Alicia Pertusa, responsable de Estrategia de Client Solutions de BBVA, ha estado involucrada en las distintas investigaciones y pruebas con ‘blockchain’ que BBVA ha llevado a cabo desde hace cinco años.
El lanzamiento del primer servicio de transacciones y custodia de bitcoin en Suiza ha supuesto un hito para BBVA. Su despliegue ha sido posible gracias a que el país helvético dispone de un marco regulado que representa una oportunidad única para explorar la innovación en la gestión de activos digitales.
Pertusa cuenta en esta entrevista cómo este servicio es solo un primer paso en un área que va a a impactar directamente en cómo intercambiamos, no solo dinero, sino cualquier activo de valor o información.
Nueva apuesta
P: BBVA acaba de lanzar su primer servicio para la compra-venta de bitcoins en Suiza, pero lleva años explorando la tecnología ‘blockchain’. ¿Por qué se han tomado tanto tiempo?
R: Efectivamente, BBVA lleva trabajando en el ámbito de ‘blockchain’ cinco años. Esto se debe a que es un camino que hay que construir con tiempo porque es una tecnología que requiere una serie de capacidades nuevas y diferentes. Era necesaria la formación de perfiles internos en una tecnología compleja con muchas implicaciones, no solo técnicas, sino también legales, de riesgos y cumplimiento.
En segundo lugar, también existen motivos regulatorios, ya que, aunque se trata de un espacio cada vez más regulado, todavía queda mucho trabajo en esa dirección, y para nosotros es esencial trabajar sobre un marco regulado. Y por último, también era necesario esperar a que la tecnología alcanzara la madurez suficiente para ofrecer servicios estándares de industria financiera, en todos los ámbitos.
En estos años hemos hecho pilotos en el ámbito de pagos, de mejora de procesos, de emisión de productos de financiación, y de ahora damos un paso más para gestionar criptodivisas.
P: ¿Qué permite exactamente este servicio?
R: Los clientes de banca privada de BBVA en Suiza van a poder tener, en una sola aplicación, una visión unificada de todas sus posiciones en productos de ahorro e inversión: fondos, acciones, bonos, depósitos y también criptoactivos.
Se trata de un servicio con todas las garantías de cualquier otro servicio financiero, con un sistema seguro, transparente y muy sencillo de operar que da acceso a la compraventa, custodia y transferencia entre carteras del propio cliente. Empezamos a operar con bitcoin, por ser la criptomoneda más aceptada, pero el objetivo de BBVA es ampliar su oferta y permitir que los clientes tengan acceso a nuevos mercados de activos digitales.
P: Dicen que han detectado una demanda creciente en el mercado de servicios de estas criptodivisas. ¿A qué se debe? ¿Cuál es el perfil del usuario?
R: Hay varias razones. Por un lado, la mayor normalización regulatoria a nivel global. Por otro lado, la mayor madurez tecnológica de proveedores de servicios en cripto.
Por nuestra experiencia, los perfiles interesados son mayoritariamente clientes de banca privada o institucionales que quieren diversificar su portafolio invirtiendo un pequeño porcentaje en criptoactivos. También algunos segmentos de clientes ‘retail’ que quieren explorar la posibilidad de invertir en este tipo de activos. Estos activos tienen una elevada volatilidad, lo que algunos inversores consideran una característica atractiva, por su puesto, no exento de múltiples riesgos como la liquidez o las oscilaciones fuertes de los precios.
Nuevas regulaciones
P: Tradicionalmente se ha asociado el uso de bitcoin y criptodivisas a prácticas poco éticas o ilegales como evasión de capitales o el lavado de dinero. ¿Qué hay de verdad en esta creencia? ¿Cómo se puede garantizar que no se están dando esos usos?
R: Es cierto que en los comienzos de bitcoin y otras criptomonedas se relacionaron con actividades ilícitas, pero desde esa época, varias cosas han cambiado.
El punto de inflexión lo ha marcado principalmente dos factores. En primer lugar, los esfuerzos de los cuerpos y fuerzas de seguridad de varios países en la lucha de la financiación del terrorismo, principalmente Estados Unidos, y en segundo lugar, la aparición de herramientas de análisis transaccional enfocadas en AML (prevención de blanqueo de capitales) de criptoactivos. A día de hoy, los informes de empresas especializadas nos indican que las prácticas ilícitas suponen menos de un 1,5% sobre el total de las transacciones en bitcoin, mientras que a nivel global, la ONU estima que entre un 2% y un 5% del dinero fiduciario (o fiat) es utilizado para actividades ilícitas.
Lo cierto es que la gran mayoría de transacciones con criptomonedas deja más rastro que el dinero en efectivo, e incluso que el dinero electrónico. Simplemente hay que tener las herramientas y conocimiento adecuado para poder utilizar toda la información que nos provee la cadena de bloques. Entender esta información y su funcionamiento es uno de los puntos en los que más hemos trabajado.
P: ¿Piensan ampliar el servicio a clientes particulares? ¿Y a otras geografías?
R: Estamos analizando los mercados en los que tenemos presencia para ver si se cumplen las condiciones adecuadas (regulación, madurez, conocimiento, demanda, etc) para lanzar el servicio a particulares e instituciones.
P: En este nuevo servicio, su competencia principal son pequeñas ‘fintechs’ ¿Cuál es la ventaja que ofrece BBVA frente a estas ‘startups’?
R: Nuestro producto está enfocado a un perfil de cliente de banca privada que busca diversificación en este tipo de activos. Nuestra mayor ventaja para estos perfiles es que podrán tener integrada la gestión de su portfolio tradicional con el digital, en un banco con presencia internacional, regulado y con más de 150 años de historia.
P: En Suiza hay más oferta y un mayor uso de estos productos. ¿Qué ha hecho de Suiza un centro de innovación para las tecnologías descentralizadas y los activos digitales?
R: Suiza es uno de los ecosistemas más avanzados en tokenización de activos gracias al apoyo de las autoridades. Desde el principio, Zug (una pequeña ciudad a 30km de Zurich) atrajo iniciativas empresariales relevantes en el terreno de los criptoactivos. Hoy en día se conoce mundialmente como el Crypto Valley y es uno de los centros de innovación más importantes en el mundo de los criptoactivos, en el que se emplazan la sede de Ethereum, Tezos o Cardano junto con numerosas empresas del ecosistema. Tanto el regulador (FINMA) como el gobierno suizo ven este espacio como una oportunidad para que el país se posicione como un centro financiero innovador en los mercados de capitales y apoyan la entrada de las empresas y los bancos en este espacio.
P: ¿Cree que el resto de Europa debería avanzar más rápidamente en la regulación de los criptoactivos?
R: Siempre es deseable que se avance con la mayor rapidez posible y con la ambición requerida para poder crear un ecosistema seguro y competitivo con otras geografías, para atraer inversión y talento. BBVA trabaja con una vocación global y en el ámbito de las criptodivisas tenemos que ir al mismo ritmo que la regulación.
En lo que respecta a Europa, en el mes de octubre se estableció un borrador de una nueva regulación, denominada MiCA (Regulación de Mercados de Criptoactivos), que está empezando a marcar cuáles deben ser las líneas que regulen a los proveedores de servicios de criptodivisa. Son muy buenas noticias, porque el nivel de exigencia de garantías que apunta es muy alto, lo cual es esencial para crear un mercado seguro para los participantes. Nosotros, como entidad regulada, iremos muy de la mano de esa regulación.
Además del regulador europeo, ya hay muchos reguladores que se están dando cuenta de que es importante regular los activos digitales. Es un movimiento que está sucediendo a nivel global.
¿Países con mondas digitales?
P: BBVA siempre habla de este servicio como un primer paso para adquirir experiencia en las gestión de activos digitales. ¿A qué se refiere exactamente? ¿De qué tipo de servicios estamos hablando?
R: Creemos que vale la pena explorar el potencial de la tokenización de activos como una innovación significativa que podría tener un impacto transformador en los mercados de capitales y en el intercambio de cualquier valor o datos.
La tecnología ‘blockchain’ permite generar activos digitales únicos que se pueden almacenar y realizar transacciones de persona a persona, que se pueden programar y ejecutar automáticamente en una base de datos compartida que podría estar disponible públicamente para cualquier persona. Estas son características muy relevantes que podrían potencialmente tener un impacto importante en la forma en que los valores, que ya son activos completamente digitales, se almacenan y comercializan. Sin embargo, el concepto se encuentra todavía en una fase muy temprana, y hay muchas cuestiones sobre la mesa: gestión de las bases de datos abiertas, papel de los depositarios, compensación de las posiciones de riesgo, etc.
P: China, Japón y Asia en general están haciendo ya pruebas con monedas digitales. Hasta Europa ha empezado a analizar la posibilidad de euro digital. ¿Cree que todas las monedas acabarán teniendo una versión digital que competirá con el bitcoin, ether, etc?
R: Hay más de 50 bancos centrales en todo el mundo realizando un análisis muy profundo sobre la necesidad de crear esta nueva forma de dinero digital, el diseño que debe tener y las implicaciones o impacto en el sistema financiero y los medios de pago. Una vez realizado este análisis, podremos ver si tiene sentido crear otra versión digital de cada moneda o no.
P: Como conclusión, ¿qué servicio o aplicación de ‘blockchain’ cree que vamos a ver más pronto que tarde como un servicio más de la oferta de los bancos a pie de calle?
R: Ya hay bancos, mayoritariamente digitales (‘neo bancos’) o de pequeño tamaño, que permiten a sus clientes la inversión en criptomonedas como bitcoin o ether. Puede que los bancos medianos y grandes, a medida que continúe el movimiento hacia la institucionalización ya mencionado, vayan incorporando este nuevo tipo de activos a su oferta.
Además, en el ámbito de las llamadas ‘blockchain’ privadas, ya hay bancos de tamaño muy relevante que están empezando a ofrecer a sus clientes productos de banca transaccional (‘trade finance’, ‘cash management’, pagos, KYC) que tienen por detrás plataformas basadas en tecnología ‘blockchain’.
El siguiente paso, si la regulación lo permite y los principales actores siguen invirtiendo en esta tecnología, puede que en los próximos años podamos empezar a ofrecer a nuestros clientes productos tokenizados como bonos o acciones.