DOGE disparó su volumen de negocio en el segundo semestre del 2021 un 1.250%, según reveló Coinbase y su cotización, que en enero era de unos u$s0,004, alcanzó los u$s0,70 en mayo, lo que significó un despegue del 15.000%.
En cuanto al volumen medio de negociación, la criptomoneda inspirada en un meme se alcanzó los u$s995 millones diarios en el periodo de abril a junio.
Dogecoin no permaneció ajena a la crisis del sector y se precipitó a unos u$s0,18 el viernes pasado.
Jackson Palmer, creador de la criptomoneda que nació como una broma relacionada con un meme y que actualmente se encuentra en el top ten de las que tienen mayor capitalización del mercado, fue lapidario contra estos activos, a los cuales señaló que se nutren, en parte, de la ilegalidad.
En su perfil en la red social Twitter, el experto publicó un extenso hilo donde explica que "después de años de estudiarlo, creo que la criptomoneda es una tecnología hipercapitalista inherentemente de derecha construida principalmente para amplificar la riqueza de sus defensores a través de una combinación de evasión fiscal, supervisión regulatoria disminuida y escasez impuesta artificialmente".
Tras ese lapidario comentario, el creador de DOGE agregó: "a pesar de las afirmaciones de ‘descentralización’, la industria de las criptomonedas está controlada por un poderoso cartel de figuras adineradas que, con el tiempo, han evolucionado para incorporar muchas de las mismas instituciones vinculadas al sistema financiero centralizado existente que supuestamente se propusieron reemplazar".
Además, resaltó que la tecnología de las criptomonedas se nutre, en parte, de la ilegalidad, al beneficiarse de "una red de conexiones comerciales turbias, personas influyentes compradas y medios de pago por juego para perpetuar un embudo de culto de ‘hacerse rico rápidamente’ diseñado para extraer dinero nuevo de los ingenuos y desesperados financieramente".