En tiempos de crisis económica internacional, los gobiernos imprimen dinero. Esto lleva a la inflación y los inversores posteriormente guardan su capital de inversión en inversiones estables a largo plazo. Históricamente, eso ha sido el oro, pero en la actual crisis económica, al oro se le ha unido otro almacén de valor a largo plazo: Bitcoin (BTC).
Hay múltiples buenas razones para ello. La Reserva Federal de los Estados Unidos está manejando la crisis de forma terrible, y ha respondido a las crecientes cifras de desempleo de la misma manera que siempre lo hace: imprimiendo dinero. El dólar ya ha perdido el 5% de su valor, y las predicciones dicen que esto es solo el comienzo. Se espera que la moneda pierda hasta un 20% en los próximos años, según los analistas de Goldman.
Junto a esta devaluación ha llegado otra amenaza para los inversores: la deflación. Con el valor de los activos en dólares cayendo rápidamente (y se piensa que lo peor que está por venir), los inversores están mirando a Bitcoin como una cobertura contra la deflación. Esta parece ser la razón principal por la que Bitcoin ha mantenido su valor, a pesar de las lamentables noticias en otras partes de la economía.
Pero, ¿están en lo cierto estos inversores? ¿Puede la moneda digital actuar como una cobertura contra la inflación del dólar? Vamos a revisarlo.
Inflación y deflación
Para los inversionistas de las monedas digitales, acostumbrados a tratar con los movimientos diarios —o incluso cada hora— del mercado, a veces puede ser fácil olvidar las tendencias a nivel macro que impulsan nuestra economía. La inflación es una de ellas, y es útil tener una definición amplia del término antes de que miremos específicamente el papel de la moneda digital para combatirla.
Esencialmente (y como se recordará de Economía 101), la inflación generalmente se produce debido a una disminución general del poder adquisitivo del dinero fiduciario. Muchas cosas pueden causar esta pérdida de poder adquisitivo: los inversores extranjeros que salen de una moneda en particular, o incluso los inversores que atacan una moneda. Sin embargo, la mayoría de las veces la inflación es el resultado de un aumento de la oferta de dinero, como cuando la Reserva Federal crea unilateralmente miles de millones de dólares y envía cheques a millones de estadounidenses, por ejemplo.
La deflación es lo opuesto. En los escenarios deflacionarios, los precios disminuyen a medida que la moneda fiduciaria aumenta de valor en relación con los diferentes bienes y servicios. Una vez más, puede haber diferentes causas para esto, pero generalmente se produce debido a políticas fiscales estrictamente controladas, o a la innovación tecnológica.
La pandemia mundial y la inflación
El punto clave de estas definiciones es que la inflación solo puede producirse en monedas fiduciarias, es decir, las que no se basan en el valor de mercado de un activo tangible, sino en gran medida en la confianza en el crecimiento del producto interno bruto. Desde el acuerdo de Bretton Woods de 1944, este último ha sido la base del valor del dólar de los Estados Unidos.
Tener una moneda fiduciaria le da a los gobiernos un grado bastante alto de libertad para imprimir dinero, y supuestamente controlar la inflación. Sin embargo, cuando la confianza en el gobierno es baja (como lo es ahora), los programas de gasto del gobierno pueden llevar a que la inflación se salga rápidamente de control. En la década de 1970, el oro tuvo un auge porque los inversores lo vieron como una cobertura contra la rápida inflación del dólar.
Esto es similar a lo que está sucediendo ahora. La pandemia global del COVID-19 ha dado lugar a una política monetaria masivamente inflacionaria y a una agresiva expansión de la oferta monetaria, mientras que los precios en ciertas áreas clave, como los alimentos básicos, siguen aumentando debido a las fluctuaciones de oferta causados por las cuarentenas en los distintos países.
En este entorno, no es sorprendente que el oro esté en auge. Después de todo, solo hay una oferta limitada de oro en la tierra, y por lo tanto su precio no puede ser fácilmente afectado por la política gubernamental. Algunas monedas digitales, sin embargo, también están en auge, aparentemente por la misma razón. Los inversores multimillonarios están, por lo tanto, comparando Bitcoin y oro.
Bitcoin: ¿Un activo deflacionario?
La razón por la que algunas formas de moneda digital pueden actuar como una medida contra la inflación es precisamente la misma razón por la que el oro puede hacerlo: hay una oferta limitada. Esto es algo que a menudo se olvida por muchos, incluso por los que están en el espacio cripto, pero vale la pena recordar que muchas criptomonedas —y más notablemente, Bitcoin— se han construido con un límite inherente.
El límite de 21 millones de Bitcoin significa que en un cierto punto, la demanda de Bitcoin debería ser mayor que la oferta de ellos, lo que significa que en términos de valor, el precio por unidad debería aumentar a medida que la oferta disminuye. Además, el hecho de que Bitcoin permita a los inversores limitar su exposición a las redes de vigilancia del gobierno significa que, en esta época de baja confianza en el gobierno, mucha gente está alejando sus inversiones del dólar estadounidense y dirigiéndolas hacia la moneda digital para evitar la inflación y las tonterías del gobierno. En otras palabras, la comparación con las inversiones en oro de las crisis anteriores parece bastante acertada.
Pero aquí está la cosa: no está completamente claro que Bitcoin sea, de hecho, un activo deflacionario. O al menos, no todavía. Aunque es técnicamente cierto que el suministro de la moneda es limitado, no estamos ni cerca de ese límite, ya que la mayoría de las estimaciones sitúan al último Bitcoin por minar en 2140. Lo que esto significa, en la práctica, es que Bitcoin será incapaz de actuar como una cobertura completamente estable contra la inflación durante al menos otros 120 años.
Flexibilidad y estabilidad
Esto podría no importar tanto, por supuesto. Una de las principales fuerzas motrices detrás del auge de Bitcoin ha sido la combinación de estabilidad (relativa) y variabilidad (relativa) que ofrece. En este contexto, es alentador que los inversores consideren ahora la criptomoneda como una cobertura estable contra un dólar estadounidense inflado, pero considerar a las criptos como un mero sustituto del oro sería no entenderlo: La moneda digital es mucho más que una simple cobertura, indicó Cointelegraph.