Nació en 2012, tres años después de Bitcoin comenzara a crecer como divisa virtual y fuera vista con recelo por las grandes instituciones financieras.
Justamente, su objetivo principal era aprovechar las bondades de las criptomonedas: un registro único e inviolable (blockchain) y la posibilidad de enviar fondos en segundos y a costos mínimos.
Sin embargo, descartaba la descentralización que propone Bitcoin. Así, una empresa, en lugar de la comunidad, sería la que "gobernaría" este activo. Es decir, validar transacciones y decidir las políticas de emisión. Había una "cara visible".
De esta forma, la propuesta de Rippleentusiasmó a los bancos, que no dudaron en sumarse al proyecto: a través de la criptomoneda denominada XRP podían realizar transferencias instantáneas a todo el planeta y a costo marginal.
Se estima que un tercio de las principales entidades globales se sumaron al sistema, como Bank of America, Santander, Barclays, y HSBC, entre otras. Así, XRP se convirtió en la tercera moneda con mayor capitalización de mercado, luego de Bitcoin y Ethereum, y la principal entre las divisas virtuales de capital privado.
Pero a finales de diciembre, apareció un cisne negro: la Comisión de Valores estadounidense (SEC) abrió una investigacióncontra Ripple, acusándola de levantar u$s1.300 millones con una oferta de valores no registrada.
Esto repercutió en su cotización: pasó de u$s0,62 a los u$s0,29 por unidad, luego de que las principales casas de cambio virtuales (exchanges) la retiraran de sus pizarras y prohibieran el intercambio de XRP.
¿Fracasó el proyecto cripto de los bancos? ¿Se recuperará la moneda o será un proyecto olvidado?
En la mira
Potenciadas por Bitcoin, la mayoría de las criptomonedas vivió un fin de 2020 y un comienzo de 2021 con alta "efervescencia". La divisa digital líder ganó u$s10.000 de valuación entre Navidad y la primera quincena de enero, hasta situarse en los u$s39.000. El resto del panel cripto vivió jornadas de efervescencia similares, pero Ripple no pudo imitar la tendencia.
"La principal causa es que la SEC definió que Ripple había salido a hacer oferta pública de un activo no regulado que puede terminar en cuestiones mayores en lo legal. Todos los exchanges que venían listando a XRP lo están sacando de sus índices, empujando el derrumbe del precio", revela a iProUP Manuel Beaudroit, CEO de la billetera cripto Belo.
Matías Bari, CEO del Exchange SatoshiTango, coincide: "Ripple es una empresa privada que fue acusada por la SEC de emitir securities sin licencia para hacerlo. Perdió valor porque varios exchanges lo están deslistando".
Manuel Beaudroit, CEO de Belo Cash
Sin embargo, XRP enfrenta algo inusual, al menos entre las divisas líderes: cuando un gobierno anuncia regulaciones a Bitcoin su precio decae, si bien luego repunta levemente. Algo que no está ocurriendo con el token de Ripple y que angustia a quienes adquirieron esta moneda.
"XRP es una pseudo-criptomoneda centralizada. No comparte ninguno de los atributos en cuanto a descentralización y otras características más nobles y notables", argumenta Beaudroit.
Nahuel Burbach, representante argentino del proyecto Zerion, concuerda en que se trata de una divisa "disfrazada de criptomoneda, pero la tecnología que desarrolla no es acorde a proyectos como Bitcoin o Ethereum. Por ende, queda expuesta a problemas que solo le generan desventajas".
Bari también descarta la comparación con otras divisas digitales, pues estas últimas "son descentralizadas, no hay nadie que decida qué se puede hacer o que no: es una red y el consenso manda".
Y añade: "Por sobre todas las cosas, no hay nadie a quien acusar, por lo que la resistencia a la censura es uno de los activos más importantes de las redes de Bitcoin y Ethereum", remarca.
En efecto:
- A diferencia de Bitcoin, en el que el poder está distribuido entre la comunidad
- En XRP la gobernanza está en la compañía (y, tal vez, también en sus clientes, las entidades financieras) pero no en los tenedores individuales
"Más que una criptomoneda, creo que fue un sistema digerible para los bancos, para que puedan comenzar a 'exponerse' a bitcoin y blockchain, sin tener repercusiones desde el punto de vista regulatorio o de la reputación", asegura Beaudroit sobre este enfoque de Ripple.
Según su análisis, "salió en su momento a construir el SWIFT 2.0: una red interbancaria del alcance global para mover fondos a muy bajo costo y de forma muy rápida entre instituciones financieras".
El sistema SWIFT fue diseñado en 1973 para permitir transferencias bancarias internacionales que se compone de los siguientes pasos:
- El emisor solicita la operación entre su banco y el del destinatario
- La entidad emite una orden de transferencia a otra en el exterior
- En caso de que ambos bancos no posean relación directa en el país de destino, se recurre a una entidad intermediaria
- El banco de destino recibe la orden y entrega los fondos
Una fuente del mercado afirma a iProUP que "un pago internacional demora entre tres y cinco días hábiles en completarse y sus costos son elevados: una transacción de este estilo consume el 7% del monto".
Sin embargo, en Ripple se abona un fee fijo de unos u$s0,30. También es más económico que PayPal, que exige el 5% de la suma enviada, con un mínimo de u$s9,99 y un máximo de u$s4,99.
Aliado de gobiernos
La gran paradoja de Ripple es que desde sus inicios se planteó como una solución cripto para entidades reguladas y ahora sea investigada por un regulador.
Tal vez para limpiar su nombre, ahora avanza en un nuevo producto para los países que deseen tener su moneda digital del banco central (CBDC).
Se trata de un kit de herramientas para que las autoridades monetarias puedan elegir la gobernanza (centralizada o descentralizada), algoritmos de consenso, registro de operaciones y otras opciones para personalizar su divisa de curso legal en versión cripto.
Matías Bari, CEO y cofundador de SatoshiTango
"No es un valor en sí mismo. Puede ser de utilidad o no, dependiendo de cuál es el asesoramiento", señala Bari, a la hora de saber si esto podría jugarle a favor a su cotización, aunque descree de la firma: "Hay que ver cuánto de lo anunciado es verdad".
Beaudroit, de Belo, también desconfía de las intenciones de Ripple. "A los bancos les vendían XRP para que puedan usar la red. Eso dejó en evidencia el sistema que usan y que roza la ilegalidad", subraya.
Además, critica que "Ripple arremetió contra las tecnologías abiertas como Bitcoin o Ethereum, porque era más fácil de explicar en las reuniones de directorios".
"Los bancos apostaron a Ripple porque conocían al dueño y podían tocarle la puerta en caso de algún problema, pero fue su mayor debilidad", asegura el directivo. Es que conocer al propietario no siempre es sinónimo de confiabilidad.
Así lo indica la historia de la firma. Una vez creada, los tres fundadores se quedaron con el 20% de los casi 100.000 millones de XRP de emisión, en tanto que el resto fue cedido a la compañía para que sean vendidos.
Jen McCaleb, uno de los creadores de la firma, vendió 1.200 millones de XRP (casi un tercio de sus tenencias) durante 2020, acumulando cerca de u$s500 millones justo antes de que explotara el problema con la SEC.
No sólo eso: McCaleb fue el fundador de MtGox, una casa de cambio de Bitcoins que en 2013 concentraba el 70% de todas las operaciones globales de esta criptomoneda.
En 2014, la firma denunció que había perdido 750.000 bitcoins de sus clientes y 100.000 propios. Esa cifra llegaba a los u$s500.000 millones de la época y el 7% de todo el circulante de la divisa. Un mes más tarde declaró la bancarrota, presionada por las denuncias de fraude, en un juicio todavía inconcluso.
¿Conviene apostar?
El mundo cripto está acostumbrado a que luego de una fuerte baja viene la recuperación de la moneda. Una vieja estrategia de los mercados financieros tradicionales que apunta a comprar activos cuando están depreciándose con la esperanza de un rebote fuerte. ¿Pasará con XRP?
"Ni antes ni ahora invertiría en Ripple. No le veo ningún atributo interesante. No sé si le pagarán un resarcimiento a los inversores en caso de que pierda la demanda con la SEC", afirma Beaudroit.
Burbach coincide y bromea que "no la tocaría ni con un láser. El enfoque hacia los bancos es sólo una arista de Ripple. "Veo mucho más interesante explorar nuevas ideas de dinero con aplicación de tecnología superadora", señala.
Para Bari, en tanto, "habrá que esperar a ver qué hacen otros exchanges: si retirar XRP de sus sitios, la falta de liquidez podría jugar en contra de su cotización".
En este sentido, Beaudroit es más tajante: "me parece que el activo en sí debe irse a cero, salvo que haya un tipo de movida en el que tienda a descentralizarse". "Si pasa eso último, significará que hay varios intereses que abogan para mantener el proyecto", asegura.
En este punto, y ante la posibilidad de que cierre ante la denuncia de la SEC, el directivo anticipa que "puede revivir en otro player, como un banco muy grande que esté empujando un sistema que reemplace a Ripple", es decir, genere una mejor opción para las transferencias internacionales entre entidades financieras.
Además, asegura que su portafolio ideal está compuesto en su mayoría por Bitcoin, Ether y "algunos tokens de finanzas descentralizadas (DeFi) que tienen potencial". Bari recomienda poner "70% en bitcoin, 15% en ether y el resto en otras divisas".
Así, la "criptomoneda de los bancos" está cayendo por su propio peso, a pesar de que su principal ventaja era tener un aval en una empresa constituida. O, como ironiza ante la consulta de iProUP un cambista digital que confiesa haber perdido plata con esta divisa, "Bitcoin tiene a la comunidad, Ripple tiene menos respaldo que una silla de montar".