El gran dilema entre la economía tradicional y las criptomonedas es entender qué lugar pueden llegar a ocupar cada una en el ecosistema local.
En ese contexto, el ex vicepresidente del Banco Central Lucas Llach le comenta a iProUP que las billeteras como Mercado Libre o Ualá, pueden ayudar a mitigar la inflación.
Lucas Llach
"Al regular las criptomonedas se les puede hacer un gran daño en su interacción con la moneda local. No me parece una buena idea, si las billeteras que te venden criptomonedas, o los bancos no pueden hacer transferencia, por ejemplo, es importante para la adopción de las cripto saber si los Mercado Libre pueden o no tener cripto, que se pueda comprar cripto con las aplicaciones, pero para mí en Argentina está todo teñido por el cepo cambiario. Pero creo que siempre hay que darle a la gente más herramientas y no menos. Lo mejor creo que es la libertad y no poner obstacúlos", remarca.
Consultado por iProUP el economista explica que "la idea de que la tecnología puede ayudar a resolver el problema de la inflación puede ser una variable posible, dado que las criptomonedas son un activo muy utilizado".
Según el Observatorio Economico Latinoamericano las criptomonedas (OBELA) incrementaron su uso en los últimos años.
Asimismo, el economista resalta que la mejor legislación que puede tener las criptomonedas hoy es el "no molestar", es decir, que cuanto más interacciones se pongan en cuanto a legislaciones puede volverse incomodo su utilización.
"Creo que las cripto sirven, pero en cuantos más trabas se pongan peor. Su utilización ayudaría a la digitalización en general pero no veo que sea lo que busque el gobierno actual. En su esencial son descentralizadas pero una posible legislación puede ser una daño para su interacción con la moneda local", menciona.
¿Hacia la masividad?
Instrumentos financieros
OBELA las describe a las criptomonedas como instrumentos financieros basados en la criptografía. Es decir, las técnicas utilizadas para cifrar y descifrar la información mediante algoritmos matemáticos permiten intercambiar mensajes que sólo son leídos por los destinatarios.
Y que proporcionan un servicio de sistema de pago seguro, con la característica de intercambio directo entre pares. "Funciona con un software que conecta un ordenador con otros usuarios, como las redes sociales. Otra característica de las criptomonedas es su naturaleza de código abierto, que permite a los usuarios regular el sistema en lugar de una institución".
Una tendencia que crece
Por esta razón, a nivel mundial, el uso de las criptodivisas va en aumento, y América Latina se suma a la tendencia. En promedio, entre 2017 y 2020, ocupó el 6% del volumen de bitcoins a nivel global; y el porcentaje aumentó en 2021.
"Creo que todo el mercado tradicional, y más las billeteras, eventualmente, van a incorporar cripto. Ojala sea rápido", comenta Llach
En marzo de 2020, tenía una cuota de 15,8%, mientras que los Estados Unidos participaba con el 6% del total global debido, principalmente, a la aprobación de la Ley de Estabilización, que prohíbe el uso de stablecoins excepto las emitidas por los bancos federales, y crea un ancla sólida en la tendencia alcista de las criptodivisas en los Estados Unidos.
Por otra parte, las stablecoins son tokens (fichas) asociados al valor de una moneda fiduciaria (como el dólar o el euro), a activos tangibles como el oro o los bienes inmuebles, o a otra criptodivisa. También hay "starcoins" no asociados a ninguna otra moneda, pero controlados por algoritmos para mantener un precio estable.
Según coin.dance, para abril de 2021, los países latinoamericanos con mayor volumen de criptodivisas son Colombia, con el 45% de la región; seguido de Perú con el 13%; Chile con el 12%; México con el 11%; y Brasil con el 11%.
Al ser el bitcoin un instrumento que depende de las expectativas sobre su demanda y aceptación en el mercado, es actualmente uno de los instrumentos más volátiles.
Hay un movimiento constante de bitcoins en América Latina cuando se compara el promedio con los datos actuales. En este sentido, la volatilidad genera un problema a la hora de analizar este mercado sin una explicación consensuada. Los datos para obtener el promedio de los países provienen del lapso comprendido entre 2013 hasta abril de 2021.