A la par del boom de las criptomonedas, los tokens no fungibles (NFT, por sus siglas en inglés) hoy están en boca de todos por los millones de dólares que movilizan.
De esta manera, estos activos generaron un nuevo furor entre coleccionistas asombrados por la posibilidad de contar con piezas únicas e irrepetibles. Las cifras son más que elocuentes: se vendieron más de u$s13.000 millones de estos artículos digitales durante 2021.
Qué es un NFT
Pero, ¿que son los NFT? Las siglas corresponden a "Token No Fungible". Es decir, a diferencia de, por ejemplo las stablecoins, que siempre valen un dólar, cada NFT vale lo que el mercado indique que está dispuesto a pagar.
Por esa razón son "no fungibles". En otras palabras, no es posible intercambiarlos (o gastarlos) por un bien de otra índole y de valor económico equiparable. Por el contrario, los NFT:
- Guardan información en la red (blockchain)
- Representan un bien único e irrepetible (por ejemplo, el primer tuit de Elon Musk)
- Puede ser un archivo digital que contiene un texto original, audio, imágenes o un video
Ignacio Giménez, especialista de Lemon Cash, asegura a iProUP que los NFT son la última tendencia cripto. Los describe como un "activo digital único –del mundo virtual o del físico– con información contenida sobre tecnología blockchain".
En este sentido, Maximiliano Hinz, Latam Operations Director de Binance, detalla a iProUP que es la nueva forma de certificar que alguien es dueño de una obra. "Hasta hoy, la propiedad debía estar inscripta, pero gracias a los NFT podemos respaldar nuestra propiedad de algo", remarca.
Emiliano Limia, Press Officer de Buenbit, asegura a iProUP: "La idea de fungibilidad refiere a que una cosa puede ser replicada, tiene exactamente el mismo valor y la podemos intercambiar. Pero un NFT es totalmente distinto: cada uno tiene características únicas y representa algo diferente".
"Es opuesto al caso del Bitcoin, en el que cada token es igual al otro y valen lo mismo –aporta a iProUP Manuel Beaudroit, CEO de la billetera virtual Belo–, los NTF no pueden ser divididos. Puedo pintar un cuadro y representarlo en un token no fungible, el cual pasa a ser un derivado de esa obra. Y me permite venderlo después".
Matías Bari, cofundador del exchange nacional SatoshiTango, acerca un ejemplo sobre esta tendencia: "Ahora la FIFA puede enviar una entrada para el Mundial y la podés guardar en tu wallet. Sabés que es original. En cambio, si tenías un ticket en formato PDF y alguien lo usaba antes, ya no servía".
"Con los NTF sabés que conservás algo original. Por eso este tipo de aplicación es el futuro. El objetivo por el que fueron creados es para experimentar la 'escasez digital': registrar en redes blockchain un bien que es único y no puede ser reemplazardo", remata Limia.
En base a esto, se destacan algunas propiedades de inversión básica para la mayoría de estos tokens:
NFT: ¿Cómo se crean?
Crear un token no fungible es un proceso relativamente sencillo, especialmente para quienes ya tienen experiencia en la operatoria de criptomonedas:
- Lo primero es decidir qué blockchain se usará, siendo Ethereum lo más popular", aconseja el especialista de Lemon Cash
- Luego, agrega Bari, se debe contar con una billetera cripto que soporte esas redes y contar entre 50 y 100 dólares en ether
- Acceder a una plataforma como OpenSea para elegir el archivo a tokenizar
"Cualquiera lo puede hacer. Uno puede vender hasta los dibujos de su hijo", suma el CEO de Belo, quien agrega que al subir la obra se genera el certificado en la blockchain que se distribuirá entre diferentes servidores. "Así se genera el NFT para poner a la venta. No es para nada complejo. Lo interesante, además, es que el creador recibe casi todo el dinero", remarca.
Limia compara a estas plataformas con "Mercado Libre", por la visibilidad que otorgan a estos tokens no fungibles y la posibilidad de conocer la historia de cada uno antes de comprar. También destaca que su cotización está regida, muchas veces, por factores propios del coleccionismo.
"El usuario puede ingresar en los marketplaces y subir su creación: allí la embeben y la dan la plataforma para comercializarlo. Algunos sitios cobran el desarrollo, otros una comisión o licencia", añade Leo Elduayen, cofundador de Koibanx.
Dónde se compra y se vende un NFT
Actualmente, existen varias plataformas que permiten no sólo la creación de un NFT, sino que también se pueden comercializar. Algunas de ellas son:
- Opensea: es el marketplace de NFT más importante de la actualidad. Permite comprar, vender y subastar obras de arte y coleccionables
- Nifthy Gateways: una de las comunidades más activas de compraventa de arte digital
- Theta: tiene blockchain y moneda digital propia y se presenta como una plataforma que cambiará la forma en que se transmiten videos
- Enjin Coin: integra a los videojuegos en el negocio de los NFT
- Decentraland: ofrece un mundo virtual en el que los usuarios pueden subir sus propios objetos, desarrollar aplicaciones y monetizar sus creaciones
- Flow: creada por los responsables de CriptoKitties, se enfoca en la distribución de juegos, apps, y activos digitales. Tiene como partners a NBA, Ubisoft y Warner Music
- Binance: el gigante de las criptomonedas acaba de lanzar un marketplace para la compraventa de NFT
Cómo ganar plata con un NFT
Hinz puntualiza en que "la forma para ganar dinero con estos tokens es a través de su intercambio, como ocurre con una obra de arte. Si nuestros cuadros tienen un comprador entonces vamos a estar ganando dinero con la comercialización, al igual que con un NFT".
En tanto, Limia afirma: "Más allá del potencial beneficio monetario, ser un early adopter brinda la posibilidad de forjar relaciones directas con los exponentes más importantes de la industria y, por lo tanto, tener acceso a todas las novedades relacionadas: es una gran oportunidad para convertirse en referente o líder de opinión de cara al futuro".
El experto afirma que el deporte también apuesta por los NFT. "Grandes equipos de fútbol se volcaron a esta nueva revolución para producir sus propios coleccionables digitales dedicados a los fanáticos de este deporte", señala. En efecto, hay algunos casos importantes de atletas:
- LeBron James: el basquetbolista de Los Ángeles Lakers recibió 200.000, 125.000 y 80.000 dólares por tokens de videos con sus mejores jugadas
- Diego Maradona y Gimnasia de La Plata, y recientemente Racing, River y Boca ya tienen los propios en la plataforma Sorare
- La tarjeta de Cristiano Ronaldo se vendió por un valor equivalente a u$s2.600 millones en ese marketplace
Edy Weber, CEO de Koibanx, afirma a iProUP que "los artistas pueden tokenizar sus obras, vender los originales y establecer un valor en sus piezas que pueden ser compradas por coleccionistas o inversores que ahora tienen su registro de propiedad". Pero no son los únicos casos:
- La actriz Lindsay Lohan vendió una foto suya por u$s15.000
- Gucci lanzó zapatillas virtuales a u$s12 millones, que pueden usarse en personajes de videojuego
- Jack Dorsey, CEO de Twitter, vendió en u$s2,5 millones el primer mensaje que escribió en la plataforma
En el país ya hay casos de NFT vendidos por miles de dólares. Uno de ellos es el ilustrador José Delbo, que vendió una versión tokenizada de Batman por 302,5 ethers (unos u$s111.000 en ese entonces). Más tarde repitió la operación con Wonder Woman y subastó una serie de NFT basados en este personaje de DC Comics: recaudó u$s1,85 millones.
Respecto al boom local, lo confirma Guillermo Navarro, abogado experto en nuevas tecnologías del estudio Bildenlex, quien revela a iProUP que reciben numerosas consultas de sus clientes sobre cuestiones contractuales del proceso de transformar un activo digital en un token no fungible.
"Las inquietudes más habituales están relacionadas con la propiedad intelectual, o si el vendedor conserva algún derecho o no", detalla. Otros, en cambio, preguntan qué ocurre si modifica una obra, qué derechos transfieren en el NFT y cómo es el caso particular de un remix e imágenes con uso de marcas.
Artistas, deportistas y creadores de contenido hoy encuentran en los NFT una forma redituable de hacer valer sus trabajos y proteger su propiedad intelectual. La economía digital, una vez más, hace pie en un lugar impensado hasta hace algunos años y deja pendiente una incógnita: ¿hasta dónde llegará?