Con "un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad", Neil Armstrong estaba poniendo en palabras el sueño y expectativas de millones de personas en la Tierra mientras pisaba la luna. Más de 50 años después, el cambio de club del mejor futbolista del mundo genera una explosión de consecuencias gigantescas.
Está bien, es claro que no fue un "pase pequeño". Pero sí fue una decisión que sin duda ya está teniendo y tendrá implicancias mucho más grandes que el hecho en sí.
Y es que al igual que sobre Armstrong hace cuatro décadas, sobre Lionel Messi hoy se depositan los sueños y expectativas de millones de personas en la Tierra. Solo que, a diferencia de entonces, directores de clubes, empresarios y hasta jeques árabes encontraron la manera de monetizar toda esa pasión.
Se estima que el Barcelona perderá alrededor de 137 millones de euros sin Messi y su valor en mercado caerá alrededor de un 11%. El fisco catalán perderá unos 300 millones de euros anuales con la partida de su habitante más famoso.
Mientras tanto, se calcula que el Paris Saint Germain (o PSG), que viene de perder 124 millones de euros en recaudación por la prohibición de público en los estadios por la pandemia, ganará, con la llegada del rosarino, 250 millones de euros en un año solo en venta de entradas. Sin contar merchandising, derechos televisivos, etc, etc, etc.
Por supuesto, en el mundo de las criptomonedas también tuvo impacto. Hace un tiempo, clubes de fútbol (entre ellos, el Barcelona y el PSG) encontraron en este mercado la receta para atacar dos problemas al mismo tiempo: generar ingresos y acercar más el club a los fanáticos, lo que durante la pandemia tomó una mayor importancia.
Así nacieron los "Fan Token", que para los clubes representan un fortalecimiento de sus economías, y para los fanáticos la posibilidad de participar en decisiones, acceder a descuentos exclusivos, vivir experiencias con las estrellas de los equipos, elegir el diseño del brazalete del capitán o lo que la imaginación de quienes están a cargo de esta estrategia generen. Los Fan Tokens tienen un valor y pueden ser intercambiados como cualquier otra cripto.
El pase de Messi del Barcelona al PSG generó que el Fan Token del primero cayera un 4% con el impacto inicial de la noticia de la partida, mientras que el del segundo, ante el solo rumor de que se quedaría con la estrella subió de u$s22 a u$s39. Si antes los fanáticos de un club querían su camiseta, ahora también quieren sus Fan Tokens.
Fue una respuesta directa, inmediata, concreta y medible a la decisión tomada por los dirigentes de ambos clubes. No apoyaron la decisión del Barca, sí aplaudieron la del PSG. El dirigente que tomó una decisión muy cuestionada argumentando no querer endeudarse más, perdió dinero. El club que se endeudó más para conseguir lo que el otro dejaba, ganó.
Y me pregunto, ¿podemos imaginar que el pase de Messi sea el acontecimiento que dé inicio a una era en la que, a través de los Fan Token, los fanáticos aprueben o desaprueben las decisiones de los dirigentes de los clubes? No una potencial respuesta futura en elecciones, o en compras de entradas o de camisetas. Sino una respuesta con un efecto económico inmediato.
¿Podría este escenario llevar a un modelo de descentralización de dirigencia de los clubes? ¿Un modelo en el que los fanáticos tengan un peso real en las decisiones que se tomen? ¿Podría ser que ese "pequeño paso" de Messi signifique un cambio rotundo de paradigma? ¿Podemos soñar?
*Maximiliano Hinz es Latam Operations Director de Binance