Amazon Web Services (AWS) es uno de los proveedores de servicios en la nube más populares del planeta y muchas empresas sueñan con imitar sus logros en los rubros en los cuales se desempeñan.
Una de las plataformas que tiene como meta transformarse en un referente al igual que AWS es Coinbase.
"Queremos ser el AWS de las criptomonedas", manifestó Surojit Chatterjee, el director de productos de Coinbase, en una entrevista a Forbes, donde también manifestó que la compañía se encuentra "construyendo todo este conjunto de productos Coinbase Cloud que puedes considerar como servicios de criptocomputación para ayudar a los desarrolladores a crear sus aplicaciones más rápido".
Según datos revelados para el periodo de noviembre 2021, Coinbase Cloud tiene u$s30 mil millones en criptoactivos en stake en su plataforma.
Por su parte Coinbase, una de las plataformas de criptomonedas más populares, tiene más de 73 millones de clientes genuinos, 10.000 organizaciones y 185.000 socios del ecosistema en más de 100 países.
La historia de Brian Armstrong, CEO y fundador de Coinbase
Brian Armstrong no es una de las figuras más conocidas y mediáticas del ambiente tecnológico, pero se transformó es una de las caras más exitosas del Silicon Valley.
Pasó de ser un adolescente amante de la informática hasta entrar al club de los multimillonarios.
Nacido el 25 de enero de 1983 en California, aprendió programación web cuando estaba en la primaria. Se autodefine como un "nerd" y reconoce haber sufrido bullying su paso por la escuela.
Brian Armstrong, CEO de Coinbase
Cuando cursaba el tercer año de la universidad, Armstrong pasó cuatro meses como pasante en IBM en San José. Pero más tarde cofundó UniversityTutor.com, un portal que sigue funcionando y es una especie de Tinder de las clases de apoyo: conecta profesores particulares con alumnos universitarios que necesiten subir sus calificaciones.
En paralelo con este proyecto, Amstrong ingresó a Airbnb.com como ingeniero de software en 2011, pero hubo algo que siempre lo sorprendió: la empresa transfería dinero a los dueños de las propiedades en Latinoamérica, pero sujetas a altas tarifas y demoras.
"Intentábamos enviar dinero a alguien en Uruguay y no sabíamos cuánto aparecería del otro lado. Debíamos buscar una alternativa a las reguladas transacciones de dinero habituales", diría tiempo después.
No fue su único contacto con la región. El emprendedor ya había pasado un año en Argentina luego de graduarse, porque "quería viajar durante un año e intentar trabajar de forma remota, como una aventura. Averiguar qué hacer con mi vida".
"Fue una experiencia interesante ver el sistema financiero en otro país como ese, que había pasado por una hiperinflación", revela. De hecho, lo sorprendía la evolución de los precios.
Coinbase debutó con éxito en la bolsa de Estados Unidos
Los problemas con los pagos en Airbnb lo hicieron remontar a ese tiempo en Buenos Aires y ocurrió la "epifanía criptográfica": crear una empresa que usara esa herramienta, de la que había escuchado en la Navidad de 2010, y fuera creada por un tal Satoshi Nakamoto.
Si bien no había demasiadas compañías que se dedicaran a Bitcoin, comenzó a pensar en formas de aprovechar este mercado potencialmente grande y su espíritu Entrepreneur.
Por ese entonces, Armstrong leyó un folleto sobre estas divisas y compró u$s1.000 a valor de u$s9 por unidad. El precio llegaría a bajar hasta los 2 dólares. Pero siempre mantuvo la fe en la tecnología que lo cambiaría todo.
Trabajó fines de semana sin descanso para programar un sitio web que permitiera adquirir criptomonedas fácilmente en un momento en el que había pocas formas de hacerse de este activo.