El minado de criptomonedas funciona alrededor de un insumo clave: la energía eléctrica, que alimenta a los equipos que "fabrican" las divisas digitales como Bitcoin (BTC) o Ethereum (ETH). Sin embargo, el aumento de los "mineros" pueden generar posible crisis en determinadas regiones de la Argentina.
Walter García, jefe de Usina de la Cooperativa Eléctrica en Río Grande, Tierra del Fuego, alertó que la demanda de las instalaciones se incrementó en 10 megavatios que son consumidos solamente por tres empresas que se dedican a minar BTC en la provincia.
Además, el directivo informó que "tenemos un montón gente que están minando en pequeños residenciales que no están declarados".
"El tema del minado en este momento es una situación crítica por la falta de capacidad de generación que hoy tenemos en la planta, donde no hay un aumento de potencia desde el 2012", agregó García e indicó que el problema se produce al "no poder dar factibilidades de energía mayores a 100 kilovatios".
"Es una conjunción entre el aumento del minado en la zona, que es apta por el tema de la temperatura, y la falta de capacidad de generación que fuimos teniendo hasta el momento. El minado industrial en realidad son empresas que tienen acuerdos grandes ya contratados: son usuarios mayores a 300 kilovatios, que ingresaron al sistema hace 4 años cuando no había restricciones", explicó el experto.
Una planta de electrónica de mediana consume 800 kilovatios, mientras que las grandes demandan 2 o 3 Megavatios, una cantidad inferior a la que necesitan las principales mineras instaladas en Tierra del Fuego, de las cuales dos utilizan 8 megavatios juntas y otra menor de "apenas" un MW.
SAM (South American Miners) es una Start Up argentina centrada en la minería de bitcoins con granjas autónomas refrigeradas a través de un sistema de inmersión líquida.
SAM cuenta con un equipo especializado en la resolución de contingencias, de respuesta rápida, cuidando el capital en sus tiempos muertos.
Cabe destacar que el modelo de negocio de la startup se diferencia del resto de sus pares en que busca obtener el mejor precio final por TH/s de potencia instalada y no realizando una reducción de los costos fijos poniendo en riesgo la seguridad del mismo.
A través de un comunicado de prensa, Martínez destacó: "Desde 1965, el dólar perdió el 98% de su valor. Lo que hoy son 100 dólares, en dos años pueden llegar a ser diez dólares, porque es una moneda que no brinda ningún valor extra".
Y agregó: "En cambio, los bitcoins nos permiten tener ese dinero en movimiento, cambiarlo, intercambiarlo, enviarlo y cada inversor es dueño de su propia billetera virtual, no depende de ninguna entidad para guardar o mover el dinero. Además, de que es simple cuando se necesita transaccionar a la moneda que se quiera".
Por su parte, Casal hizo referencia a las ventajas de invertir en bitcoins y otras criptomonedas.
"Los bitcoins son un bien escaso, están programados desde sus inicios para que así lo sea, es como el oro, entonces invertir en bitcoins es ahorrar en una moneda que siempre incrementará su valor a lo largo de los años, no como el dólar", dijo.
"Los bancos no han podido solucionar el envío de dinero a otro país a un bajo coste, es decir, una persona que vive en Argentina no puede enviar dinero a un familiar en Venezuela de una forma simple, termina pagando un coste de transacción equivalente al dinero que quiere enviar", añadió el emprendedor informático.
"En SAM quisimos tender ese puente para que invertir en criptomonedas en forma segura sea un hecho", concluyó.