"Estimado cliente: puede hacer lo que crea conveniente"
La frase fría dentro de un mail corporativo no hizo más que borbotear la sangre de Paula, que siguió leyendo el mensaje en busca de algún texto que la reconforte.
El segundo párrafo anunciaba que, ni bien tuvieran novedades acerca del community bot, el algoritmo que se encargaba de invertir, se comunicarían mediante un newsletter. Dato que sería alentador, si no fuera porque viene escuchando (o leyendo) esta novedad desde septiembre.
El tercer párrafo concluía con asegurando "no se puede ser específicos en estos momentos. Las negociaciones están en marcha", dando por tierra con cualquier esperanza de que Paula y otros miles de damnificados puedan "elucubrar" con "fechas ni con decisiones". Por lo tanto, el retorno de sus pesos, convertidos en bitcoins, deberá esperar.
- "¿A qué?", se preguntará Paula con una indignación que traspasa el celular, mientras mira a su hermano con cierto recelo porque él aún conserva la esperanza de recuperar su inversión.
Paula Salguero es empleada del Banco Ciudad y no es una improvisada: conoce de finanzas y compró Bitcoin como una forma de resguardarse ante la depreciación del peso. Conoció a la empresa Arbistar 2.0 a través de su hermano, sin saber que sería víctima de una estafa internacional.
"En agosto entré a retirar dinero porque tenía que renovar contratos y me encontré sin nada", recuerda Salguero, relatando el comienzo de su peripecia.
La firma española aduce la falta de los fondos por un error del algoritmo. Pero ella confirma que fue estafada. Víctima de un telar de la abundancia cripto.
Miles de argentinos
Arbistar 2.0 es una empresa española liderada por Santiago Fuentes, que desde su página se promociona como desarrolladora y distribuidora de bots de arbitraje. Es decir, automatiza el proceso de comprar activos en mercados donde están baratos para venderlos en otras plazas donde cotizan más caros.
"Ganar es la única opción", es la ambiciosa propuesta de la compañía, que promete "descubrir y alcanzar la libertad financiera". Y hasta cuenta con un plan de referidos, con recompensa para quien recomiende el servicio a otras personas, aclarando que no se trata de una estafa piramidal. Pero oscurece.
"Es un telar de la abundancia encubierto. Cada vez que intentamos juntarnos para hacer una denuncia nos cerraban los grupos de Facebook, de Telegram. Es dificíl saber cuántos implicados hay. Hasta recibimos amenazas", advierte Julieta Vázquez a iProUP, otra argentina damnificada.
Las estafas piramidales, con casos resonantes a nivel global como el de Bernie Madoff e, incluso local, como el telar de la abundancia, prometen grandes ganancias y parten de la base de una inversión pequeña, accesible que (casi) por arte de magia parece multiplicarse a medida que se va ascendiendo en la escala.
Pero, en realidad, para subir en la pirámide hay que incluir a más personas en el presunto negocio: quienes entran primero van recibiendo parte de las ganancias obtenidas los fondos que aportan los miembros que recomendaron.
Cuando ya no entra más gente, la burbuja explota. Así se descubrirá que la rentabilidad que podía crecer como las habichuelas mágicas es solo eso: un cuento.
En la Argentina, cada vez hay más damnificados. Se estima que son cientos. Vázquez cuenta que la ganancia llegaba al 12% mensual. El importe mínimo para ingresar era $150.000, los intereses se acreditaban semanalmente y el capital total se devolvería a los 60 días. Pero no eran más que números en una pantalla.
"Estaba muy camuflado el esquema de pirámide Ponzi, pero te decían que si sumabas a 20 personas te ganabas un porcentaje", cuenta Vázquez, que trabaja en una carpintería familiar en la provincia de Córdoba.
La daminificada ingresó en junio. El mes siguiente no registró inconvenientes. Pero en agosto ya no acumulaba intereses.
"En septiembre avisaron que habían registrado una perdida grande de bitcoins y que estaban complicados para pagar. Pero en octubre anunciaron que nos iban a descontar el 28% de lo que teníamos que cobrar y el resto se abonaría en seis cuotas. Hasta nos hicieron firmar un contrato digital. Siguieron pasando los meses sin novedades. Quisimos denunciarlos y recibimos amenazas", relata.
"Es una estafa muy grande. Pensaba estar 60 días y salir, pero no pude", confiesa.
Salguero entró en agosto de 2018 e invirtió en el bot comunitario. "Trabajo en Banco Ciudad, algo de números sé. Ellos argumentan que el bot dio un 28% de más, pero es algo poco creíble. Congelaron todo", confía a iProUP.
Según la damnificada, la empresa ofreció dos soluciones para devolver los fondos:
- Los aportes originales, sin las reinversiones, en seis pagos mensuales
- Los aportes originales, con las reinversiones, en doce meses: 50% en Bitcoin y el otro 50% en contraprestaciones con productos a determinar
"Cuando todo el mundo aceptó la segunda opción, desde Arbistar anunciaron que había aparecido otro grupo de inversores y que se iba a poder negociar mejor. Yo lo único que quise fue ahorrar y todavía nos dicen que están elaborando un cronograma de pagos", admite Salguero.
La Policía Nacional y la Guardia Civil de España calculan que el fraude de Arbistar 2.0 superaría los u$s1.000 millones y más de 32.000 víctimas que no pueden retirar sus ahorros. Así, Fuentes se enfrenta a una demanda colectiva promovida por varios inversores.
Si bien el ejecutivo prometió devolver los fondos en cuotas, a tres meses de la denuncia no hay novedades sobre el pago. Fuentes enfrenta cargos de "estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a un grupo criminal".
Además, goza de libertad provisional, aunque el caso se encuentra lejos de resolverse. Sumado al dato de que Fuentes reside y tiene su empresa en Tenerife, adscripta a la Zona Especial Canaria (ZEC), un territorio que –gracias a sus facilidades para crear sociedades– fue la sede de varias estafas piramidales en España en la primera década de 2000.
De quién fue la culpa
El argumento que esgrime la empresa es que sus bots no calcularon de manera correcta los intereses y, para evitar pagar más de la cuenta y quebrar la empresa, optaron por dejar de abonarlos hasta solucionar la falla. Sin embargo, mantienen las recompensas por recomendar el servicio a otros usuarios.
Luis Paolini, director de la carrera de Licenciatura en Administración y Sistemas del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), asegura a iProUP que si se trata de un algoritmo cualquiera podría auditar las ganancias o pérdidas que obtiene en tiempo real.
"Si fuera un bot, uno puede entrar y salir cuando quiere. Es transparente y muy simple de utilizar", señala el experto y agrega que el dinero se deposita "en un broker o un Exchange (casa de cambio), en el que están los fondos custodiados y de ahí el robot manda órdenes de comprar o vender".
"Pero en ningún momento se deshabilita el retiro del dinero: es como tener una cuenta bancaria remunerada", completa.
Alan Verbner, cofundador de Atixlabs, advierte a iProUP que "los cálculos con algoritmos siempre son difíciles y un error mínimo puede costar muy caro", indica el experto. Y luego remarca: "Si sos una empresa seria, te cuidás mucho, en especial, de perder plata".
"Podés tener problemas en el proceso de calidad. No haberlo testeado lo suficiente. Cómo estas cosas pasaron en la blockchain es complicado saber qué ocurrió realmente", advierte.
Al posible error técnico, Paolini añade el problema legal: "Están operando en Canarias, una zona de baja o nula tributación", que "seguramente tendrá reglas especiales: no se podrán iniciar acciones como individuos sino mediante una acción colectiva".
Por su parte, Diego Nunes, abogado y socio del estudio Nunes y Asociados, confirma a iProUP que el caso Arbistar es una estafa según el derecho argentino.
"Los damnificados pueden hacer la denuncia en la Argentina para que se bloqueen las operaciones de estas empresas, si es que la fiscalía lo considera", remarca el letrado.
Nunes asegura que "la denuncia llega a especialistas en delitos informáticos, y a veces, se toman medidas preventivas para que otras personas no caigan en lo mismo", pero advierte: "Para recuperar el dinero, van a tener que litigar en el exterior porque la compañía no está radicada en el país".
Mientras tanto, miles de argentinos esperan que lo que parecía una forma sencilla de resguardar sus ahorros no termine haciéndoles perder todo. Incluso en el mundo cripto, auditable y transparente a través de la blockchain, los Madoff 4.0 están a la orden del día.