La factura de crédito electrónica (FCE) nació con el objetivo de aumentar las alternativas de financiamiento de las Pymes. Y ahora el Gobierno dio un paso más al crear un tercer mercado para operar.
Concretamente, desde el 1 de abril, los bancos podrán negociar facturas de crédito electrónicas (como ya lo hacen la Caja de Valores y las plataformas de descuento no bancarias). Pero, una vez elegido un canal, no se podrá optar por otro más conveniente.
El Banco Central definió que en esta primera etapa, se podrán:
- Descontar o transmitir las FCE a otros sujetos autorizados (como entidades financieras o proveedores no financieros de crédito)
- O bien remitir desde el sistema de Circulación Abierta para su negociación en el mercado de valores
Estas operaciones se realizarán a través de una pestaña habilitada en los home bankings para las empresas, pequeñas y medianas. Las transmisiones serán gratuitas y las entidades no podrán cobrar comisiones, según estableció el BCRA. En otras etapas se incluirán nuevas funcionalidades, como cesión electrónica y aval, entre otras.
De todos modos, esto impulsará a los grandes bancos a permitirle a las compañías el endoso, la cesión y el descuento de las facturas de crédito electrónica a través de Internet.
"Hasta el momento había dos posibilidades para negociar estos instrumentos: el mercado bursátil, cuyo único pagador es la Caja de Valores, y las plataformas de descuento bancarias", recuerda a iProUP Pablo Sanucci, de la plataforma InvoiTrade.
Según el ejecutivo, "ahora ingresa al negocio un tercer jugador: los grandes bancos, que seguramente estarán más interesados de lo que demostraron hasta ahora en colocar créditos a través del descuento de FCE".
Sin embargo, desde las entidades advierten que debería cambiar la normativa de crédito, ya que hoy sólo pueden descontar las facturas de empresas grandes que sean clientes y para las que tengan aprobadas líneas de préstamos.
El potencial del instrumento
En enero, se negociaron alrededor de $800 millones de facturas de crédito electrónica, cuando el mercado total es de $250.000 millones. Por lo tanto, el potencial de este instrumento es enorme, pero depende de que las grandes compañías comiencen a aceptar que sus proveedores las descuenten.
Por ahora, la AFIP prorrogó la posibilidad de que la FCE no llegue a los mercados si una empresa grande la paga antes de los 30 días: les colocan a las Pymes cheques diferidos y traban toda posibilidad de que se descuente, acelerando el financiamiento.
Desde varios bancos de primera línea adelantan a iProUP que ya están implementando los sistemas para lanzar este servicio a partir de abril. Una de esas esas entidades asegura a iProUP que están "muy interesados en sumarse al descuento de facturas de crédito electrónica".
Además, resalta que la norma del BCRA equipara a la factura de crédito electrónica con el echeq, al permitir su descuento directamente a través de los bancos y la cámara compensadora.
En este sentido, otros bancos consultados también remarcan que la FCE competirá directamente con los cheques (físicos y electrónicos), ya que serán un instrumento ejecutivo más.
De todos modos, reiteran que todo dependerá de que las empresas grandes se decidan a dejar correr las facturas de las Pymes. Y agregan que aún queda resolver en la regulación cómo se actuará en los casos de mora por parte de las grandes firmas, una cuestión perfectamente reglada en el caso del echeq.
Buena noticia para las Pymes
Martín Rizzo, de la plataforma Pymecred, asegura a iProUP : "Es una excelente noticia para miles de empresas que necesitan financiación de fuente genuina y de modo ágil, simple e inmediato".
"La exitosa experiencia del echeq ya sentó las bases para que nuevas plataformas electrónicas sean adoptadas por la mayoría de las firmas. Hoy está todo preparado para que bancos, fintech y otros operadores extrabursátiles puedan prestar este servicio", señala Rizzo.
Según el directivo, están por lanzar la primera billetera virtual que "permitirá a cualquier Pyme operar su flujo de caja incluyendo cheques y facturas propios y de terceros".
¿Cómo funciona la nueva alternativa?
"El Banco Central fijó que las facturas de crédito electrónica comenzarán a funcionar como un echeq desde abril", indica a iProUP Elena Alonso, asesora financiera en Broda Criteria. Según Sanucci, descontarían a través de COELSA, tal como ocurre actualmente con el clearing de cheques físicos y electrónicos.
Alonso agrega que "este sistema de Circulación Abierta les dará la opción a las Pymes proveedoras de grandes empresas de acceder a un abanico mayor de financiamiento, sin esperar la cancelación de la factura por parte de su cliente".
La experta afirma que esto la operación a "través de entidades bancarias posibilitará su circulación extrabursátil, negociación, transmisión, cancelación mediante compensación interbancaria".
La calificación de riesgo
Alonso añade: "En caso de que alguna FCE resulte impaga, se podrán celebrar acuerdos extrajudiciales en el sistema o solicitar la emisión de un comprobante para ejercer acciones legales". Así, el comportamiento de las empresas insolventes será informado a una Central de Deudores de facturas vencidas que administrará el Banco Central.
Según Sanucci, "los bancos están diseñados para analizar riesgo, mientras que el mercado de capitales en esto es más limitado". Por este motivo, a través de la Caja de Valores se negocian facturas del mercado avalado. Las FCE son aceptadas sólo si tienen el respaldo de una Sociedad de Garantía Recíproca.
Pero esto puede modificarse con la entrada al ruedo de los bancos, que ya tienen clasificación de riesgo de casi todas las empresas que son potenciales pagadoras. Además, la falta de pago será informada y se verá reflejada en la Central de Deudores del BCRA.
"Este cambio y flexibilización del cobro aumentará el volumen de negocios. Pero es necesario también aceitar los mecanismos de aceptación de las compañías y la comunicación con AFIP, los motivos de rechazos y el plazo para que la factura quede tácitamente aceptada", afirma Alonso.
Y asegura que "hay muchas Pymes que les facturan a 30 días a las grandes empresas, y si estas no las aceptan hasta ese plazo, no hay mecanismos de negociación". Por lo tanto, recomienda "reducir ese plazo de aceptación y que exista margen para que la pequeña firma realmente lo pueda utilizar como una herramienta de crédito".
Mayor competencia
"Esta alternativa habilita a las Pymes el acceso a una nueva fuente de crédito, sumando a las entidades financieras a las opciones ya existentes del mercado de capitales y plataformas privadas de negociación", destaca a iProUP Yael Sardañons, del Banco de Valores.
Según la experta, "esto favorecerá a las compañías, que podrá elegir la opción que le resulte más competitiva". Así, desde el 1º de abrir podrá enviarla a:
- Un agente de depósito colectivo u otro que cumpla funciones similares para su negociación en los mercados autorizados por la Comisión Nacional de Valores
- Al Sistema de Circulación Abierta implementado por el Banco Central. Esta opción funcionará a través de las plataformas de las entidades financieras de forma similar a los echeq
Según cifras del MAV provistas a iProUP, el avance de la factura de crédito electrónica ha sido contundente:
- En 2020 se negociaron casi $2.300 millones (86% denominadas en pesos y el resto en dólares), versus $860 millones en 2019
- El 56% del volumen en pesos se concentra en el rango de 0 a 30 días
- La tasa promedio de diciembre se ubicó en 37,60% para pesos y 5,60% en dólares
En paralelo al MAV, se encuentran las plataformas privadas de negociación, como Descontá tu Factura, Invoition, Bill o InvoiTrade. Esta última, por ejemplo, registró volúmenes de $343 millones en diciembre y $422 miilones en enero.
"Este mercado es aún incipiente y se espera que con todas estas medidas logre un fuerte impulso y se consolide", afirma Sardañons, de Banco de Valores, que comenzó a operar en septiembre y ya posee una línea de casi $1.000 millones.
Considerando que 138.000 Pymes emiten FCE por $250.000 millones mensuales, el mercado muestra un potencial enorme. "Si solo el 10% esas FCE se descontaran, estaríamos hablando de $25.000 millones mensuales", enfatiza.
El cambio de sistemas
Hernán Visconti, CEO de Bill Group, asegura que "el nuevo sistema de Circulación Abierta implica cambios a nivel operativo e informáticos en los procesos de facturación, con impacto tanto en las pequeñas firmas emisoras como en las grandes empresas receptoras de los comprobantes".
"La Pyme deberá ingresar, al momento de la emisión del comprobante, el canal que opte para la posterior negociación del instrumento, ya que de no ser así será rechazado por AFIP", asegura.
Así, deberá optar por un Agente de Depósito Colectivo o el sistema Circulación Abierta para la negociación en los bancos. Según Visconti, "la elección se podrá modificar desde la emisión hasta la aceptación de la FCE, no siendo posible su modificación luego de que sea aceptada por la gran empresa".
En el caso de que la vía seleccionada sea el sistema bancario, "la gran empresa deberá informar al momento de la aceptación expresa el banco pagador y su respectiva cuenta de origen o CBU", afirma Visconti.
"Si no lo hace, la factura sólo podrá abonarse al vencimiento mediante una solicitud de débito inmediato a través del Sistema de Circulación Abierta", advierte el empresario. Y subraya: "Esto constituiría un inconveniente para las grandes firmas, toda vez que perderían el control de los pagos en los casos de débito inmediato en sus cuentas".
La falta de interconexión
"La real democratización del mercado implica la libre transmisibilidad de las facturas de crédito electrónicas entre los distintos sistemas disponibles en el mercado, se encuentren o no en un agente de depósito colectivo", afirma Visconti.
En su visión, "la restricción de modificar la opción del canal de negociación sólo hasta el momento de la aceptación del comprobante, atenta contra la democratización y libre elección".
"Es fundamental buscar la simplicidad en la operación, facilitar los procesos a los distintos actores y sumar alternativas que, lejos de segmentar el mercado, interactúen colaborativamente con las opciones ya existentes, advierte Visconti.
Y concluye: "Al democratizar el mercado de negociación, también se obtendría mayor profundidad en el volumen de operaciones, las tasas de descuento serían más competitivas, con impacto positivo tanto en el balance de las pymes como en la economía real".
*Dolores Olveira olveiradolores@gmail.com