Jackson Palmer, creador de Dogecoin (DOGE), la criptomoneda que nació como una broma relacionada con un meme y que actualmente se encuentra en el top ten de las que tienen mayor capitalización del mercado, fue lapidario contra estos activos, a los cuales señaló que se nutren, en parte, de la ilegalidad.
En su perfil en la red social Twitter, el experto publicó un extenso hilo donde explica que "después de años de estudiarlo, creo que la criptomoneda es una tecnología hipercapitalista inherentemente de derecha construida principalmente para amplificar la riqueza de sus defensores a través de una combinación de evasión fiscal, supervisión regulatoria disminuida y escasez impuesta artificialmente".
Tras ese lapidario comentario, el creador de DOGE agregó: "a pesar de las afirmaciones de ‘descentralización’, la industria de las criptomonedas está controlada por un poderoso cartel de figuras adineradas que, con el tiempo, han evolucionado para incorporar muchas de las mismas instituciones vinculadas al sistema financiero centralizado existente que supuestamente se propusieron reemplazar".
Además, afirmó que la tecnología de las criptomonedas se nutre, en parte, de la ilegalidad, al beneficiarse de "una red de conexiones comerciales turbias, personas influyentes compradas y medios de pago por juego para perpetuar un embudo de culto de ‘hacerse rico rápidamente’ diseñado para extraer dinero nuevo de los ingenuos y desesperados financieramente".
"La criptomoneda es como tomar las peores partes del sistema capitalista actual (por ejemplo, corrupción, fraude, desigualdad) y usar software para limitar técnicamente el uso de intervenciones (por ejemplo, auditorías, regulación, impuestos) que sirven como protecciones o redes de seguridad para la persona promedio", disparó.
Jackson Palmer abandonó el mundo cripto en 2015 porque, según explicó en ese momento, "el concepto ya no se adecuaba a sus valores".
"A menudo me preguntan si ‘regresaré a las criptomonedas’ o comenzaré a compartir mis pensamientos sobre el tema nuevamente. Mi respuesta es un ‘no’ de todo corazón, pero para evitar repetirme, creo que podría valer la pena explicar brevemente por qué aquí", sentenció.
En 2013, con apenas dos semanas de vida, el 6% de la cantidad total de 100 millones de DOGE ya habían sido minados.
Atravesó un periodo muy fértil cuando Elon Musk, el multimillonario CEO de Tesla y SpaceX, la impulsó al aceptarla como medio de pago para su compañía de automóviles eléctricos.