La economía digital avanza sin pausa y no deja ningún sector por transformar. Así como en 2018 se popularizaron los servicios de delivery –como Rappi y Glovo–, este año promete la llegada de otras empresas internacionales que buscan digitalizar las tareas cotidianas de los argentinos.
Una de ellas es Mr. Jeff, una startup española que inició su incursión en el mercado local en noviembre y ya ofrece una aplicación para agilizar una tarea cotidiana: el lavado de la ropa.
Mediante la app, los usuarios pueden directamente solicitar el servicio de lavandería, dejarle una bolsa con prendas sucias a un repartidor y recibir la ropa limpia a las 48 horas en el domicilio. Todo, sin moverse del hogar.
"La Argentina es un país que tiene mucha tracción. Tiene un uso de apps importante y la penetración del delivery es más alta que en otros países de la región y España. Es un mercado perfecto para lanzarnos", explica Eloi Gómez Cal, CEO de la firma, a iProUP.
En efecto, la empresa ya tiene 25 puntos en la Argentina, en su mayoría están en la ciudad de Buenos Aires. Pero irá abriendo en todo el país y no sólo en las grandes ciudades, según afirma el emprendedor.
Cómo funciona
Los usuarios que deseen usar el servicio en las zonas donde está disponible pueden acceder a uno de los cuatro modelos de suscripción al estilo de Netflix que ofrece.
Por ejemplo, el "Plan S" –el más económico– cuesta 880 pesos mensuales y contempla el lavado de cuatro bolsas de ropa.
El "Plan XL" –el más caro– tiene un valor de 3.440 pesos por mes y, además del lavado de ocho bolsas, incluye el planchado de 48 prendas.
En todos los casos, la operación se realiza completamente a través de la aplicación. Y el usuario entrega y recibe su pedido en la dirección que indique.
Fuera de la suscripción, también se pueden contratar servicios puntuales. Por ejemplo, cada bolsa cuesta $250, cuando el promedio en las lavanderías porteñas es de $150 por carga.
También es posible lavar un juego de sábanas por $300 o planchar una prenda por $45. El lavado en seco de un saco o tapado se consigue por $290.
"Hay dos sistemas: se solicita el servicio varios días a la semana o se paga por pedidos puntuales. Los usuariostienen la posibilidad utilizar a diario, pero si pasan por una tienda que esté abierta también pueden hacerlo", asegura Gómez Cal a iProUP.
Con respecto al pago, se puede efectuar tanto con tarjeta de crédito como con efectivo, pues la idea es poder llegar también a la población no bancarizada, que llega al 52% en la Argentina, por encima del 47% de promedio en la región.
Franquicias
Al igual que otros servicios basados en apps, Mr. Jeff no cuenta con locales propios. Sin embargo, propone un modelo más "tradicional" para los prestadores del servicio: las franquicias.
"Nosotros ofrecemos nuestra tecnología y los procesos. Buscamos gente que nos apoye montando sus comercios", explica Eloi Gómez Cal a iProUP.
Para la elección de los candidatos, el CEO de Mr. Jeff indica: "Buscamos a personas comprometidas y que aprendan rápido. Por supuesto, tienen que tener el dinero de la inversión inicial para poder montar la tienda".
En este caso, el franquiciado deberá contar no sólo con el comercio, sino que deberá desembolsar $709.000 para que Mr. Jeff acondicione el inmueble y además le instale la maquinaria de lavandería.
Además, la empresa ofrece el entrenamiento, tanto del franquiciado como de sus empleados, para que puedan llevar a cabo el negocio de manera eficiente.
"Aplicamos un proceso de capacitación de todos ellos, luego de la entrevista con el postulante. Dura tres días, pero después hay un programa de enseñanza continúa", agrega.
El franquiciado también debe contar con un vehículo para realizar la recepción y la entrega de las bolsas en el domicilio del cliente. Puede utilizar una moto, auto o camioneta, de acuerdo al tránsito del lugar en el que esté emplazada la tienda, según comenta el CEO de Mr. Jeff.
"El reparto queda a cargo del franquiciado porque es la mejor manera de asegurar la calidad. Además, al encargarse del lavado y de la entrega, es mucho más sostenible", señala Gómez Cal.
Más allá de la inversión inicial, los dueños de los locales deberán abonar una tarifa plana mensual para operar bajo la marca Mr. Jeff y recibir los pedidos de los usuarios de la aplicación.
"Al ser un fee fijo, toda la ganancia es para él, no tenemos un modelo de revenue sharing (división de los ingresos)", remarca el empresario, en alusión al de las aplicaciones al estilo Uber o Rappi.
Para ser parte de la red de Mr. Jeff, el interesado deberá subir sus datos a la página, asistir a una entrevista –presencial u online– y desembolsar la inversión inicial.
"No trabajamos con lavanderías existentes, sino con aquellas que empiezan desde cero", resalta Gómez Cal, quien añade que el perfil que buscan es el de gente emprendedora y con ganas de aprender un nuevo negocio.
En ascenso
La compañía fue fundada en Valencia, España, hace cuatro años por Eloi Gómez, Adrián Lorenzo y Rubén Muñoz, tres emprendedores menores de 25 años.
Luego se expandió a Madrid y Barcelona. En 2017 llegó a México y en 2018 comenzó a ampliarse hacia la Argentina, Colombia, México, Perú, Chile y Brasil.
En tierras cariocas, Mr. Jeff adquirió en agosto a Lava é Leva, la franquicia más grande de lavandería en Brasil con más de 350 puntos de venta, con lo que fortaleció su posición en la región.
La firma espera contar con unas 200 lavanderías en la Argentina antes de fin de año. Además de la ciudad de Buenos Aires, hay aperturas programadas en Mendoza, Rosario, Mar del Plata y Córdoba.
Este año, recibió 12 millones de dólares en una ronda de inversión de Serie A, liderada por el All Iron Ventures para apalancar su expansión internacional.
Estos fondos se suman a los u$s3,5 millones que aportaron emprendedores europeos como Albert Armengol (CEO de Doctoralia), Jeroen Merchiers (Managing Director de Airbnb Europa, Medio Oriente y África) y Kim Jung (CEO NX Corp).
En la actualidad, tiene operaciones en siete países, pero espera llegar a otros 30 mercados en el corto plazo. Cuenta con más de 150 empleados directos y más de 2.400 indirectos.