El Banco Central comenzó la semana financiera con una importante compra de dólares en el mercado oficial (cada vez más regulado). Este lunes se llevó casi u$s200 millones, la mayor adquisición diaria desde finales de mayo del año pasado, para seguir recuperando las reservas internacionales.
De esta manera, y con una batería de mayores controles que impulsó la semana pasada sobre los importadores, la mesa del Central (ahora monitoreada por Diego Bastourre, el ex Finanzas y mano derecha de Martín Guzmán que llegó al directorio del BCRA para ser la voz y los oídos del ministro de Economía) extiende su "veranito cambiario".
Diego Bastourre, mano derecha de Guzmán, monitorea ahora la mesa del Banco Central y cuida los dólares.
Con un volumen de 415 millones de dólares, uno de los más altos desde noviembre del 2019, la rueda cambiaria fue netamente favorable para el Central. Los exportadores de cereales y oleaginosas ingresaron unos u$s377 millones en el mercado de cambios, una cifra bastante alta que le permitió al BCRA llevarse parte importante para sus reservas.
Enero con el pie derecho
El inicio de la segunda semana de enero, además, mejora lo que había sido la pasada, cuando habían aparecido algunas señales de fatiga en la recuperación: en la primera semana las reservas internacionales subieron u$s48 millones y el BCRA compró apenas u$s50 millones, muy por debajo a los más de u$s200 millones que había adquirido la semana previa.
Ya diciembre había sido un muy buen mes para el BCRA: pasó de ser vendedor neto de divisas a comprar más de u$s600 millones y esto le permitió que las reservas internacionales terminen 2020 en alza, dado que a esto se sumó la recuperación de los depósitos en moneda extranjera del sector público y del sector privado.
"Estimamos que la reversión en el resultado cambiario se apoyó en la menor demanda de divisas para pago de deuda, menor demanda de dólar ahorro y algo menos por pagos de importaciones. Fueron efectos que parecen más de corto plazo y presionados por el propio control de cambios del BCRA. La salud de las cuentas externas sigue siendo frágil considerando el mal desempeño de las exportaciones, dado que la caída en las cantidades supera con creces la mejora en los precios", dice un informe escrito por Martín Polo, estratega de Cohen Asset Management.
En la misma línea, Fernando Marull -director de FMyA Consultores- recuerda que el BCRA endureció más el cepo a 80 importaciones de bienes "finales y suntuarios" (desde cosechadoras hasta whiskies), obligando a conseguir financiamiento para "evitar pagos de importaciones" por u$s325 millones mensuales.
El Gobierno frenó más las importaciones para que no le saquen dólares al Banco Central.
La soja y la expectativa 2021
"Proyectamos que hasta marzo el BCRA seguirá en una posición débil en el frente cambiario, a pesar de: la soja a u$s500, que se levanta la prohibición a las exportaciones de maíz y se endurecen las compras a importadores. El driver es que el dólar oficial sigue atrasado y la brecha cambiaria sigue alta. Luego, en abril, si no hay sequía fuerte, entrará la nueva cosecha de soja y maíz", advierte Marull.
El economista afirma que asumiendo una soja de u$s500 en 2021 (suba del 25% contra la proyección anterior) y un nivel de producción bajando niveles de 45 millones, el valor de exportaciones del agro sería de u$s29.000 millones, casi u$s3.000 millones más que hace semanas. "Para las reservas del BCRA, con u$s3.000 millones de exportaciones de más, sube la chance de extender el veranito para llegar a octubre", sostiene.
En el corto plazo, otra luz de alerta es lo que pasará con la demanda de pesos después de la mega expansión de diciembre. "De cara al futuro, la preocupación se centra en la reversión de la demanda estacional de diciembre que obligará a esterilizar buena parte de la emisión incrementando aún más el stock de pasivos remunerados", puntualiza la consultora LCG.
Fundada por Martín Lousteau, la firma dice que esto condiciona la política monetaria debido a que la tasa de política impacta sobre la emisión del BCRA endógena por estos pasivos. "De hecho, a pesar de la fuerte aceleración inflacionaria que se dio en el último trimestre, el BCRA mantiene su tasa de política monetaria en 38% y no la mueve desde marzo del año pasado, mostrando cierta inacción en la utilización de instrumentos tradicionales", reconoció.
Fuente: iProfesional