En el maco de la crisis económica originada por el covid19, muchos son los que se plantean qué pasará de cara al 2021. Dentro de las predicciones se espera una recuperación, pero también hay ciertos temores acerca de la automatización, en ciertos rubros, que parece haberse acelerado en el último año como consecuencia de la pandemia.
Según el reciente estudio del Foro Económico Mundial, muchas empresas encontraron los beneficios de la transformación digital, aplicada para impulsar la venta finalista, pero también para la reingeniería de procesos.
El confinamiento, el teletrabajo o el costo de las medidas de seguridad y prevención podrían acelerar la reconfiguración de la fuerza laboral y el reparto de tareas entre robots y humanos.
Según la organización suiza, 85 millones de empleos serán "desplazados" en quince industrias y 26 economías. Sin embargo, el balance es positivo: aparecerán alrededor de 97 millones de nuevos puestos de trabajo vinculados a la cuarta revolución industrial, las relaciones humanas o la creatividad.
Ante la llegada de los fondos europeos de recuperación y la formulación de políticas y relaciones laborales ya nacidas post covid19, ahora es el momento de considerar las bases de los nuevos empleos, las oportunidades de negocio para las pymes y las consecuencias para cada economía regional.
Los cambios
Los estudios sobre el futuro del empleo coinciden en una cuestión fundamental; no hay nada que sustituya la compañía, el cuidado, la cercanía o la empatía.
Los robots están orientados a la sistematización de acciones repetitivas y precisas, siguiendo una pauta. Sin embargo, no pueden dar ese calor humano que requiere la atención psicosocial, la conversación con los mayores, acompañar a los enfermos o las personas dependientes, así como a los menores.
La inteligencia artificial, la revolución cuántica, el Internet de las cosas o la biotecnología serán sectores principales con fuertes requerimientos de inversión en I+D.
Pero además, existe un universo gigante de personas que requieren solo el tiempo de otras personas. En la economía de los cuidados, encuentro la oportunidad de organizar la oferta y la demanda, digitalizar y simplificar los procedimientos, favorecer la formación continua, así como la creación de redes sociales especializadas. Esta función requiere implantación local y es generadora de empleo neto.
¿La cuarta revolución?
La inteligencia artificial, la revolución cuántica, el Internet de las cosas o la biotecnología serán sectores principales con fuertes requerimientos de inversión en I+D, apoyo institucional y comprensión de las políticas europeas.
No es un territorio fácil para las pymes, a las que les costará liderar estos proyectos. En cambio, pequeñas empresas serán esenciales en la producción de servicios complementarios, en la creación de hubs o clusters que apoyen a las grandes empresas y que hagan de servicios a la economía de la cuarta revolución industrial.
Frente al primero, estos servicios nacen internacionales y compiten en los mercados globales. No puede pensarse la creación de negocio sin esta perspectiva de talento internacional.
Los contenidos digitales
Por otro lado, otro eje de crecimiento es la producción de contenidos digitales. Incluyo en esta categoría tanto los bienes y servicios audiovisuales (información, entrenamiento, vídeos corporativos) como los que están orientados a la educación.
Estos dos pilares de la sociedad digital requerirán creatividad, la capacidad para contar historias o la generación de mitos, así como la habilidad docente o la tutoría personalizada.
Una pyme productora de contenidos digitales tendrá que apostar por la creatividad para llegar a una audiencia global a través de plataformas digitales. Desde cualquier punto geográfico, la empresa puede vender sus contenidos, atender en varios idiomas y adaptarse a distintos usos digitales.
¿Cómo será el turismo?
En lo que respecta al caso español, el turismo representa el 12% del PIB y el 14% del empleo. La región ibérica no puede esperar a que pase la pandemia para adaptar la industria que tracciona la economía española; y la innovación turística vendrá antes de las empresas medianas que sepan aprovechar el cambio de modelo económico.
La pyme encuentra oportunidades en la creación de servicios para el turismo que vendrá. Tiene dos implicaciones directas. Por un lado, el incremento de la responsabilidad con el territorio y el medioambiente, lo que condiciona el número o la recurrencia del número de visitantes.
En una dimensión digital, las pymes deberán desarrollar una oferta transmedia.
Las pymes pueden competir mediante la creación de experiencias únicas, personalizadas y con actividades artesanales, frente al modelo de economías de escala de los grandes resorts.
Los espacios pequeños serán el gourmet del servicio turístico. En una dimensión digital, las pymes deberán desarrollar una oferta transmedia (realidad virtual, vídeos 360, historias en redes sociales, contenidos educativos), tanto para sus clientes como para las grandes empresas del sector.
Nuevas relaciones laborales
Por ultimo, se debe entender que el futuro del empleo necesita que las condiciones de los trabajadores se adapten a los nuevos tiempos. El teletrabajo, el derecho a la desconexión digital, el trabajo por proyectos o el diálogo social tienen que reforzar la calidad del empleo y la situación personal del trabajador.
Debiro a esto, la transformación digital deberá ofrecer a las pymes la oportunidad de diferenciarse con una propuesta más humanas, más equitativas y adaptadas a la realidad de cada uno de sus empleados. En la felicidad del personal afecta directamente a los resultados, publicó el blog ThinkingBig