Como ya se venía anticipando, el agua comenzó a cotizar esta semana en Wall Street dentro del mercado de futuros de materias primas.
El motivo por el que se tomó esta determinación es, ni más ni menos, que la escasez de este bien. Es así como su precio fluctuará ahora también lo hará como sucede con el petróleo, el oro o el trigo, según informó CME Group.
El índice Nasdaq Veles California Water Index, señala que el precio del agua se duplicó en el último año. Se estima que su valor seguirá subiendo a medida que sea cada vez más escaso.
Este índice, con el "ticker" NQH2O, se basa en un indicador de precios de los futuros del agua en California que este miércoles cotizaba a unos 486,53 dólares por acre-pie, una medida de volumen utilizada en Estados Unidos equivalente a 1.233 metros cúbicos.
El impacto en la Argentina
Con un 48% de su territorio compuesto por agua, Argentina es considerada una potencia mundial en cuanto a recursos hídricos.
Uno de los más importantes es el Acuífero Guaraní que comparte junto a Brasil, Uruguay y Paraguay. Es uno de los reservorios de agua dulce (el agua que es apta para consumo humano) más importante. Cubre 1.190.000 kilómetros cuadrados, con un volumen de aproximadamente 40.000 kilómetros cúbicos, un espesor de entre 50 y 800 metros y una profundidad máxima de aproximadamente 1800 metros. Debido a su volumen, es el tercero en importancia a nivel mundial.
También se incluyen los glaciares del país que son la segunda reserva más importante de América Latina. Según el Inventario Nacional de Glaciares, hay 16.986 masas de hielo ubicadas en 12 provincias, 16.078 se hallan sobre la Cordillera de los Andes y 890 en las islas del Atlántico Sur. El 65% se ubica en las provincias de San Juan, Mendoza y Santa Cruz.
Se estima que los glaciares acumulan el 70% del agua dulce del planeta. Argentina es el segundo país latinoamericano con mayor cantidad de glaciares y está dentro de los 15 países a nivel mundial con mayor superficie cubierta de hielo, según datos de El Economista.
Por otra parte, la llegada al mercado de materias primas permitirá una mejor gestión del riesgo futuro del agua. Los nuevos contratos permitirán una mejor gestión del riesgo asociado a la escasez del agua y realizar una mejor correlación entre oferta y demanda en los mercados, plantea el informe de CME Group.
El índice está basado en los precios de las principales cuencas fluviales de California pero el valor podrá ser usado como referente para el resto del mundo. Los contratos de futuros no requieren entrega física de agua y son puramente financieros basadas en el promedio deprecio semanal de las cinco principales cuencas en ese Estado.
¿De qué forma se puede vender o comprar un bien común como el agua?
En casi la totalidad del planeta, las leyes consideran el agua como un bien común del dominio público.
No obstante, es posible otorgar derechos de uso de esa agua a través de concesiones o licencias administrativas.
Lo empezó a cotizar en Wall Street no es el agua en sí misma, sino los derechos de uso.
"Esto siempre ha funcionado de manera informal en todos los lugares del mundo con sistema de riesgo, también en España", señala al matutino Gonzalo Delacámara, director de Economía del Agua en el Instituto IMDEA, "un regante A le dice al B, este mes no voy a regar, te cedo mis derechos a cambio de una compensación". Lo que es mucho menos común es la existencia de un mercado formal para realizar estas transacciones de derechos.
¿Cómo funcionan los mercados de uso y aprovechamiento del agua?
En buena parte de los Estados del oeste de EE UU, se desarrollaron mercados para realizar transacciones de este tipo, como el de California.
"Cuando se genera un derecho de uso y aprovechamiento de agua, está por un lado lo que podríamos llamar la vía del recurso natural, la más importante, el agua que permite mantener caudales ecológicos, recargar acuíferos, abastecer ciudades como Los Ángeles, regar campos de cultivo. Y, por otro, hay una vía que es estrictamente financiera: se ha generado un título, que se convierte en un activo financiero", señala Delacámara.
Así, puede haber, por ejemplo, agricultores que quieran intercambiar derechos de uso para tener agua con la que regar sus cosechas, pero también otros actores que lo que busquen sea ganar dinero con esos activos financieros.
¿Cómo funciona el mercado de futuros?
A diferencia de los mercados spot, donde se pueden realizar transacciones de derechos de agua de forma inmediata, como quien va a un supermercado y compra unas manzanas, en los mercados de derivados estos intercambios son a largo plazo.
En zonas de escasez crónica de agua como California o el sudeste español, una persona puede no necesitar agua en ese momento, pero sí estar interesada, por ejemplo, en garantizarse su disponibilidad para una campaña de riego en el futuro o para un periodo de años.
¿Qué es entonces el Nasdaq Veles California Water Index?
Este índice empezó a funcionar en octubre de 2018 y se forma a partir de los precios de los derechos de agua en el mercado de futuros de las cinco zonas de California con mayor volumen de transacciones de este tipo. Esta semana la cotización está en 486,53 dólares por acre pie, una medida que equivale a cerca de 1,4 millones de litros.
¿De qué forma puede ayudar esto a gestionar de forma más eficiente el agua?
"En teoría, de esta forma lo que estás haciendo es generar incentivos para que la gente sea más eficiente porque los derechos excedentarios de agua los puede llevar al mercado", explica Delacámara.
"Además, esto sirve para garantizar que el agua que haya disponible llegue a priori dónde se necesita y conseguir liquidez en este mercado que eventualmente pueden financiar inversiones de mejora, orientadas a la conservación del recurso".
Para el economista que asesora a Naciones Unidas, la Comisión Europea o el Banco Mundial, "estos mercados de derechos pueden ser una herramienta de conservación, si se utilizan bien, lo que no siempre ocurre".
Como detalla a El País, si bien el modelo de mercados de EE UU incluye más cautelas, hay casos mucho más controvertidos en Australia y Chile, donde se ha priorizado el desarrollo agrícola por encima de objetivos ambientales, otorgando en ocasiones derechos gratuitos y a perpetuidad para garantizar seguridad jurídica a los regantes. Ha ocurrido hasta niveles absurdos. Como señala Delacámara, "en el valle de Copiapó en el norte de Chile se entregaron más derechos de uso que el agua efectivamente disponible en la cuenca".
¿Por qué estos mercados resultan tan controvertidos?
Se considera que estos mercados pueden jugar un papel para flexibilizar la gestión del agua en caso de sequía y reducir los conflictos en este tipo de emergencias.
Sin embargo, Pedro Arrojo, economista y relator especial de la ONU para los derechos humanos al agua potable y al saneamiento, se muestra totalmente contrario a estos mecanismos financieros. "Estos intercambios de concesiones entran en flagrante contradicción con las bases con las que se administra un bien público, más que flexibilizar, esto es el libre mercado que hace negocio con el agua, de repente alguien hace dinero a base de vender un derecho que le ha dado gratis el Estado", subraya el profesor de Análisis Económico.
"Mira hasta qué punto estas cesiones pueden ser perversas: usuarios de agua en la desembocadura del Guadalquivir, arroceros que normalmente consumen agua que ya ha discurrido por todo el río, le venden los derechos de uso a usuarios del campo de Dalias en Almería, en la cabecera, a través del trasvase Negratín-Almanzora. Es decir, esa agua ya no baja por el Guadalquivir, con lo que supone esto para otros usuarios o los servicios ambientales del río", destaca. "Pero, claro, el mercado no tiene en cuenta estas cuestiones".