En un contundente artículo en el periódico Financial Times, Nouriel Roubini, alertó que "la creencia de que el Bitcoin es el 'nuevo oro digital' del que hablan los entusiastas está alimentando una burbuja en esa y otras 'cripto' que tarde o temprano estallará".
En esa publicación, Roubini recordó lo ocurrido en 2017 y 2018, cuando el Bitcoin pasó de valer u$s1.000 a u$s20.000, para caer a u$s3.000 a fines de 2018 (con un desplome del 85%).
"Elon Musk quizás lo esté comprando, pero eso no significa que todos deban hacer lo mismo", disparó el economista de la Universidad de Nueva York, que saltó a la fama por anticipar el crack de 2008.
En esa misma linea señaló al fundador de Tesla, que empujó a su cotización no solo por la compra de BTC, sino también por las acciones entusiastas de su parte para hacer crecer su valor, como los tuits alabando a la criptomoneda. Roubini, en ese sentido, se mostró escéptico y a la vez alarmista sobre el activo que está en boca de todos.
"Dado que el valor fundamental del bitcoin es cero y sería negativo si se aplicara un adecuado impuesto al carbono que genera su contaminante producción masiva, que requiere mucha energía, mi pronóstico es que la actual burbuja terminará finalmente en otro estallido", insistió.
Roubini añadió que referirse al bitcoin o a las otras criptomonedas como "monedas" es erróneo: "No son una unidad de cuenta: prácticamente nada determina su precio. No son un medio de pago escalable: con el Bitcoin se pueden hacer cinco transacciones por segundo mientras que la red de Visa hace 24.000. Las compañías con todos los papeles en regla apenas utilizan el Bitcoin como medio de pago de bienes y servicios, aunque Tesla adelantó que tenía previsto empezar a aceptarlo".
El oráculo de la crisis del 2008 desvalorizó a las criptomonedas porque no son un depósito de valor estable. "Incluso, algunas conferencias sobre criptomonedas se niegan a aceptarlas para el pago de las entradas al evento", remató.
Además, refiere a la volatilidad que contienen las monedas digitales con Bitcoin a la cabeza, como una vuelta al trueque: "Los volátiles movimientos de precios pueden borrar cualquier margen de ganancia del comerciante en cuestión de horas. Ni siquiera están denominados de manera constante para que permita a los usuarios comparar los precios relativos de los bienes. Los Picapiedras tenían un sistema monetario más sofisticado basado en un punto de referencia: los cavernícolas de los dibujos animados utilizaban conchas de mar".
Quién también se desempeña como profesor en la Universidad de Nueva York, insistió en que las criptomonedas no generan renta, "no tienen ninguna utilidad, no sirven para hacer pagos ni brindan otros servicios. Ni siquiera son anónimas porque la tecnología de cadena de bloques subyacente facilita el rastreo de los pagos. Es sólo un juego en una burbuja de activos especulativos, peor que la tulipomanía, ya que las flores tenían y siguen teniendo utilidad. Su reserva de valor contra los riesgos de cola no está probada. Y lo que es peor: algunas criptomonedas, llamadas shitcoins, son directamente estafas financieras o son devaluadas diariamente por su patrocinador".
Arremetió también contra stablecoin, sobre las que muchos "aseguran ser superiores". De todas formas, en base a esto, mencionó que "las autoridades de Nueva York ya investigan si una de ellas, Tether, se usa para manipular el precio del bitcoin".
Y contra la descentralización prometida
Roubini también citó a Vitalik Buterin, cofundador de la criptomoneda Ethereum, al afirmar que "ninguna criptomoneda puede ser al mismo tiempo escalable, segura y descentralizada".
"Los sistemas financieros tradicionales son escalables y seguros: si te piratean o roban la tarjeta de crédito o la cuenta bancaria, estás cubierto. Pero están centralizados porque los participantes y los activos han sido verificados por instituciones de confianza. Ahora mismo, las criptomonedas no son ni escalables ni seguras. Si te roban o pierdes tu clave privada, los activos desaparecen para siempre", añadió.
Contra esta cuestión aseveró que "los mineros oligopólicos controlan la mayor parte de la minería de Bitcoins". "Muchos están fuera del alcance de las fuerzas de seguridad occidentales en lugares como China, Rusia y Bielorrusia, lo que es una pesadilla de seguridad nacional", remarcó.
El economista insistió en que "esto socava las afirmaciones de que las criptomonedas descentralizarán las finanzas, brindarán servicios bancarios a las personas no bancarizadas o harán ricos a los pobres". "La blockchain o cadena de bloques permite transferir dinero barato a los refugiados, pero es mucho más probable que las criptomonedas sirvan de tapadera a estafadores, timadores, evasores de impuestos, delincuentes, terroristas y traficantes de personas", advirtió.
Y continuó: "nuestro mundo sufre crisis financieras, riesgos geopolíticos y una política monetaria muy blanda". "Es creciente la demanda de activos seguros que sirvan de cobertura contra la inflación, la devaluación de la moneda y los riesgos de cola. El oro, los bonos indexados a la inflación, las materias primas, los bienes inmuebles e incluso la renta variable son todas opciones razonables", enumeró.
"El arriesgado y volátil Bitcoin no encaja en las carteras de inversores institucionales serios. Muchos de sus inversores minoristas son inocentones manipulados por un ejército de ventajeros con información privilegiada y vendedores de aceite de serpiente. Elon Musk, de Tesla, y Michael Saylor, de MicroStrategy, pueden apostar su casa al Bitcoin. Eso no significa que usted deba hacerlo", concluyó en su artículo.