Glovo, la startup catalana que ha convencido durante los últimos años a los gigantes del capital riesgo como Rakuten para apostar por el proyecto, dejará de operar en Argentina.

El anuncio de su salida se realizó ayer y Argentina será el séptimo país en dos años en el que la empresa deja de operar, tras Chile, Brasil, Turquía, Egipto, Uruguay y Puerto Rico.

Mediante un comunicado enviado a sus empleados y usuarios, la compañía expresó que "ha tomado la decisión de cerrar sus operaciones en Argentina en las próximas semanas. La compañía tratará de enfocar los recursos en otros mercados en los que Glovo cuenta con una posición de liderazgo".

No obstante, los medios locales explican que la compañía fundada por Oscar Pierre abandona el negocio del delivery pero deja en el aire el futuro de sus tiendas, conocidas como dark stores.

Estos puntos de suministro están localizados en puntos de alta demanda y tienen un radio de cobertura para las entregas de hasta seis kilómetros de distancia. La estrategia de la empresa era expandir el formato hasta el verano pasado.

En esencia, la firma de reparto a domicilio traspasó sus operaciones a Pedidos Ya, otra compañía rival cuyo dueño es a su vez accionista de Glovo: Delivery Hero, el gigante alemán que recientemente invirtió en la división de movilidad de Cabify, como adelantó Economía Digital.

La firma de reparto a domicilio traspasó sus operaciones a Pedidos Ya, otra compañía rival cuyo dueño es a su vez accionista de Glovo

La salida de Argentina se une a Chile, Brasil, Turquía, Egipto, Uruguay y Puerto Rico. En el primero aterrizó en 2017 y salió en abril del pasado año, el segundo lo abandonó un mes antes y del resto se despidió a principios de 2020.

Sea como fuere, Argentina no era una plaza más para Glovo, sino una del top 5 de todas las que tiene la compañía, situándose solo por detrás de España e Italia y por delante de Perú y Ucrania.

Los motivos

Con presencia en más de 27 países, la estrategia de Glovo y de muchos negocios emergentes ha sido la de crecer sin freno para intentar captar la mayor cuota de mercado posible.

Es un plan agresivo que ha pasado factura en sus resultados, con pérdidas de más de 189 millones de euros durante el último año.

Ahora la estrategia pasa por centrarse en mercados rentables por varios motivos. El primero es que hay demasiada competencia en determinados países, que se convierten en inviables incluso a medio y largo plazo.

Es decir, las ciudades con muchas empresas de reparto, desde Rappi hasta Uber Eats, llevan a estas firmas de delivery a presionar mucho los precios a la baja.

Es un plan agresivo que ha pasado factura en sus resultados, con pérdidas de más de 189 millones de euros durante el último año.

El otro problema

Sin embargo, otro gran problema de estas empresas es su alta volatilidad: así como se abren mercados, se pueden cerrar en un santiamén.

Solo en lo que va de 2020, Lime, Movo, Glovo Go y Grin cerraron sus operaciones en Buenos Aires y en otros mercados de América Latina, en medio de reportes que alertan sobre las dificultades que tiene la industria de alquiler de monopatines para obtener ganancias. Esto, desde ya, se intensificó con la pandemia de coronavirus.

En la mayoría de estos casos, la decisión estuvo atada a priorizar aquellos mercados en los que esta variante de movilidad está más instalada y, por ende, la demanda tenderá a ser más robusta.

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