El límite de u$s200 mensuales para comprar a precio oficial, junto con la artillería de trabas, autorizaciones y gravámenes para posicionarse en moneda dura (como el Impuesto PAÍS y el 35% a cuenta de Ganancias o Bienes Personales), obliga a los argentinos a buscar alternativas para resguardar el valor de su dinero.
Este combo de restricciones, en medio de un contexto de pandemia que ha acelerado todos los procesos digitales, los lleva a incursionar en nuevas formas de inversión para capear la crisis y esquivar las limitaciones para acceder al mercado cambiario.
Tanto es así que ya en marzo las búsquedas en Google vinculadas a "criptomonedas" desplazaron a términos como "plazos fijos", y en mayo superaron al de "acciones".
Otro reflejo de esta tendencia reflejada en el gigante de Internet es que en agosto, en el medio de uno de los peores desplomes económicos de los últimos años, en Argentina se registró un récord en el volumen de transacciones de Bitcoins, y los especialistas vaticinan que ese registro máximo será destronado en octubre.
En ascenso
Carolina Battista, directora comercial para Servicios Financieros de Google Argentina, indica que esta demanda de información, que por cierto puede transformarse en un nuevo hábito, va de la mano del momento histórico que está viviendo la bancarización digital en el país, "en algunos casos por necesidad y en otros por oportunidad".
Por su parte, Gabriel Vago, fundador de la casa de cambio digital ArgenBTC, destaca a iProUP que si estos activos, en sus comienzos, fueron utilizados por un público que en promedio era menor a los 45 años y poseía afinidad por la tecnología, pero ese target se amplió.
"Su uso viene creciendo mucho y se está abriendo el abanico de personas. Están empezando a aparecer inversionistas institucionales y gente mayor", completa. Manuel Beaudroit, CEO de Belo, afirma a iProUP que "las monedas digitales te permiten acceder a activos cotizados en dólares".
"Funcionan más allá de la órbita de un país. Esto posibilita que puedan ser intercambiados por casi cualquier moneda. Es decir, por dólares pero también por pesos chilenos, colombianos o euros, por citar algunos ejemplos", detalla.
Daniela Sánchez Alejo, vocera de la empresa Pago Línea, uno de los últimos jugadores en desembarcar en el mercado local, dedicado a la en la compraventa de divisas virtuales, destaca a iProUP que la cantidad de aperturas de cuentas se duplicó en los últimos días como consecuencia de los anuncios realizados por el Gobierno.
"De hecho, siete de cada diez nuevos usuarios ya comenzaron a operar", revela la especialista.
Por dónde arrancar
En la actualidad existen varias plataformas para comprar divisas virtuales en pesos desde Argentina. Adquirirlas es totalmente legal, y no debe perderse de vista la recomendación de siempre: hacerlo mediante un exchange habilitado.
Quien desee dar el salto y recurrir a estos activos digitales como una vía para dolarizarse o como inversión:
- Debe ser mayor de 18 años
- Tiene que registrarse con un email, al que le llegará la validación
- Luego se le solicitará una selfie y la carga de imágenes del DNI
Algunas de estas plataformas no tienen costo y ganan con el spread (diferencia entre los precios de compra y y el de venta) como ocurre, por ejemplo, con las casas de cambio tradicionales. Con este proceso finalizado, se le deben cargar pesos desde alguna de las entidades habilitadas a la cuenta para luego comenzar a operar.
Es importante resaltar que Bitcoin y las principales altcoins, como Ethereum o Litecoin, más allá de la volatilidad, han mostrado una tendencia positiva a lo largo del tiempo y pueden ser las más tentadoras para quienes deseen obtener una ganancia por su cotización futura.
A pesar de su volatilidad, los expertos afirman que Bitcoin es un buen activo para resguardar el valor de los ahorros
"Para darnos una idea, si bien Bitcoin es la más conocida de todas, su valor ronda los u$s10.400, mientras que un Ethereum está en u$s340", agrega Sánchez Alejo.
Pero en el mercado local también se pueden encontrar las denominadas stablecoins, que siguen a las monedas fiduciarias, como el dólar. DAI, Tether, USDC y USDT son las más populares y vienen ganando adeptos. Estas pueden destacarse para el perfil de inversor conservador, cuyo objetivo casi siempre es dolarizarse.
Matías Bari, CEO y fundador del exchange SatoshiTango, indica a iProUP que tienen un valor estable en comparación con otro activo. "Podemos discutir si el dólar es más estable o no, pero lo cierto es que son una buena alternativa para resguardar el dinero. El Bitcoin tiene un precio muy volátil, valía u$s12.000 y ahora bajó a u$s10.000", advierte.
Estas vías de refugio del capital no tienen límites y también están excluidas de las últimas regulaciones, ya que se opera en moneda local. "En nuestra plataforma no operamos en dólares, por lo que la compraventa de cripto en pesos sigue exactamente igual y en las mismas condiciones que antes de las nuevas normas", completa el fundador de SatoshiTango.
Cómo obtener una renta
Los especialistas consultados por iProUP coinciden de manera rotunda: en la actualidad, las divisas virtuales son la mejor forma de dolarizarse de modo legal. Al no tener ningún tipo de limitaciones. Esta "virtud" las transformó en la opción de moda.
Pero, así como se dice que los billetes verdes guardados debajo del colchón o en cajas de seguridad no se reproducen, lo mismo ocurre con esta alternativa de inversión una vez que el ahorrista los adquirió y dejó paralizado en su wallet.
Vago remarca que estos activos son un buen refugio del capital: "Con la inflación que estamos padeciendo y las restricciones cambiarias, son una muy buena alternativa, más allá de la volatilidad". No obstante, señala que no dan ganancias si no se los pone a trabajar. "Si yo compro un Bitcoin hoy, dentro de un año voy a seguir teniendo un Bitcoin. No generan rentabilidad por sí solos", comenta.
En coincidencia con su colega, Beaudroit recalca que "en sí no pagan una renta, como si fueran un fondo común de inversión. Tienen una cotización, es más parecido a las acciones en este sentido. Es como comprar un dólar: no te da un rendimiento anual, obviamente lo que estás haciendo es resguardar tu valor", expresa.
Así, el Bitcoin no se puede poner en plazo fijo, por ejemplo, como pasa con los pesos o dólares. Quienes quieran obtener alguna renta deben recurrir a los denominados contratos de interés.
Bari explica que existen diferentes alternativas en este sentido. "Unas son nuevas, otras no tanto. Algunas son en Bitcoins, otras en stablecoins. Obviamente para darte una renta le prestan tus monedas a alguien que las pide y que paga un interés por este préstamo", señala Bari.
Quienes usan este servicio deben dejar como una cifra específica como colateral o "garantía". "Si le prestas, por ejemplo, 1.000 dólares a alguien en divisas que es de otro país, ¿cómo hacés para ir a cobrarle? Es imposible. Por eso, en el caso de los DAI, se usan contratos inteligentes que abonan un interés", remarca Bari.
Y añade: "En realidad, lo que se hace es un proceso similar a sacar una hipoteca. Vos usás, pagás 7% anual y todo se maneja automáticamente con los contratos inteligentes, que es lo que se viene", resume el fundador del exchange SatoshiTango, en alusión a la tendencia de Finanzas Descentralizadas (DeFi).
Manuel Beaudroit agrega que "estos contratos pagan tasas que van del 1% anual en adelante. De esta forma, tu inversión inicial genera una ganancia", e indica que están aquellos que dan una renta mucho más grande y son -obviamente- más riesgosos.
En este sentido, Vago insiste en que estos activos no tienen un rendimiento anual (el interés que ofrecen cambia día a día), por lo cual no se puede calcular de la misma manera que otras opciones que tiene a su disposición el inversor promedio.
El auge de las divisas digitales se explica porque ofrecen un sinfín de alternativas para ahorrar e invertir. En estos momentos en los que el peso se escurre como agua entre los dedos, se destacan por brindar la posibilidad de dolarizar los ahorros de manera legal y sin límites.
Pero no se debe perder de vista que son instrumentos que fluctúan de valor, detalle no menor para quien no está acostumbrado a correr riesgos, pero que, limitado por las nuevas normas del cepo, no tiene otro camino, al desconfiar de la moneda nacional.