Bitcoin, la divisa digital más conocida, perdió este año un 80% de su valor, volviendo a sus niveles de la primera mitad de 2017.
Muchos factores explican el desplome del bitcoin en 2018. La tecnología que el año anterior había atraído a un sinfín de inversores no especializados al calor de unas expectativas de revalorización sin freno huyeron causandi el desplome de la cotización.
La presión de los reguladores de medio mundo también contribuyerin a disminuir su valor ante el miedo a encontrar cada vez más trabas. Además del desplome del que muchos analistas llevaban tiempo avisando, este año será recordado por otros sucesos en el universo de las criptomonedas, señala El País de España.
En 2017, el bitcoin alcanzó un valor que poco tiempo atrás parecería de ciencia ficción. El 17 de diciembre rozó los 20.000 dólares. El pasado viernes rondaba los 3.850. En 12 meses, su capitalización pasó de 800.000 millones de dólares a 67.000.
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“La suba de 2017 no respondía a ninguna explicación racional asociada al valor real. Era solo una burbuja especulativa, lo que se confirma con la agresiva corrección de 2018, ya que no hay unas causas objetivas que la expliquen”, indica a El País de España Juan Pedro Gravel, socio de Estrategia Tecnológica de Deloitte.
El desplome del bitcoin está llevando a los mineros —los que fabrican nuevas criptomonedas a través de potentes computadoras que consumen ingentes cantidades de energía— a replantearse los beneficios de esta actividad.
Según distintos cálculos, el minado empieza a ser rentable a partir de un bitcoin por encima de 4.000 o 5.000 dólares, franja que quedó atrás. A esto se le une que en 2020 la remuneración por minado se reducirá a la mitad. En ese momento, en función de cómo cotice el bitcoin, se verá si es rentable o no continuar con esta actividad que conlleva unos importantes costes, sobre todo por el altísimo consumo de electricidad.
Es imposible anticipar si el desplome continuará o no en 2019. Pero parece claro que la tecnología blockchain, al margen de las oscilaciones del bitcoin, ha llegado para quedarse. “El panorama es optimista porque hemos tocado fondo. No sé de cuánto, pero habrá un repunte. Desde el punto de vista tecnológico, habrá mejoras técnicas relevantes”, explica Alberto Toribio, cofundador de NevTrace.
“Las criptomonedas se convertirán en algo común en nuestras vidas. Blockchain dará soporte a transacciones financieras y no financieras en nuestro día a día en pocos años”, añade el socio de Deloitte.