El banco central de Brasil está avanzando en los planes para digitalizar su moneda, el real, y pronto debería tener noticias sobre el tema, dijo el lunes el presidente del banco, Roberto Campos Neto.
En un debate en línea organizado por el Banco de España, Campos Neto dijo que los bancos centrales de todo el mundo deberían profundizar sus discusiones sobre las monedas digitales, que tienen características comunes en varios países.
"Estamos haciendo un gran progreso en el proceso de la moneda digital y deberíamos tener noticias pronto", dijo Campos Neto, sin dar más detalles.
Entre los temas que aún deben determinarse se encuentran si un real digital generará interés y qué tipo de tecnología se adoptará, dijo Campos Neto.
Aunque el uso doméstico de pagos electrónicos se ha disparado y la tecnología de los dispositivos móviles y las comunicaciones han mejorado recientemente, el real sigue siendo esencialmente una moneda física.
El banco central creó un grupo de estudio en agosto del año pasado para sopesar los posibles beneficios y el impacto de emitir el real en formato digital.
El estudio evalúa los riesgos relacionados con la seguridad cibernética, la protección de datos y los problemas de cumplimiento normativo, y evalúa cómo una moneda digital afectará la inclusión y la estabilidad financieras y la conducción de las políticas monetarias y económicas.
Dólar y euro digital
Pese a sus vaivenes y altibajos lo cierto es que el Bitcoin ha crecido casi un 850% en un año, y se ha consolidado como opción de inversion y reguardo frente a otras divisas y activos. Pero pese a su creciente popularidad, incluso entre empresas, podría tener un enemigo las monedas digitales que preparan los bancos centrales.
Según un informe de Bank of America (BofA), el euro o el dólar digitales serían "kryptonita" para el Bitcoin y supondrán "una ruptura importante de su 'status quo'. La futura implantación del dinero digital respaldado por los reguladores cuestiona el sentido del Bitcoin en ese contexto, ya que de esa manera se descentraliza en parte el sistema y elimina la intermediación de los bancos comerciales.
Pero qué son y qué no son las monedas digitales de bancos centrales
Lo que no es
Comencemos con lo que definitivamente no son las CBDC: no son un nuevo tipo de criptomonedas parecida al bitcoin. Aunque los bancos centrales han discutido la posibilidad de emitir el CBDC en forma de ficha y utilizando la tecnología de libro contable distribuido (DLT), esto no significa que los bancos centrales tengan la intención de dejar que la gente lo comercie y lo mantenga sin supervisión, y mucho menos que no controlen centralmente el suministro general del mismo. El propósito de la DLT y la tokenización es puramente una cuestión de qué tecnología utilizar en la imposición y distribución de la moneda digital; no significa que los bancos centrales hayan adoptado ninguna de las ideas que están detrás del auge del bitcoin.
Sin embargo, algunos bancos centrales pueden creer que la existencia y el aumento del valor de mercado del bitcoin y otras criptodivisas es una prueba de que existe una demanda de moneda digital y que, por lo tanto, deberían intensificarla y suministrarla. No parecen darse cuenta de que la demanda de bitcoin—como la demanda de oro—es la demanda de algo que está fuera del control de los bancos centrales y los gobiernos.
Lo que es
Las CBDC es, o pretende ser, un equivalente digital al dinero físico. Así como, por ejemplo, cuatro cuartos son el equivalente a un billete de dólar, un dólar en moneda digital será el equivalente a un dólar en efectivo físico. Es simplemente una nueva expresión tecnológica del mismo dinero fiduciario. Recordemos que el dinero fiduciario, tal como lo describió Mises, es «dinero que comprende cosas con una calificación legal especial», es decir, que estas cosas no son tecnológicamente diferentes de otras cosas, excepto por las marcas que muestran que tienen una calificación legal especial. El corolario de esto es que las cosas tecnológicamente disímiles—monedas metálicas, billetes de papel y activos digitales—forman parte de la oferta de dinero fiduciario siempre que posean las marcas que confirmen su condición jurídica.
Proyectos en danza
El euro o dólar digital parece cada vez más cerca. Los proyectos de varios bancos centrales, especialmente el del BCE, están en proceso, basándose también en la tecnología blockchain, aunque con respaldado por las autoridades monetarias, ante el deseo de "defender su territorio". "Las monedas digitales del banco central (CBDC por sus siglas en inglés) tienen como objetivo proteger a los bancos centrales contra las 'stablecoins' (monedas estables) que pretende lanzar el sector privado (como Diem de Facebook, antigua Libra), puesto que los bancos centrales ven al bitcoin como un activo de inversión, no como moneda", señala el informe de BofA.
"Para nosotros, el euro digital no es una opción, es algo que simplemente tenemos que hacer", afirmó recientemente Luis de Guindos, vicepresidente del BCE, en una entrevista en el medio portugués Publico. No obstante, destacó que la apuesta por una moneda digital europea no era una reacción a las criptomonedas, sino a que "la digitalización se ha vuelto cada vez más relevante". La autoridad bancaria europea busca diferenciarse de los criptoactivos, a los que no considera monedas. "Bitcoin no es una moneda sino un activo altamente especulativo", afirmó Christine Lagarde, presidenta del BCE.
Pero el BCE no es el único que estudia una moneda digital. El Banco Central de China una prueba piloto para realizar transacciones con yuanes digitales. Por otro lado la secretaria del Tesoro de Estados Unidos, Janet Yellen, avaló la idea de establecer un dólar digital que sea más seguro y rápido para realizar transacciones en comparación con la actual criptomoneda Bitcoin.
"Un dólar digital, una moneda digital del banco central, podría ayudar con pagos más rápidos, seguros y económicos", dijo Yellen en un debate en vivo organizado por Dealbook del periódico The New York Times. Yellen señaló que el Bitcoin se usa ampliamente como mecanismo de transacción y llega a ser utilizado menudo para realizar movimientos financieros ilícitos. "Es una forma extremadamente ineficiente de realizar transacciones y la cantidad de energía que se consume en el procesamiento de las mismas es asombrosa", dijo Yellen.
"La demanda es clave para los movimientos de precios"
Si finalmente se llevasen a cabo estos proyectos, los inversores cambiarían su visión sobre las criptomonedas y podrían asignar un precio diferente, especialmente al Bitcoin que registra precios récord. En relación al precio, el informe de BofA destaca que "la oferta del Bitcoin es artificialmente escasa y es la demanda quien impulsa los precios". De manera habitual, los mercados están condicionados por la oferta y la demanda, pero el Bitcoin está diseñado para ser cada vez más restrictivo, con un límite de 21 millones y con una oferta que se reduce a la mitad cada 4 años. Así, "los cambios de demanda son clave para los movimientos de precios".
En ese sentido, señalan que "importantes anuncios institucionales y los recortes de recompensas de los mineros han provocado movimientos ascendentes". Además, "Bitcoin sigue estando limitado por su complejo proceso de liquidación (criptominería) y solo puede manejar 14.000 transacciones por hora, respecto a los 236 millones declarados por Visa", añade el informe.
Por otra parte, pese al carácter innovador con el que surgió el Bitcoin, su impacto medioambiental no parece actualizado a las nuevas exigencias de inversión. Su huella de carbono, según el informe de BofA, ascendería a cerca de 60 millones de toneladas de CO2, lo mismo que Grecia. Este es un problema que afecta también a otras criptomonedas, como Ethereum, cuya emisión se sitúa en las 9,5 millones de toneladas de CO2. En cuanto a las dimensiones sociales y de buena gobernanza, la calificación del bitcoin ha mejorado hasta un nivel medio, ya que la entidad considera que es positivo que se democratice el dinero y se garantice la anonimidad de su propiedad. No obstante, el informe señala que el 95% de los bitcoin en circulación está en manos del 2,4% de las cuentas, indicó La Información.