El Bitcoin (BTC) sufre días de fuerte volatilidad y tendencia bajista que rompieron su soporte de u$s30.000 por unidad, y llegar hasta un piso de u$s28.900, un valor que la criptomoneda no tocaba desde el 30 de diciembre de 2020.
De todas formas, luego de que el pánico vendedor se aceleró antes de la apertura de Wall Street, las compras llevaron a la criptodivisa a remontar hasta los u$s33.000 por unidad poco antes del cierre de la bolsa de la sesión estadounidense, en un contexto de puja entre intercambios largos y cortos en la más operada de las monedas cripto.
Al respecto, Naeem Aslam, jefe de análisis del bróker AvaTrade, destacó: "El bitcoin ha violado un importante nivel de soporte y es probable que veamos más pánico en el mercado ya que los inversores pensarán que puede ser el fin".
Asimismo, avisó que los inversores "deberían recordar que estamos ante un tipo de activo que ha luchado muchas veces contra opiniones pesimistas similares".
La oleada de ventas en el ecosistema de comienzos de semana se debe a las mayores regulaciones de China a las empresas que trabajan con criptoactivos. Aquello repercutió indefectiblemente en el precio de BTC mientras los gráficos confirman una señal técnica que preocupa a los inversores, conocida como ‘cruz de la muerte’, indicador que marca un cambio de tendencia de precios alcistas a bajistas y se define por un cruce del precio promedio móvil de 50 días por debajo del de 200 días.
La caída de Bitcoin desató una oleada de ventas de la misma en el ecosistema
Múltiples analistas anticiparon que la moneda digital, en medio de una caída que viene desde abril que le hizo perder un 40% desde entonces hasta la fecha, formaría el sombrío patrón.
Sin embargo, hay razones para creer que la formación esta vez podría no ser una señal bajista, dado que la media móvil de 200 días sigue subiendo, de acuerdo a Matt Maley, estratega jefe de mercado de Miller Tabak + Co. "Cuando empiece a descender, eso será más convincente", agregó.
De hecho, la última vez que el criptoactivo marcó esta señal técnica, en marzo de 2020, no demostró ser un impedimento para las ganancias, ya que dio comienzo un rally que acabó dando forma a un 'cruce dorado', es decir, el patrón inviertido.
"La venta actual podría ser la oportunidad para muchos inversores de cargar su cartera con bitcoins que se están vendiendo con un gran descuento", remarcó Aslam por su parte. Y reconoció que "aunque, es cierto que pueden producirse más ventas y nadie sabe realmente dónde estará el fondo exacto", pero "por ahora, una cosa es segura, que no es el momento de vender bitcoins".
Bitcoin rompió la barrera de los u$s30.000, pero se recuperó y ahora se sitúa en torno a los u$s32.000
China, que representa más de la mitad de la producción mundial de bitcoines, intensifica su campaña contra la minería y el comercio de criptomonedas. La protección de los inversores y el lavado de dinero son preocupaciones particulares de los reguladores financieros.
Este jueves, los mineros en Ya'an, uno de los principales centros de minería de criptomonedas en la provincia china de Sichuan, recibieron un aviso de inspección que requería cierres. Mongolia Interior, Xinjiang y Qinghai anteriormente ordenaron el cierre de las operaciones mineras.
Al mismo tiempo, frente al creciente compromiso de la comunidad internacional respecto a la protección del medioambiente, surgieron preocupaciones de que la producción de la criptomoneda tiene un gran impacto negativo sobre los esfuerzos por prevenir el cambio climático.
La actual forma de minería de bitcoin es una de las claves en su contra
Por ejemplo, el multimillonario y filántropo Bill Gates sostuvo en marzo del 2021 que "el bitcoin usa más electricidad por transacción que cualquier otro método conocido por la humanidad", además de señalar que "no es una gran cosa climática".
A su vez, el director ejecutivo de Twitter, Jack Dorsey, prometió invertir u$s10 millones en el desarrollo de tecnologías más limpias para la producción de la criptomoneda. Además, Aker Solutions, compañía de ingeniería internacional con sede en Oslo (Noruega), se enfocará en construir instalaciones de minería del bitcoin que utilicen energía renovable.