Según un estudio hecho por la Bolsa de Comercio de Córdoba, el aumento en los costos laborales que supondría una reducción de las horas trabajadas en realidad perjudicaría a la creación de empleo y, por ende, a los trabajadores.
Debate abierto
El debate sobre la reducción de la jornada laboral con los mismos sueldos ya se dio en varios países y en la Argentina tiene varios detractores y partidarios. Esta estrategia ya se probó en pequeña escala en países como Islandia, Japón o España.
En el país, marcan el paso dos proyectos del oficialismo que fueron presentados en el Congreso: el del diputado sindicalista Hugo Yasky, que propone reducir las horas semanales legales de trabajo de 48 a 40, y el de la legisladora del Frente de Todos, Claudia Ormaechea, quién espera lograr un tope de 6 horas diarias y 36 semanales.
El debate se reinició cuando se revelaron los resultados de un estudio hecho en Islandia desde el 2015 al 2019. El experimento llevó a que 2500 empleados públicos trabajen entre 35 y 36 horas por semana, en lugar de las 40 que les correspondía anteriormente.
Los resultados indicaron que la jornada laboral reducida con el mismo salario mejoró el bienestar de las trabajadores y mantuvo su productividad. Estos datos se suman a una serie de estudios que han surgido en los últimos años los cuales indican que este modelo puede traer beneficios para todas las partes.
Los resultados indicaron que la jornada laboral reducida con el mismo salario mejoró el bienestar de las trabajadores y mantuvo su productividad
Sin embargo, las condiciones laborales de la Argentina son muy distintas a los países del primer mundo en los que se probó esta forma de trabajo. Teniendo una inflación anual que ronda el 50%, siempre dejando atrás los aumentos salariales, la crisis económica golpea a toda la nación, con especial énfasis en los más vulnerables.
En este contexto, la creación de empleo en las empresas vió una enorme caída y todavía no se recuperaron los niveles pre pandemia, es por esto que la prioridad de los empresarios y del Gobierno es la estabilidad laboral con un marco regulatorio que permita corregir este déficit.
En relación a esto, la Bolsa de Comercio de Córdoba (BCC) redactó un informe en el que se habla del tema y critica los proyectos que el oficialismo presentó en el Congreso indicando que "argumentan incorrectamente" que la jornada laboral en el país es de las más extensas de la región y que una reducción de esta puede aumentar la productividad.
El informe destaca que "según los datos oficiales de este año, la jornada laboral efectiva promedio es de 36 horas semanales entre asalariados formales del sector privado y sólo el 25% de esas personas trabaja al menos 48 horas. Argentina es el segundo país del continente con menos horas trabajadas, detrás de Uruguay".
En este contexto, los autores aseguran que en la Argentina es poco el tiempo trabajado considerando nuestro nivel de desarrollo ya que otros países con un PBI similar tienen jornadas que se extienden lo mismo o más que lo establecido en la legislación laboral argentina, es decir, 48 horas semanales.
El informe considera que "los países que bajaron las horas trabajadas lo hicieron luego de haberse desarrollado, con crecimiento económico y de la productividad sostenidos", teniendo en cuenta que estas condiciones no se dan en Argentina.
Efecto negativo
Según el estudio una reducción laboral en la que se mantenga el mismo salario, terminaría afectando el monto final en los bolsillos de un 42% de los trabajadores si se rebaja la jornada a 40 horas y un 64% si ese número se reduce a 36 horas por semana.
La reducción de las horas de trabajo es un debate que se da en todo el mundo
La razón es que los costos laborales aumentarían: "Para un trabajador contratado por 48 horas que pasara a tener una jornada legal de 36 horas, el costo laboral por hora aumentaría 33,3% por la nueva jornada legal y 50% si se mantuviera la jornada efectiva y se pagaran horas extra", indica el informe.
Así, si se considera el costo laboral por hora por la reducción de la jornada laboral este aumentaría alrededor del 10% en términos agregados, lo que dificulta ampliamente "lograr un aumento en la productividad para compensar tal aumento de costos".
Ante esto, el informe concluye que, al aumentar el costo laboral por hora, "los incentivos a mantener empleos y generar trabajo serán menores", se contratará con salarios más bajos de entrada y ciertos empleadores podrían volcarse a la informalidad, según informó el sitio Infonegocios.