Las criptomonedas se consolidad cada vez más como uno de los activos preferidos por los consumidores. Ya sea por su facilidad en la adquisición como por su naturaleza descentralizada.
En el transcurso de la semana, Bitcoin (BTC), la criptodivisa más importante y significativa, rompió la barrera de los u$s 55.000 por unidad y generó el entusiasmo entre los inversores más avanzados, pero también, entre aquellos que realizan sus primeros pasos.
"Las criptomonedas llamaron muchísimo la atención por la facilidad a la hora de adquirirlas –con un gran trabajo de todos los exchanges locales en la Argentina–. Sin lugar a dudas, el crecimiento del BTC (Bitcoin) y ETH (Ethereum) en precio ha sido también un factor clave para que esta opción se viralice aún más", señala Federico Golberg, CEO de Tienda Dólar.
El ejecutivo asegura que para los argentinos lo que rompió el molde fueron las criptomonedas estables, es decir aquellas que tienen paridad con el dólar (USD), entre las cuales las más populares son DAI, USDC y USDT.
USDT y USDC son stablecoins centralizadas, es decir que, en teoría, por cada criptomoneda emitida hay un dólar en el banco de quien la emite; mientras que DAI es descentralizada, donde el colateral (backeo) es otra criptomoneda –en su mayoría es ETH– a 150%, es decir que por cada DAI hay u$s1,5 en ethers, y no hay una empresa que regule su emisión, sino que es un contrato inteligente.
"Además de cumplir con el rol de reemplazar en cierto punto la compra de dólares, aquellos que indagaron más profundamente, han descubierto un universo maravilloso de protocolos descentralizados donde pueden invertir esas monedas estables y ganar un interés diario muy similar al que estamos acostumbrados en el mercado financiero tradicional", destaca Goldberg.
En 2010, dos años después de que Satoshi Nakamoto iniciara su proyecto Bitcoin, las monedas digitales se utilizaron por primera vez para realizar una transacción comercial: se compraron dos pizzas en Jacksonville (Florida, Estados Unidos).
El Índice de Nuevos Pagos de Mastercard, publicado en mayo de este año, realizado en 18 mercados de todo el mundo, muestra que el 93% de las personas considerará utilizar al menos un método de pago emergente, como las criptomonedas, tecnología sin contacto o código QR, en el próximo año.
En concreto, el 40% dice que planea utilizar criptodivisas en el próximo año. Y el interés crece aún más entre los millennials: 67% de los encuestados en esa franja etárea puntualizó que está más abierto a usar criptomonedas que hace un año.
"En el caso particular de Tienda Dólar, si bien no lo habíamos pensado en una primera instancia, vemos como cada vez se demandan más los códigos QR de nuestra billetera cripto para aceptar pagos por el servicio/producto prestado. Podemos mencionar como ejemplo el caso de una peluquería de Mar del Plata, cuyo propietario comenzó comprando criptomonedas para ahorro personal y la experiencia le fue tan satisfactoria que decidió aceptar pagos en cripto en su comercio", enfatizó.
Para Goldberg, efectivamente, las criptomonedas llegaron para quedarse y convivir con el mundo financiero y de procesamiento de pagos tradicional, ya que su inmediatez y comodidad resuelven problemas cotidianos.
"Seguramente, en un futuro próximo, vamos a ver un crecimiento significativo en la implementación de criptomonedas, abarcando una mayor cantidad de industrias", destaca.
Y completa: "Esto no significa que los sistemas tradicionales no sirvan, sino que serán un grandioso complemento para optimizar y eficientizar los sistemas, volviéndose seguramente más económicos, beneficiando de esta manera al eslabón más importante, nosotros, los usuarios".