El agro es uno de los principales motores de la innovación en suelo argentino. Por extensión, importancia e impacto en la economía local, la industria tecnológica ha visto en el campo un terreno fértil para su desarrollo.
Big Data, Internet de las Cosas y Machine Learning, entre muchas innovaciones, no son ajenas a los procesos agrícolas. Por el contrario, son herramientas que se utilizan día a día para mejorar el rinde, agilizar procesos y modernizar todo tipo de estructuras.
Ante este panorama, las startups apuestan cada vez más por soluciones orientadas a este ámbito, ya que es uno de los mercados más atractivos por potencial de crecimiento y llegada a clientes.
The Yield Lab es una de las incubadoras más importantes del mundo en lo referido a proyectos ligados al agtech. Con presencia en los cinco continentes, la firma de St. Louis (Estados Unidos) mira con especial énfasis a América Latina, donde puso en marcha en 2017 su programa de aceleración de proyectos de base tecnológica vinculados a la agroindustria.
En 2018, la firma eligió a tres startups argentinas para fondear. Cada una recibió u$s100.000 y formó parte de un programa de aceleración de casi un año con sesiones de trabajo con modalidades "on-site", virtual o residenciales distribuidas en Buenos Aires, y St. Louis (Estados Unidos).
Además, se incluyó asesoramiento integral por parte de expertos en el sector agroalimentario, participación activa en la red global de la compañía y sus socios estratégicos y la posibilidad de interactuar con emprendedores en eventos específicos de la región.
Los emprendimientos destacados el año pasado fueron:
- Agree Market, un mercado online de granos impulsado por blockchain
- Kilimo, una plataforma que aprovecha los datos provistos a través de Big Data para optimizar el riego en zonas de cultivo.
- Eiwa, una empresa de análisis de imágenes que utiliza drones y visión artificial para analizar, predecir y modelar el comportamiento de los cultivos.
"En 2018 llevamos a cabo nuestro primer ciclo, en el cual se presentaron más de 60 empresas de la Región. Tuvimos un proceso muy estricto donde invertimos mucho tiempo con nuestros socios en Estados Unidos, Irlanda y Singapur analizando los mejores casos", asegura en diálogo con iProUP, Tomás Peña, director para Latinoamérica de The Yield Lab.
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En relación a la edición 2019, agrega: "Nos encontramos con un nuevo desafío ya que vamos a invertir en dos empresas más, es decir, un total de cinco. Y aspiramos a tener, además, mayor participación de Startups agtech de otros países de la región".
El panorama local, en pleno crecimiento
En la Argentina, la plétora de emprendimientos tecnológicos está impulsado por la alta especialización de los especialistas locales y las posibilidades de expansión en la región de la mano de viejas y nuevas necesidades que buscar ser satisfechas a través de los unos y ceros.
La agroindustria no es ajena a esto. Donde antes dominaba la tracción a sangre, hoy se comienza a posicionar la electrónica como un elemento dominante de los procesos de producción.
"Durante 2018, el sector agtech en la Argentina tuvo un fuerte crecimiento y consolidación. Desde el lado de las startups notamos una gran presencia a nivel internacional, con equipos bien preparados y consolidados, encarando desafíos regionales y productos disruptivos", subraya Peña, en referencia a un mercado local que, a grandes rasgos, supo esquivar los coletazos de la crisis económica.
El especialista destaca además "una consolidación a nivel ecosistema, tanto en las ciudades de Rosario y Córdoba como también en las localidades de Pergamino, Marcos Juárez y Río Cuarto".
"El año pasado se hizo la primera semana agtech con invitados extranjeros que participaron de eventos muy importantes convocados por AAPRESID, INTA, Bolsa de Comercio de Rosario y Endeavor, entre otros. E importantes eventos de reconocimiento internacional que atrajeron destacados jugadores del mercado. También vemos mayor presencia de fondos y aceleradoras especializadas”, puntualiza.
Agtech es un segmento que tiene sus particularidades. No es lo mismo encarar una app para el agro que para otras industrias, sus clientes son otros y las necesidades suelen ser muy específicas.
"Ha sido siempre un sector que tiene tiempos más largos y complejos. Los procesos en los que interviene pueden llegar a necesitar de una fuerte dosis de colaboración entre especialistas de agro, productores, expertos en logística, comunicación y tecnología", agrega Peña.
Los productos, aclara, necesitan ser testeados en el mercado, considerando el ciclo de campaña de los distintos cultivos. Esto ralentiza la puesta en marcha.
"También es importante destacar que el sector puede tener algo de fintech e insurtech. Es clave entender que no es lo mismo lo que demanda el mercado para cultivos extensivos o intensivos como lo vinculado con el negocio de la ganadería", subraya.
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Hoy, la región es fértil en la generación de iniciativas tecnológicas vinculadas al campo y la industria conformada a su alrededor. Según The Yield Lab, existen más de 450 empresas de este tipo en América Latina: más de 200 están en Brasil, 100 en la Argentina y 100 en la región andina.
Debido a las particularidades y necesidades específicas del mercado local, las empresas instaladas en las pampas estás más orientadas a los cultivos extensivos y la ganadería. Para Peña, "esto es lógico, ya que son mercados donde tenemos una relevancia económica fuerte".
De cara al 2019, ya se vislumbran las tecnologías que serán protagonistas dentro de esta industria, no solo a nivel regional, sino también a nivel global.
El ejecutivo enumera al llamado Internet of Things, el Big Data y Blockchain, "ya que toda la información del agro está georeferenciada, el volumen de datos es inmenso y la trazabilidad es clave".
"Muchas veces, los mercados no dan respuestas lógicas y ahí es donde están las posibilidades de desarrollar nuevas oportunidades de negocio", destaca Peña, y añade: "Digitalizar no significa hacer el mismo proceso analógico en formato digital; la clave es entender que, al integrarse en la nube, los procesos toman nuevas dimensiones y los niveles de productividad pueden cambiar el mercado llevándolo de ser uno de commodities a uno de productos personalizados".
Ser emprendedor agtech no es para cualquiera. Los ya citados tiempos de la industria, que se mide en campañas y no en días o semanas, hace que tenga su propia dinámica, con códigos que tal vez sean ajenos a aquel que no ha pisado jamás un campo.
Para el director de The Yield Lab Latam, "Paciencia y más paciencia, resiliencia, granularidad y especificidad en el producto, trabajo en equipo, visión global, conocimiento del negocio, y adaptabilidad. Estas son algunas de las características relevantes que creemos tiene el perfil emprendedor agtech".
Al respecto, advierte que "son procesos complejos que tienen alto impacto y los errores se pagan muy caros".
En especial, este alto precio se paga cuando el error se detecta en la estrategia comercial ya que, en ese caso, "hay que esperar a la campaña siguiente para ajustar lo que sea necesario y encontrar la revancha. Es muy difícil financiar ese tiempo".
Los casos de éxito
Para el año 2050, se espera que la población mundial de los 7.600 millones de personas actuales pase a 9.800 millones. La producción de alimentos tendrá que incrementarse para mantener ese ritmo de crecimiento, de acuerdo con las Naciones Unidas.
En este sentido, la Inteligencia Artificial, el Big Data, la Internet de las Cosas (IoT) y el machine learning tendrán el objetivo de impulsar las capacidades humanas y resolver los principales desafíos de las industrias y organizaciones.
En el ámbito local, hoy abundan casos de éxito que demuestran que ya no se trata de una mirada futurista: la tecnología se vislumbra esencial para la próxima década y el sector rural será uno de sus más importantes aliados.
Microsoft, la empresa de software más grande del mundo, apoya varias iniciativas locales que aprovechan sus últimos avances para volcarlos en la tierra. En 2018 firmó un acuerdo con el INTA para prevenir enfermedades en plantas e, incluso, conectar a las vacas mediante el uso de sus soluciones.
Paraná Seguros, por su parte, aprovecha el procesamiento en la Nube para compartir información meteorológica georeferenciada sobre los campos asegurados en tiempos real con sus clientes.
Tambero, otro caso de éxito a nivel internacional, hace uso de inteligencia artificial para hacer “hablar a la vacas”: mediante lenguaje natural se puede dialogar con la plataforma, que toma información recolectada como fechas de vacunación, producción histórica de leche e historial de enfermedades, entre otros ítems, y entrega respuestas sobre fechas de celo o promedios de producción láctea, entre otras variantes.
Así, se gestiona el ganado, el engorde, tambos y agricultura mediante una simple aplicación móvil.
7Puentes, firma local dedicada a Web Data Extraction y Machine Learning, es una de las que ha decidido picar en punta en el aprovechamiento inteligente de los datos capturados por satélites para aportar mejoras en la producción agrícola.
Entre sus clientes se encuentran el Ministerio de Agroindustria, con el que crearon la arquitectura de Big Data del Proyecto Palenque; y Frontec, la joint venture de INVAP y Grobocopatel, junto al que diseñaron un modelo de identificación y segmentación automática de cultivos.
Intive-FDV, una de las compañías argentinas de desarrollo de software con mayor proyección a nivel internacional se unió a Ingredion para crear un sistema de trazabilidad de punta a punta de productos a granel mediante el uso de etiquetas RFID.
Además, trabajó con la multinacional Bayer en la implementación de drones para mejorar la trazabilidad de los lotes de productos, un proyecto que todavía está en etapa de prueba pero que augura mejoras importantes en el campo de la logística.Otro caso innovador se dio con Danone, ya que implementaron un sistema de lectura de patentes de camiones a través de inteligencia artificial para trackear cada unidad. La plataforma escanea la placa y no deja ingresar al establecimiento a aquellos que no la tengan.La empresa trabaja además en un proyecto confidencial que está desarrollando con una de las firmas agrícolas más grandes del mundo, con fuerte presencia en el mercado argentino: llevar el concepto fintech al mundo de los granos y commodities, financiando a través de semilla a productores agropecuarios."En procesos de inversión financiera, en lugar del dinero, la idea es usar como moneda de cambio la semilla y su valor genético. Es súper poderoso desde el punto de vista conceptual, pues implica que el bien de cambio es la genética de una semilla”, subrayaron sus creadores.