La automatización de determinados procesos legales impulsó la tendencia "legaltech". Cada vez más empresas recurren a este tipo de herramientas para lograr una mayor eficiencia y rentabilidad, además de mejorar la calidad de sus servicios.
Mientras que en 2021 el mercado global de tecnología legal generó unos ingresos de 18.400 millones de dólares, se espera que esta cifra alcance los 25.100 millones en 2025, según Statista.
El concepto "legaltech"(abreviación de "legal technology" o tecnología legal) hace referencia a la adopción de tecnología para mejorar los servicios jurídicos. Esto puede ser muy útil tanto para empresas de servicios legales como para otro tipo de compañías.
Varias investigaciones indican que el asesoramiento legal en línea, los sistemas de gestión de casos o el análisis de documentos con inteligencia artificial ya son comunes en estudios legales y departamentos legales de todo el mundo.
De automatizar contratos a agilizar trámites
Según Jorge Morell Ramos, socio-director de Legaltechies, consultora especializada en transformación digital del sector jurídico, los abogados recurren a varias herramientas "legaltech" que van "desde aquellas para automatizar las plantillas de contratos más comunes a las que garantizan la validez legal de una junta de accionistas realizada online o las que permiten compartir determinados borradores al cliente para saber sus comentarios".
La tecnología también puede aplicarse en el departamento legal o la asesoría jurídica de otro tipo de empresas para agilizar múltiples trámites. Moisés Barrio, director del postgrado en Legal Tech de la Universidad Complutense de Madrid, sostiene que puede usarse "para automatizar contratos, gestionar los procesos de las juntas generales de accionistas, firmar electrónicamente documentos en línea o hacer consultas legales en remoto con tiempos de respuesta muy breves".
Mayor productividad, pero una tecnología no exenta de riesgos
Aplicar herramientas "legaltech" a una empresa conlleva varios beneficios. Especialmente en cuanto al tiempo que se dedica a una labor y los costos que supone. Más allá de este aumento de la productividad, la tecnología también puede servir para superar las barreras de la distancia física y fomentar la inmediatez.
Pese a todas estas ventajas, la falta de asistencia o supervisión humana puede implicar algunos riesgos. Detrás de algunos de estos sistemas, hay algoritmos entrenados con datos que pueden estar condicionados por prejuicios.
El abogado Álvaro Orts Ferrer, director de Orts Consultores, insiste en que "el uso de algoritmos capaces de tomar decisiones con relevancia jurídica debe llevar detrás un proceso de desarrollo del algoritmo con una fase previa de entrenamiento exhaustivo para limitar al máximo la posibilidad de errores".
Una disrupción sin precedentes
La aplicación de este tipo de herramientas en las empresas supuso una de las mayores disrupciones en el trabajo legal de las últimas décadas. Además de que se consigue un acceso ordenado e inmediato a todo tipo de documentación legal, se automatizan procesos, eliminando errores y desplazamientos innecesarios e incrementado la eficiencia en los trabajos.
Entre las empresas que se han subido al carro de la tecnología legal, se pueden encontrar las que se conocen como las "Big 4": Deloitte, PWC, EY y KPMG, o entidades bancarias como BBVA. Algunos organismos públicos en países como España también priorizan la implementación del "legaltech" en sus procesos de trabajo y en la inspección a las empresas y ciudadanos.
La irrupción del "legaltech" recién comienza. La etapa pospandemia supuso un gran empuje para la adopción de tecnología en el sector legal, según Deloitte. Aun así, Guilermo Ramos Blanco y David Ruiz Torres, socios de la firma de abogados White Towers Legal, sostienen que se trata de un sector todavía en una fase muy prematura, absolutamente en auge y con infinidad de posibilidades
"Ya sea para automatizar procesos, la creación de documentos o la gestión de comunicaciones o para llevar a efecto análisis técnicos más complejos, el ahorro de tiempo y de costes y la seguridad que un uso responsable de estas tecnologías puede conllevar es, sin lugar a dudas, un factor diferencial", afirmaron Blanco y Torres en una nota del sitio bbva.com.