En una entrevista que Steve Jobs le brindó al periodista Nick Bilton, de The New York Times en el año 2010 surgió un dato llamativo. Una pregunta fue el disparador para una revelación impensada.
—"Entonces... ¿a tus hijos les debe de encantar el iPad, no?", preguntó Bilton, en el contexto de la reciente aparición en el mercado de la primera Tablet de la compañía.
—"No lo han usado", respondió Steve Jobs, ¿El motivo? "Limitamos la cantidad de tecnología que usan nuestros hijos en casa", explicó.
El dispositivo más anhelado, por los hijos de Jobs
La explicación
"Estoy seguro de que respondí con un grito ahogado y un silencio estupefacto. Había imaginado que la casa de la familia Jobs era como el paraíso de los nerds: que las paredes eran pantallas táctiles gigantes, la mesa del comedor estaba hecha de baldosas de iPads y que los iPods se repartían a los invitados como chocolates en una almohada", narra Bilton en una nota publicada en el año 2014.
"'No', me dijo el Jobs, 'ni de lejos'".
En lugar de eso, cada día Steve Jobs reunía a la familia y "se empeñaba en cenar en la gran mesa larga de su cocina, discutiendo sobre libros e historia y una variedad de cosas. Nadie sacaba nunca un iPad o ni una computadora. Los niños no parecían en absoluto adictos a los dispositivos", explica Walter Isaacson, autor del libro Steve Jobs, una de sus autobiografías más famosas.
Steve Jobs no es el único caso. Aunque pueda parecer contradictorio, otros directivos y empresarios del mundo de la tecnologìa que también aplique esta norma en sus casas de limitar el uso de los dispositivos a sus hijos.
Los hijos de Bill Gates no tuvieron celular hasta los 14 años; a Tim Cook no le gusta que su sobrino use las redes sociales; Evan Williams, fundador de Blogger, Twitter y Medium, sustituye los iPads por cientos de libros físicos para sus hijos; Chris Anderson, director ejecutivo de 3D Robotics y ex editor de Wired, configuró límites de tiempo y controles parentales en todos los dispositivos del hogar.
Steve jobs, el creador de su propio mundo
"Mis hijos (de 6 a 17 años) nos acusan a mí y a mi mujer de ser fascistas y de estar demasiado preocupados por la tecnología, y dicen que ninguno de sus amigos tiene las mismas reglas. Eso es porque hemos visto los peligros de la tecnología de primera mano. Lo he visto en mí mismo, no quiero que les pase a mis hijos", defiende.
Una encuestade 2017 a casi 1.000 padres de Silicon Valley ya revelaba que muchos de ellos estaban preocupados por el impacto de la tecnología en el desarrollo psicológico y social de los niños, mientras que varios estudios y expertos advierten del impacto de un uso excesivo de los dispositivos en los menores, hasta el punto de que podrìan tener un coheficiente más bajo que sus padres.
El documental El dilema de las redes sociales, lanzado en Netflix, advierte también de la posible adicción que puede generar la tecnología, con declaraciones de algunas de las mentes que han estado detrás de su creación estos años: "Hay dos industrias que llaman a sus clientes usuarios: la de las drogas ilegales y la del software", resaltan.
"Las compañías de tecnología son conscientes de que cuanto antes se acostumbra a los niños o adolescentes a su plataforma, más fácil es convertirlo en un hábito de por vida", declara Vijay Koduri, ex trabajador de Google a Business Insider.
Ali Partovi, fundador de iLike y asesor de Facebook, Dropbox y Zappos, remarca la importancia de distinguir entre el tiempo que dedican a "consumir" (ver vídeos en Youtube, jugar a videojuegos) y el que emplean para "crear" en las pantallas.
"Al igual que no se me ocurriría limitar el tiempo que una niña puede pasar con sus pinceles, o tocando el piano, o escribiendo, creo que es absurdo limitar el tiempo que pasa creando con el ordenador, editando vídeos o programando", señala a The New York Times.