El año 1995 fue clave en la vida de Diego Gutiérrez Zaldivar, cofundador de RSK. Ese año, sin saberlo, comenzaría un camino que este fin de semana lo llevaría a verse retratado en una de las galerías más importantes del mundo. Una que tiene su propio Cryto Hall of Fame, y solo le brinda lugar a referentes mundiales de las criptomonedas: Moonstock.
El curador es Aaron Koening que tiene como fin destacar a los principales actores, a nivel mundial del ecosistema cripto. Una curiosidad es que en vez de una foto, el artista Max Crypotohead realiza cuadros de los protagonista en 3D.
El retrato de Diego será parte de la colección, una distinción para muy pocos. A su lado estarán figuras como: Satoshi Nakamoto, Nick Szabo o David Chaum. Nada más ni nada menos.
"Estar al lado de personajes así es intimidante. Creo que es un poco lo que venimos haciendo en Latinoamérica con la tecnología blockchain", le dice Zaldivar a iProUP.
La galería se especializa en Cryto Art y NFT( tokens no fungibles), y los candidatos para ocupar ese lugar fueron muchos, pero la elección terminó recayendo en Gutiérrez Zaldivar.
"Primero hay una selección por la páginas, se pasa a una instancia en que terminan de decidir curadores, me habían avisado que estaba entre los finalistas y yo ya estaba contento con estar nominado", cuenta.
Básicamente, este argentino es un pionero de las cripto, pero también de la web. En 1995, desarrollaba páginas web y ni bien pudo vislumbrar el nacimiento de Bitcoin, y Blockchain decidió ser parte. Pero no solo un actor, sino un fundador.
"Cuando tenía 11 años empecé a programar. La mujer de mi papá, que era médica, había vivido en Houston en los Estados Unidos y estaba convencida que lo que se venía era la computación. Así que me invitó a hacer un curso, que era para adultos y yo era el único nene. Houston en los 80' era un ciudad muy futurista, y ya se veía la computación como el futuro. Ella abandonó el curso y yo seguí, obtuve el diploma. Mi tio me regaló la primera computadora que era una Commodore", detalla.
La imagen en la galería
También, en la misma época, y acompañado de su madre, iba a ser contribuciones sociales a barrios de emergencias, ollas populares.
"Siempre hice trabajo social, siempre tuve ese interés de hacer que la sociedad pueda mejorar, de ayudar, de querer cambiar las cosas", rememora.
A los 17 años, en plena adolescencia, y en la busqueda constante de lo nuevo, se animó a la fotografía digital. "Pensè que era eso, también, era el futuro, lo que venía. Hacía columnas interactivas. Trabajábamos en los primeros monitores táctiles, les adaptábamos la primera capa porque venìan de fábrica", recuerda.
Fue en ese curso que conoció a un fotógrafo de Clarín, Julián Gallo, que lo invito a formar parte de la realización de la primera pàgina web del matutino.
"En 1994, empecé a trabajar en la versión web diario, por motivación propia. Y como estaba buscando siempre el poder generar interacción, al principio la dirección no estaba muy de acuerdo, pero en 1995 lo lanzamos. Hice varias comunidades y como teníamos acceso al IALabs trabajamos mucho con hipertexto, cosas que hasta hoy son muy conocidas, pero en ese momento no estaban. Trabajamos mucho en la relación máquina -humano", rememora.
Corría el año 2011 cuando se fascinó por la tecnología Bitcoin, aunque reconoce que en un principio le costó entenderlo. "En el 2012, vino un amigo y me dijo: esto es espectacular, me hizo abrir una cuenta, él estaba en Silicon Valley y me depositó el equivalente a u$s50.000, en esa época había controles de capitales, era imposible traer plata, y yo tenía una empresa de desarrollo de software, y traer el dinero de los clientes me costaba un 10% del costo de transferencia. Yo se lo devolví en menos de una hora y ahí pensé que era lo que se venía", comenta.
Los próximos quince días, Diego se la pasó estudiando sobre el tema, y viendo de qué se trataba, y entender que era una nueva herramienta financiera. Y por primera vez, unía su pasión por ayudar con la tecnología. Un año después se volcó por completo al mundo del Bitcoin, y comenzó a organizar las primeras ediciones de la Conferencia Bitcoin Latinoamérica.
"Me compré una máquina para minar, me juntaba en cafeterías, en Mc Donald, y ahí nos conocimos con Rodolfo Andragnes, y en el 2012 hicimos el primer Meet Up. Eramos medio melómanos, queríamos empezar a construir Comunidad y por suerte encontré gente tan loca como yo", recuerda.
Además, en el 2013 fundó Koibank, una empresa que usa el desarrollo blockchain como motor e utiliza la tokenización de activos y la inclusión financiera. Dos años después, llegó RSK Labs, en el que Zaldivar es CEO y es la primera empresa en transformar contratos inteligentes que se basan en blockchain.
Diego, también, es cofundador de la ONG Argentina Bitcoin, que tiene más de 5.000 miembros registrados y 30.000 en la Comunidad online, que se destaca por ser el primer Centro Bitcoin de Latinoamérica.
Diego también es presidente y cofoundador de las ONG de Latam Bitcoin. Interesado en estar siempre en la vanguardia, este emprendedor argentino consiguió algo impensado hace algunos años: poder compartir cartel con los más grandes del universo bitcoin.