Anthony Di Iorio, cofundador de Ethereum, acaba de anunciar que venderá su empresa y abandonará por completo el mundo de las criptomonedas, por motivos de seguridad personal. De esta manera, el magnate venderá su 'startup' digital Decentral.
Uno de los motivo que comentó Di Iorio fue que no se siente "realmente seguro en este espacio", y que el mundo de las criptomonedas tiene "un perfil de riesgo" que no le "entusiasma demasiado". "Si me concentrara en problemas más grandes, creo que estaría más seguro", dijo.
Di Iorio planea centrarse en la filantropía y otras empresas no relacionadas con los criptoactivos. El empresario espera vender la compañía por dinero fiduciario o acciones pero no en criptomonedas.
"Quiero diversificarme para no ser un tipo que se dedica a la criptografía, sino un tipo que aborde problemas complejos", detalló el empresario. Di Iorio emfatizó que incorporará criptomonedas "cuando sea necesario", pero aseguró que "muchas veces no lo es". "Es realmente un pequeño porcentaje de lo que el mundo necesita", comentó.
Di Iorio ya está buscando posibles compradores y ha hablado con un par de potenciales inversores. Se trata de una compañía fabricante de Jaxx, una billetera de activos digitales que atrajo alrededor de un millón de clientes durante este último año. Decentral es un centro de innovación y una empresa de desarrollo de software con sede en Toronto centrada en tecnologías descentralizadas.
El inicio
Vitalik Buterin es uno de los principales creadores de la red Ethereum pero su impulso llegó cuando se asocio con Di Iorio, La génesis de Ethereum tuvo lugar en la conferencia Bitcoin North America en Miami (enero 2014). El empresario Anthony Di Iorio, también de Toronto, y otros hombres de negocios alquilaron una casa y ultimaron con el niño genio los detalles de la nueva red, además de aportar capital.
La cumbre determinó reunirse posteriormente en Zug, Suiza, país en el que se radicaría la empresa. Pero Vitalik les comunicó una sopresa: Ethereum sería un proyecto sin fines de lucro. Charles Hoskinson, uno de los fundadores originales, inmediatamente dejó la causa. Así se creó la empresa Ethereum Switzerland GmbH y la Fundación Ethereum.
El proyecto se enfocó en crear una red que permita no sólo ser transaccional sino también programable, dando lugar a la idea de contratos inteligentes: es decir, piezas de software que ejecutan acciones cuando ocurren ciertos sucesos, encargándose que las condiciones se cumplan de manera automática.
Esto preparó el camino para los "protocolos" DEFI. Es decir, algoritmos que posibilitan montar sobre la red de Ethereum distintos servicios financieros: préstamos, fondos de inversión, trading de activos, loterías de ahorro, comercialización de coleccionables virtuales.
En definitiva, Ethereum permite desarrollar casi cualquier servicio, sin más reguladores que su propia red y evitando los intermediarios, pues los activos van y vienen, de forma automatizada, entre los miembros de la propia comunidad, de manera inescrutable gracias a propia infraestructura de la red y con la seguridad de la criptografía.
El proyecto no para de crecer. De hecho, se convirtió en poco tiempo en la segunda moneda digital con mayor capitalización de mercado, luego de Bitcoin, ubicación que aún posee: u$s367.000 millones de circulante, contra los más de u$s1.000.000 millones de la divisa líder.