayor holding bancario en los Estados Unidos encuestó a 1.052 personas con más de u$3 millones en activos invertibles.
El director de operaciones de banca privada, Jeff Busconi, sostuvo que los miembros de la generación Y no confiaban en los monederos basados en acciones para conseguir un pago de inversión superior al promedio.
Por el contrario, este grupo destinó hasta el 15% de sus monederos a activos digitales, mientras que los de mayor edad lo hicieron en apenas un 2%.
"Hemos tenido una carrera muy fuerte en el mercado de valores durante la última década y ahora estamos viviendo tiempos volátiles", comentó Busconi.
Los millenials se inclinan por las criptomonedas
La revista Forbes, especializada en negocios y finanzas, publicó que entre enero de 2014 y septiembre de 2020, los inversores con una asignación de Bitcoin (BTC) reequilibrada trimestralmente del 2,5% vieron una mejora de casi un 24%.
De todas formas, esto se relacionó con el aumento del precio del BTC de un 2.875%, lo que indica que las carteras tradicionales son ideales para tener rendimientos sustanciales.
En caso de haber agregado Bitcoin en diciembre de 2020, los reingresos de esa apuesta habrían sido prácticamente insignificantes para mediados de este año.
Uno de los posibles impulsores del mayor interés de los millennials es el corredor de bolsa de comisión cero, Robinhood, que durante la pandemia ganó popularidad.
La empresa tuvo una gran actividad con el comercio de valores y criptomonedas basado en fundamentos a lo largo de la cuarentena por el Covid-19.
Según aseguraron, la edad promedio de los inversores es de 32 años, y, a través de la aplicación, acumularon en Bitcoin, Ethereum , Dogecoin y Litecoin.
La influencia de la Reserva Federal
Otro de los factores que ayudaron a un mayor interés de los millennials por las criptomonedas fue el programa de flexibilización cuantitativa que introdujo la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed).
Esta estrategia se usa por los bancos centrales para estimular el crecimiento económico, mediante la compra del banco de valores como bonos del gobierno.
Lo que se generó fue una mayor circulación de dinero en la economía, lo que redujo las tasas de interés.
En consecuencia, se produjo una incitación a los inversores a apostar en activos que suponen mayores rendimientos.
Al no haber anunciado cuándo finalizaba la flexibilización, se vio un aumento de efectivo en manos de los inversores y del mercado de valores.