China quiere convertirse en uno de los países que tenga una moneda digital de banco central fuerte, estable, y que lidere los mercados. Y ha estado trabajando en ello desde hace tiempo, de la manode mayores controles sobre la economía formal, y sobre el ecosistema cripto en general.
A pesar de que las criptomonedas nacieron como un medio de pago libre del escrutinio de las instituciones públicas y se basa en la confianza entre particulares, el gigante asiático no quiere quedarse atrás y ha endurecido el escrutinio sobre esta nueva economía digital.
En septiembre, el Banco Central de China declaraba todas las transacciones hechas con criptomonedas ilegales.
Desde Europa miran con escepticismo los últimos movimientos del Ejecutivo de Xi Jinping, aunque son varios los países occidentales que también han lanzado, o esperan hacerlo, su propia divisa digital parar hacer frente a las criptomonedas de China y Rusia.
"Si se implementa de forma incorrecta, da a un Estado hostil la capacidad de vigilar las transacciones. Les da la capacidad de poder ejercer un control sobre lo que se realiza en esas monedas digitales", decía al respecto Sir Jeremy Fleming, director del departamento de inteligencia del Reino Unido en una entrevista con el Financial Times.
Fleming asegura que las divisas digitales son una gran oportunidad de democratizar los medios de pago, pero que también pueden suponer una amenaza, y se muestra escéptico por lo que puede convertirse en una herramienta para vigilar a los usuarios y ejercer un control sobre las transacciones monetarias mundiales, indicó Business Insider España.
En el Reino Unido ya están desarrollando su propia estrategia cibernética para hacer frente al auge y el importante peso que ha tomado China en la economía mundial. El próximo mes, la agencia de inteligencia británica tiene previsto publicar su plan para contrarrestar las amenazas digitales.
China es ahora el "mayor problema estratégico" al que se enfrenta el Reino Unido, asegura Fleming en la entrevista con el FT, y señala que el país asiático ha aumentado sus operaciones de espionaje además de intensificar sus esfuerzos por ejercer un mayor control sobre la infraestructura digital.
"China va con ventaja... Está invirtiendo mucho, de forma abierta y encubierta, y eso se debe a que está empezando a ejercer una influencia real en la forma en que van a funcionar las reglas del juego en un contexto tecnológico y digital", comentaba Fleming a FT.
Una de las mayores preocupaciones del director de inteligencia británico es la recopilación de otros países de cantidades ingentes de datos provenientes de ciudadanos británicos —en qué se gastan el dinero, dónde trabajan, donde viajan, —, ya que sería "profundamente intrusivo" y podría "erosionar la soberanía", señala.
Según datos del Banco Central de China, alrededor de 140 millones de personas ya utilizan la divisa electrónica.