La inflación se ha convertido en un tema principal en, prácticamente, todos los países del mundo. En Argentina, estos últimos meses, la suba de precios se ha acelerado considerablemente, a niveles que no son frecuentes, incluso para la economía de nuestro país.
Desde el comienzo del 2022 el Índice de Precios al Consumidor ha reflejado aumentos contundentes, de hecho, a pesar de que el último dato de abril haya mostrado una leve desaceleración respecto a marzo, el mismo fue del 6%, siendo considerablemente elevado. A su vez, la economía del país ya lleva 11 meses consecutivos con una inflación interanual por encima del 50%.
¿Por qué hay inflación en Argentina?
Existen diferentes factores que han generado esta última aceleración en la suba de precios.
En primer lugar, y quizás el motivo más relevante, es el alto nivel de emisión monetaria que hubo durante el año 2020 y 2021, y los elevados niveles de gasto público en el contexto de la pandemia de coronavirus.
Por otra parte, el factor que incidió con bastante fuerza los últimos meses fue el contundente impulso de las materias primas. Esto se produjo luego del inicio del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, que disparó tanto el precio de la energía, como también el de los alimentos. Bajo este panorama, durante los primeros cuatro meses del año la inflación acumulada ya es del 23,1%.
Lo cierto es que aún quedan por delante otros factores que nos hacen considerar que la inflación podría continuar en estos niveles por más tiempo.
El atraso en tarifas y subsidios del transporte ha causado que los precios regulados estén 64 puntos porcentuales por debajo del índice general, generando fuerte presión para las cuentas fiscales. Es por esto que, a medida que se pacten aumentos a raíz del acuerdo con el FMI, seguramente se generará un impacto sobre un índice de inflación que ya está muy elevado. Además, se espera que las tarifas de electricidad aumenten en promedio un 17%, mientras que las de gas un 20% promedio también.
Bajo este escenario, y teniendo en cuenta el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que publicó el Banco Central, se pronostica que la inflación va a ser de un 65,1% en el 2022, dato que representa un aumento de 5,9 puntos porcentuales respecto al último Relevamiento publicado el mes anterior.
Asimismo,con el objetivo de tratar de frenar esta dinámica inflacionaria, el Banco Central decidió aumentar la tasa de interés de referencia (LELIQ) cinco veces en lo que va del año, llevándola de 38% a 49% (TNA).
Alternativas de inversión para ganarle a la inflación
Ante este panorama desafiante, desde el equipo de Research de IOL, hemos armado dos portafolios de renta fija que buscan ganarle a la inflación esperada para los próximos doce meses.
En este sentido, primero consideramos que sería una buena idea buscar posicionarse en una opción de corto plazo, buscando diversificar riesgo con un vencimiento antes del 2024.
De esta manera, sugerimos armar una cartera que tenga un 30% en el bono TX24, y un 70% en el bono TO23. El primero de ellos, es un bono que ajusta capital por CER por lo que se logra el objetivo de poder resguardar valor contra la inflación. Por el momento tiene un rendimiento esperado (TIR) del 60,1% ofreciendo una recompensa mayor que los instrumentos de vencimiento más cortos.
Por su parte, en relación al TO23, creemos que podría ser una buena alternativa ya que paga cupones de tasa fija anual del 16% de manera semestral. Estas tasas generan un pago de cupones elevados, y dada la paridad baja, el bono logra una TIR estimada a vencimiento del 59%. Esta opción, ofrece una gran proporción que vence antes de las elecciones en 2023, sacrificando algo de retorno por menor riesgo teniendo una TIR del 58,7%, situándose igualmente por encima de la inflación de los próximos doce meses.
En cuanto a la segunda opción consiste en posicionarse en dos instrumentos de renta fija que vence en 2024 debido a sus rendimientos más altos.
De esta manera, el bono TX24 y el bono subsoberano a tasa Badlar, BDC 24 son buenas opciones. Esto se debe a que el TX24 muestra buenos rendimientos dada su capacidad de capturar dos años de inflación elevada. En cuanto al otro bono, se trata de un instrumento emitido por la Ciudad de Buenos Aires con vencimiento en marzo del 2024, cuyo rendimiento esperado se sitúa en 59,4%.Esto se debe principalmente a los pagos de cupones trimestrales elevados que pagan Badlar 3,25%, logrando aprovechar de las tasas elevadas.
El beneficio de incluir este bono no solo yace en sus retornos esperados, sino que también se logra diversificar la cartera incorporando un bono emitido por otro ente que no sea el Gobierno Nacional. De esta manera, al incluir el bono Badlar este va a poder captar los aumentos en la tasa a medida que se busque cumplir con el acuerdo del FMI. Así, la cartera obtendría un rendimiento esperado sería de aproximadamente 60%, 4pp. por encima de la inflación estimada por el REM para los próximos doce meses.