El Banco Central de Francia anunció que continúa experimentando el euro digital, una CDBC, es decir, una moneda criptográfica que emite un Banco Central en lugar de ser respaldada por una comunidad.
La autoridad monetaria francesa comenzó su programa experimental en 2020, que consiste en la prueba de diferentes características de una moneda digital regulada en el Viejo Continente.
Además, el país galo se está convirtiendo en uno de los principales referentes de la banca central europea en liderar una estrategia con el euro digital. Francia es uno de las economías más pujantes en el bloque, por detrás de Alemania.
El Banco Central francés implementó la primera prueba del euro digital, a través de una infraestructura blockchain en la que se experimentó la moneda digital para resolver problemas de valores financieros generados por Société Générale Forge.
Ahora, anunció la elección de ocho candidatos resultantes de las solicitudes para participar en las pruebas del euro digital, con los que estará trabajando próximamente en la realización de experimentos dentro de los siguientes meses, aseguró en un comunicado citado por Cointelegraph.
Este puñado de entidades son Accenture, Euroclear, HSBC, Iznes, Liquid Share, ProsperUS, Seba Bank y Société Générale Forge, que llegan luego de una "fuerte movilización" en torno a las solicitudes para experimentar con las monedas digitales, tanto a nivel aprendizaje, como funcionamiento y regulaciones.
Además, esta movida "atestigua el interés de los actores de las finanzas y la tecnología por este enfoque con el objetivo de explorar las posibles contribuciones de una moneda digital emitida por el banco central para mejorar el funcionamiento de los mercados financieros", destacó el Banco Central galo.
La entidad destacó que los objetivos tras los experimentos que realizará el Banco Central con estas plataformas, ayudarán a "explorar nuevos métodos de intercambio de instrumentos financieros (excluyendo criptoactivos) por dinero del banco central", mientras que también servirá para "probar la regulación en dinero digital del banco central para mejorar las condiciones para realizar pagos transfronterizos", explica la institución, quien también mencionó que las pruebas también permitirán "revisar los arreglos para poner a disposición el dinero del banco central".
No está solo
Japón es un país reconocido a nivel mundial por su rica cultura y por ser pionero en numerosos avances tecnológicos. Por ello, pocos se sorprendieron cuando trascendió en junio que tres de los mayores bancos niponeses, junto con empresas vinculadas al sector financiero, están trabajando en el desarrollo del yen digital, que combinará la moneda del país asiático con el blockchain.
La iniciativa planea desarrollar un sistema de pagos revolucionario que permitirá transacciones directas entre cuentas bancarias y una "cartera digital" de yenes, sin mediación de canales tradicionales, como una tarjeta de crédito o el dinero físico.
Para eso, utilizará la Suica, un plástico equivalente a la SUBE -de los que hay unos 80 millones de unidades en circulación en Japón– y que sirven tanto para hacer todo tipo de compras, incluso para abonar trayectos de tren o subte.
DeCurret, casa de cambio de monedas virtuales, aportará la tecnología de cadena de bloques –similar a la que usa Bitcoin– como sistema de seguridad para la futura divisa digital.
Esta iniciativa tiene raíces sólidas: el país asiático se convirtió en 2016 en uno de los primeros en establecer regulaciones para monedas digitales, que se caracterizan por carecer de un banco central y tienen en su historial varios intentos de entidad niponas para desarrollar divisas vinculadas al yen.
Así, seguiría los pasos de Suecia, cuyo banco central lanzó en febrero su E-Krona en modo de prueba piloto. Otro país que trabaja en esa dirección es China, que ya anunció su propia divisa de este tipo hace cinco años y encendió las alertas de Estados Unidos.
No sólo eso: la Casa Blanca se aterró ante la propuesta del Banco de Inglaterra de crear una moneda digital de alcance global que reemplace al dólar en el intercambio internacional para que los países puedan protegerse ante algún shock que sufra la primera economía global.
¿Y en Argentina?
Gran parte del dinero que circula en el país ya lo hace de forma electrónica, y el amplio avance de las billeteras digitales es muestra fiel de ello, aunque no es sinónimo de tener moneda ni que se esté utilizando algún tipo de blockchain.
En diálogo con iProUP, Ramiro Marra, director de Bull Market Group, sostiene que el progreso tecnológico que están atravesando en el mundo las monedas digitales es una de las revoluciones que genera mayor expectativa. Este contexto internacional, junto con la realidad del país, le dio pie al experto para vaticinar: "Lo utópico podrá ser algo posible y por eso hay que empezar a prepararse".
"El primer paso, es que el Banco Central de Argentina se modernice y empiece a trabajar hacia dónde va el mundo, más que en proyectar la impresión de billetes de 5.000 y 10.000 pesos", agrega el experto, quien pronostica que las nuevas generaciones se adaptarán muy rápido al nuevo sistema.
En la misma sintonía, el especialista en monedas digitales Fernando Quirós, analiza que las dificultades contra las que debería medirse este avance no están en el plano tecnológico, sino más bien en el ámbito social. "Son muchos los países que están tendiendo hacia el uso de una moneda digital", advierte.
Durante la gestión macrista, se presentó el proyecto del Peso
Digital ante el Banco Central
En tanto, Ignacio Carballo, director del Ecosistema de Programas Fintech en UCA, destaca a iProUP que, para que la iniciativa tenga éxito, en primer lugar se debe definir su tipo y alcance. "Primero, deberá determinarse si será de índole provincial -con incentivo local para dejar el dinero dentro de esas economías regionales, con determinados beneficios- o si será a nivel nacional", remarca.
Además, destaca la importancia de alcanzar un equilibrio entre tres factores que considera claves: privacidad, trazabilidad y anonimato.
La propuesta no es tan descabellada como se piensa, más teniendo en cuenta que Argentina es potencia en esta materia y cuenta con firmas de prestigio global. Tanto es así que algunas de ellas ya presentaron una propuesta al Banco Central durante el gobierno de Macri: crear el Peso Digital, para ahorrar los tiempos y costos logísticos que implica la circulación de dinero físico.
No sólo eso: Córdoba está analizando la posibilidad de una divisa virtual que se entregaría a los beneficiarios de planes de empleo para que compren en locales y los comercios, a su vez, abonen obligaciones impositivas provinciales.