A veces una reunión de amigos pueda llevar a un negocio. Así comenzaron la historia tres emprendedores argentinos: Juan José Núñez, Juan Durañona Vedia y Alejandro Carrano que, preocupados por la preservación de bosques y la selva amenazada por la deforestación se propusieron crear una criptomoneda verde.
La idea dio origen a GreenBondMeter (GBM), una criptomoneda verde que se puede conseguir alrededor de los u$s100 por unidad como compra mínima. Es decir, 1,09 por unidad. "Somos una moneda que estamos homologados por Ethereum", cuenta Núnez, uno de los creadores del proyecto, en diálogo con iProUP.
Juan José Nuñez, ceo
La moneda digital tiene como finalidad ayudar a la preservación de bosques o selvas amenazadas por la deforestación haciendo foco en la provincia de Misiones, donde son originarios los creadores.
Juan José Núnez comienza a contar que el proyecto nació de manera natural. Uno de los socios tenía 9 hectáreas en la provincia de Misiones, y durante una cena planteó la situación de deforestación que estaba viviendo en la región.
"Yo me dedicaba al minado de criptomonedas desde hace cuatro años, estudiaba, investigaba. Y cuando hablamos sobre alguna estrategia de recaudación de fondo, se me ocurrió generar un token que pudiera estar respaldada en el metro cuadrado preservado, y empezamos a hablaron algunos conocidos que tenían experiencia. Y terminamos hablando con gente de Estonia, de repente se convirtió en un proyecto internacional", cuenta Núñez.
Casi por casualidad, crearon GBM coin, la moneda digital cuya adquisición, además de proponer una alternativa de inversión estable, ayudará a la preservación del medio ambiente. Lo primero, fue tener una licencia para operar en criptoactivos. Y optaron por Estonia como la mejor opción. La ciudad fue elegida por sus estándares de seguridad y normas anti lavado, cuya capital, Tallin, es a la vez la capital europea de la innovación, donde surgieron gigantes tecnológicos como Skype.
Además, se sumó otro socio, Javier Ortiz de Artiñano, cónsul honorario de México en la República de Estonia, especialista de comercio exterior y abogado, fue clave en la obtención de los permisos para operar.
"Estonia es el país más digitalizado en el mundo, y tiene mucho prestigio en lo concerniente a las cripto monedas. Fuimos la quinta cripto en tener licencia en Estonia. Nosotros tratamos de darle veracidad e integrar un sistema de mapas que permite integrar ese metro cuadrado de selva con una única moneda, cuando alguien compra mil monedas, puede elegir en mil metros de tierra y son suyos. Obviamente, no hay una cesión de propiedad. Si se hace un arrendamiento adelantado del predio, para que la empresa que este deforestando deje de hacerlo, y después se adquiere con opción a compra irrevocable para el dueño", cuenta Núñez.
Además, detalla que la tierra cuenta con criterios de elegibilidad.
Requisitos:
- Ser cien por ciento privadas
- Sin ocupación de pueblo originaria
- Estar en zona donde haya incendios forestales
- Ser deforestada por al menos 20 años
"Cuando entramos nosotros instalamos tecnología que nos permite detectar un foco de incendio. Nos geolocaliza en el mapa el foco y comenzamos a reforestar con fauna autóctona", explica.
Núnez comenta que el equipo se compone por 49 colaboradores, entre desarrolladores de back end y front end, sistemas, arquitectos, contadores, abogados y sociólogos que trabajan con los pueblos originarios. "Si todo va como esperamos, esperamos llegar a 200 profesionales más", anticipa.
En la actualidad, cuentan con 500 usuarios que adquirieron 400.00 metros. "Nosotros nos convertimos en una fintech con grado bancario, con normativa europea. Y tenemos una pasarela de pago con tarjeta de crédito y transferencia bancaria en 160 países. Nuestra licencia, nos permite generar un ecosistema, en donde tuvimos que desarrollar nuestra propia billetera", resalta.
En la actualidad, GreenBondMeter (GBM), es una alianza global que, con los pilares de Heimdall Technologies, en Estonia y Nideport S.A., en Uruguay, da sustento a la cripto GBM.
En el que cada usuario puede adquirir un token y podrá colaborar con la preservación de un m2 de tierra de bosque o selva, sumideros de carbono en general, de un total de un 1.000.000 de hectáreas en diez países del mundo.
La adquisición del criptoactivo generará, a su vez, un bono de carbono (GBM bono), otra alternativa de inversión verde asociada al proyecto, que propone democratizar el acceso al mercado de bonos de carbono como medio sustentable para proteger el planeta.