De una u otra manera, Uber logra ser siempre noticia. Si bien hubo una filtración de miles de documentos internos de la compañía que generó una amplia investigación periodística, ya hubo varios hechos escandalosos previamente en la historia de la empresa de movilidad. Estos son los que tuvieron más repercusión.
Desde el inicio, Uber generó polémica por sus prácticas laborales en todo el mundo.
El gigante estadounidense defiende con vigor el uso del estatuto de trabajador independiente, pero a partir de las decisiones judiciales de varios países se vieron obligados a conceder el estatuto de empleado a sus trabajadores en esos territorios.
En 2021, la justicia británica puso fin a cinco años de juicios y dictaminó que Uber deberá garantizar un salario mínimo y vacaciones remuneradas a sus conductores, algo que nunca había ocurrido previamente.
¿Independientes o asalariados?
Dos meses después, un acuerdo "histórico" permitió a 70.000 chóferes de Uber ser representados por un sindicato.
Poco después, la justicia francesa y neerlandesa considera que los conductores están amparados por un contrato de trabajo.
En 2019, California también considera que los conductores de la compañía son asalariados. Pero en 2020, Uber lanza una contraofensiva mediante la aprobación de un referéndum sobre el estatuto de independiente de los trabajadores.
Sin embargo, un juez considera que el referéndum es inconstitucional y a continuación, Uber presenta un recurso.
En Dinamarca hubo una fuerte regularización fiscal por lo que la plataforma de reservas fue procesada por complicidad en actividades ilegales y debió pagar una multa de u$s3,36 millones en 2020 para evitar un juicio.
Acoso sexual
En 2017, Uber abre una investigación interna tras varias acusaciones de tolerar una cultura sexista y violenta. A partir de esto, su cofundador Travis Kalanick se ve obligado a renunciar por alentar prácticas directivas brutales.
Luego de esto la empresa despidió a 20 trabajadores tras 215 denuncias por comportamientos inapropiados e intimidaciones por parte de empleados de todo el mundo. En India, se despidió a uno de los dirigentes de la compañía luego de que trató de desacreditar el testimonio de una mujer violada por un chófer en 2014.
En 2018, Uber afirma que ya no usa la vía de la mediación en caso de agresión o acoso sexual, que prefería antes de que el caso llegara a los tribunales. El mismo año, una antigua ingeniera presenta una queja en San Francisco después de que la empresa le negara un aumento salarial tras haber denunciado discriminaciones y casos de acoso sexual contra mujeres en la compañía.
Al parecer, esta denuncia se retiró tras un acuerdo confidencial en el que Uber pagó u$s10 millones a varios empleados para evitar acciones legales.
Espionaje industrial
En 2017, la justicia estadounidense investigó sospechas de corrupción en el extranjero y el uso de programas ilegales para espiar la competencia o escapar del control de las autoridades.
Según la fiscalía estadounidense, Uber implementó "una estrategia sofisticada para destruir, esconder, disimular y falsificar registros o documentos con la intención de impedir o interferir en las investigaciones del gobierno".
El antiguo responsable de la "inteligencia" de Uber asegura haber recibido u$s4,5 millones para no criticar a la empresa.
A inicios de 2018, Waymo, filial de Google que desarrolla vehículos autónomos, lo acusa de haber robado secretos tecnológicos sobre el sistema de conducción autónoma. Para resolver la demanda, Uber paga a Waymo 245 millones de dólares.
A su vez, Uber tiene que interrumpir durante varios meses sus pruebas tras la muerte de una mujer atropellada por un coche autónomo de la empresa en Arizona en 2018.
Hackeo de datos
En noviembre de 2017, Uber admitió que los datos de 57 millones de sus usuarios, clientes o chóferes, fueron vulnerados.
La empresa lo sabía desde noviembre de 2016, pero depositó u$s100.000 a los ciberdelincuentes para guardar su silencio.
En 2018, Francia condenó a Uber a una multa de u$s420.000 por haber ocultado ese pirateo.
La empresa también debe pagar dos multas de más de un u$s1 millón, en Países Bajos y Reino Unido, según informó La Nación.