A comienzos del año pasado, Airbnb despidió a 1.900 empleados, cifra equivalente a un cuarto de su personal. Su valoración cayó un 25%, sus planes se frenaron e inclusive se especuló con su posible venta. Para algunos, estaba todo perdido.
Con el veloz avance del Covid-19 a nivel global, el sector turístico se paralizó de un día para el otro y esta compañía –uno de sus mayores exponentes de toda la industria– vio cómo su futuro, que por momentos parecía exitoso y prometedor, se derrumbaba en un abrir y cerrar de ojos.
Los pronósticos tampoco ayudaban: la Organización Mundial de Turismo estimó en marzo que todo el sector sufriría pérdidas de entre 30.000 a 50.000 millones de dólares en todo el planeta.
Esta crisis global diluyó rápidamente la posibilidad de salir a bolsa en la primera parte del 2020, un objetivo que barajaba la compañía. Pero, lejos de rendirse, la firma salió a buscar inversoresque le inyectaran capital y le permitieran evitar la quiebra.
Y esa ayuda llegó: a mediados de abril cerró dos operaciones en las que le ingresaron casi 2.000 millones de dólares, fondos que se distribuyeron, en parte, para cubrir las cancelaciones de reservas y asistencia a los usuarios.
"Agradezco profundamente la confianza que tantos han demostrado en nuestra empresa, incluso durante la tormenta de la pandemia ", dijo Brian Chesky, primer ejecutivo y cofundador de Airbnb. Y agregó: "Todas las medidas que hemos tomado en las últimas semanas aseguran que Airbnb saldrá de la crisis aun más fuerte, independientemente de cuánto dure".
Casi ocho meses después de estas declaraciones, Airbnb llegó a Wall Street en una de las presentaciones más esperadas de los últimos años. Esa expectativa se tradujo en números:
- Sus acciones cotizaron a u$s163, más del doble de los u$s68 de su precio inicial
- También triplicó la valorización previa, de entre 56 y 60 dólares
- Su capitalización se incrementó 113%: desde los u$s47.000 millones hasta los u$s108.000 millones actuales
Esta cifra no es menor: superó la valuación de mercado total de siete cadenas hoteleras estadounidenses, como Marriott (u$s41.000 millones), Hilton (u$s29.000 millones) y Hyatt (u$s7.000 M).
De esta manera, la oferta pública de Airbnb ha sido el mejor debut desde mayo de 2019, cuando la firma de alimentos 4.0 Beyond Meat aterrizó con un espectacular 163%.
Luego de un año turbulento, la compañía se encuentra con el desafío de mantenerse vigente, hacer valer su fenomenal salida a bolsa y demostrar que los inversores no se equivocaron al apoyarla.
El detrás de escena
El plan "mantenerse a flote" no fue sencillo. Cuando en abril la compañía debió realizar recortes en su personal y achicar las operaciones no esenciales, el futuro era difuso. Con el paso de los meses, y la paulatina reactivación del turismo, logró mejorar sus cifras y conseguir un tercer trimestre prometedor.
Pero, detrás de este repunte, existen distintas visiones que explican la apresurada y agresiva llegada a Wall Street. Inclusive Chesky reveló que las únicas dos salidas viables eran llegar a bolsa o vender toda su participación y abandonar el barco.
Una de ellas tiene que ver con la exigencia de quienes aportaron capital. Para Ignacio Carballo, director del Ecosistema de Programas Fintech de la UCA, esta es una de las hipótesis más fuertes: "No le quedaba otra. Los inversionistas tenían que refinanciar sus préstamos".
La capitalización de Airbnb creció 113% hasta los u$s108.000 millones desde su llegada a Wall Street
Por su parte, Gustavo Neffa, socio y director de Research for Traders, explica a iProUP que, pese a la crisis global, el año pasado registró un boom de empresas que salieron a la bolsa. En su visión, "muchas compañías recibieron plata de venture capitals. El sector fintech, por ejemplo, tuvo un total de u$s31 billones en lanzamientos en 2020, sin contar al fallido Ant, la fintech de Alibaba".
"La mezcla entre abundancia de dinero emitido por parte de los principales bancos centrales del mundo para paliar la crisis y la imposición de la tecnología como un acelerador de cambios ha hecho de Airbnb una buena alternativa para posicionarse a futuro en el actual contexto. Es, en definitiva, una gran intermediaria en el alquiler temporal online", agrega Neffa.
En la misma sintonía, Marco Casarotti, economista de la universidad Di Tella y analista de la startup de inversiones Front, comenta a iProUP que, tradicionalmente, las empresas buscan "momentos estables" para salir a bolsa, pero que en este caso particular el mercado está muy líquido, producto de los planes de estímulos monetarios impulsados por los gobiernos.
"La pandemia va a llegar a su fin y el gobierno de Estados Unidos habrá emitido cifras récord. El turismo se reactivará, haciendo que los actuales inversores busquen posicionarse antes de que sea demasiado tarde. Creo que ahí es donde ven el potencial", suma Casarotti.
Vale destacar que Airbnb no registró beneficios en ninguno de sus 12 años de historia, tal y como reconoció en su primer día en Wall Street, no espera obtenerlos a corto plazo, consecuencia del impacto tan brutal que ha tenido la crisis sanitaria del coronavirus.
Pero ¿qué la hace tan atractiva? "Ostenta un potencial a nivel global que aún no está explorado. A finales de 2020 ya tenía más de cuatro millones de personas y empresas que alquilaban sus propiedades en más de 220 países. Es un modelo de negocios que no tiene techo ni una competencia rotunda con otras plataformas", comenta Carballo.
Neffa agrega que luego de la pandemia esta firma saldrá beneficiada por los cambios de hábitos a la hora de viajar. "La gente ahora busca menos hoteles y más propiedades con mayores espacios, más áreas verdes con menos contacto con otras personas por el tema del coronavirus. Se está modificando la manera de vacacionar", remarca.
Por su parte, Casarotti indica que "Airbnb es atractiva por su modelo, en el que una compañía de tecnología se basa en actuar meramente como un canal".
"Ellos conectan personas con alojamientos sin poseer ninguna propiedad, lo que permite no tener gastos fijos elevados, algo importante a la hora de ver los balances de una empresa. Lo que hay que seguir de cerca es el nivel de deuda que tome la compañía en el futuro", agrega el experto.
Lo que viene
Sin dudas, Airbnb cerró el 2020 mejor de lo que lo comenzó. El real desafío que tiene de ahora en adelante es continuar con su crecimiento y constituirse como una empresa rentable y sostenible.
"Es una compañía joven: desde antes de la crisis ya venía reportando malas cifras operativas, con márgenes negativos y cash flows deficitarios, compensados por su flujo financiero positivo, lo que constituye un desafío para su crecimiento operativo, patrimonial y financiero", analiza Neffa.
Y confía: "En Research for Traders proyectamos que Airbnb finalizaría el año 2020 con una caída en sus ingresos de 21% en dólares. Pero los mismos se recompondrían 31% durante este año".
Después de 12 años de operar en forma privada, y ahora listada en Wall Street, el analista afirma que Airbnb ha logrado un hito al diversificar sus operaciones más allá de Estados Unidos.
"A esto se le suma su potencial de expansión hacia nuevos mercados. La empresa está en crecimiento así que es un buen momento para invertir en sus acciones más allá de su valuación, si es que convalidan todo su proyecto en los próximos años", asegura.
Más allá del alquiler de estadías, el modelo es prometedor por su vinculación con el real estate y las experiencias turísticas
Para Carballo, el futuro de la firma también es prometedor, no solo por su oferta en el modelo de alquiler de viviendas, sino por complejo y completo entramado de recomendaciones turísticas que ofrece todo tipo experiencias para viajeros. Además, se especula con la posible vinculación con el sector del real estate.
"Creo que veremos un ajuste en el valor de sus acciones a corto plazo, pero a nivel global es un mercado inexplorado y seguirá creciendo. Vino para quedarse y tiene mucho que ofrecer", agrega.
"De cara al largo plazo, tres años o más, es una buena compañía. Tienen el foco puesto en el futuro y eso es algo importante a considerar antes de invertir en una empresa de este tipo", dice Casarotti.
Más allá de que el precio de sus acciones llegó hasta los u$s182 el 14 de enero, el mercado corrigió y hoy oscila en los u$s161, similar a su salida en bolsa.
Pero la clara confianza de los inversores y su potencial de crecimiento se combinan para convertir a Airbnb en una de las grandes apuestas bursátiles de los próximos años.