Los datos de la economía en la Argentina y en el mundo son cada vez más catastróficos, caídas masivas de PBI, del comercio mundial, del empleo. Pero también hay contraluces profundos. Mientras el 70% del comercio minorista de la Argentina corre el riesgo del cierre definitivo, el comercio electrónico acelerará tanto su avance que este 2020 cerrará con una participación del 10%, una cifra que estimaba alcanzarse recién en 2025.
Se trata de las dos caras de una misma actividad que en la actualidad está cada vez más emparentada, inclusive desde lo institucional. La Cámara Argentina de Comercio (CAC) es la que advierte sobre el fantasma que se cierne sobre el comercio minorista si no se toman medidas que ayuden a ese sector a mantenerse en niveles mínimos de actividad. Los impulsores del comercio electrónico en la Argentina y en la región, y que trabajan junto a esta entidad, están registrando en estas últimas tres semanas más demanda que la producida en los últimos cinco años.
Internet, el comercio electrónico y las redes sociales serán la salida salvadora para el comercio minorista. Algunos se recrearán con las nuevas herramientas, otros desaparecerán o tendrán que volcarse a hacer una cosa nueva, distinta.
En el mientras tanto se necesitan medidas, claro que sí, pero los cambios que trae aparejado el aislamiento social preventivo y obligatorio como medida sanitaria en materia de hábitos de consumo se quedarán cuando la pandemia deje de apremiar del modo en que lo hace en estos días y gran parte será muy distinto a lo conocido hasta ahora.
"El comercio tradicional de la calle viene con una recesión de hace dos años y una caída de la actividad que se acumula desde hace ocho o nueve años. El sector cayó un 11% en volumen entre 2018 y 2019. Sobrevivimos por la enorme experiencia que tenemos de trabajar en crisis y de problemas estructurales recurrentes, similares a los de la industria y otros sectores. Pero ya no hay resto", dijo a iProfesional Mario Grinman, secretario de la Cámara Argentina de Comercio (CAC).
Esta falta de resto fue lo que el lunes le expusieron al presidente Alberto Fernández en un documento de cuatro hojas en el que propusieron una serie de medidas para que el comercio vaya teniendo un poco de vida a partir del inicio, el próximo lunes 13 de abril, de una cuarentena administrada que, de ninguna manera, supone una relajación total de las medidas. Ya está claro que el confinamiento se extenderá hasta el 23 de abril.
"Hay un riesgo de cierre definitivo del 70% de los comercios. Esto equivale a tres millones de asalariados. Aún cuando se pueda sobrellevar la situación, un porcentaje no lo logrará. Son los que viven del día a día a rajatabla". La estimación del dirigente es que 150.000 personas podrían quedar en la calle en poco tiempo.
Desde la CAC saben que el comercio electrónico es una salida, aunque también reconocen que no todo el comercio, por cuestiones culturales y de infraestructura, está en condiciones de avanzar rápidamente. "Es una herramienta formidable", admitió y lo ejemplifica con las cifras de crecimiento: 47% en 2018 contra 2017, y 70% en 2019 contra 2018, siendo la única actividad que se impone a la inflación, según los datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE).
Grinman sostuvo, sin embargo, que los comercios chicos son los que tienen una situación más compleja para evolucionar hacia el e-commerce aunque admitió que "se va a dar paulatinamente". Habrá que pensar en los problemas de conectividad que suelen darse lejos de las grandes urbes.
Pero el cambio que se está produciendo mientras en el mundo rige el confinamiento, con más o menos restricciones, en materia de adopción de alternativas tecnológicas y cambios de hábitos de consumo es abrupto y masivo.
"Todas las proyecciones que teníamos para que se dieran en 2025 se van a dar en 2021. El nivel de digitalización y virtualización experimentado en las últimas tres semanas no se había logrado en los últimos cinco años", explicó, por su parte, Marcos Pueyrredón, global VP de mercados hispanos de Vtex y presidente del Ecommerce Institute.
El consumidor demanda y manda
La educación se virtualizó, porque todo lo que antes se dictaba de manera presencial, se pasó a un nuevo formato que abarcó desde el jardín de infantes hasta las maestrías y posgrados. La digitalización, sin embargo, aborda a los procesos de negocios de cualquier actividad. Ambos van de la mano y hacen temblar al mundo. Ambos están cambiando al mundo.
Se trata de una transformación cultural muy agresiva y que nunca había sido vivido con tal magnitud a nivel global. En tiempos en donde retornaron los términos bélicos y al coronavirus se lo llama "el enemigo invisible", nunca en la historia de la humanidad se había dado esta situación de "guerra" de la que todos los países forman parte, todos están afectados por igual.
"Todo lo que estamos viviendo en comercio electrónico y que se va a acelerar es por la demanda del consumidor, que ya venía exigiéndolo. Las empresas no quieren el comercio electrónico y las que se volcaron fue porque advirtieron los beneficios o porque el consumidor los llevó a eso. Ahora, esto se va a potenciar por un tema de seguridad y de confianza porque el hecho de no salir tiene que ver con la responsabilidad. Y el consumidor va a exigir ese cambio", subrayó Pueyrredón.
Actualmente, el comercio electrónico representa un 2% del total del comercio minorista, de acuerdo a los datos del INDEC. Para el presidente del Ecommerce Institute "la penetración del comercio electrónico va a llegar al 10% a fin de año, y en 2021 se va a llegar al 20% en Argentina y en la región, y en los países desarrollados va a alcanzar el 30%", aseveró.
Pueyrredón apoyó sus nuevas proyecciones en datos actuales y en antecedentes históricos no muy lejanos. Por estos días, en Shangai se redujo entre un 50% y un 70% la presencia de personas en los locales comerciales, de cualqueir tipo. El distanciamiento social que deberemos incorporar en nuestras vidas, al menos hasta nuevo aviso, cambiará la forma de consumir que, definitivamente, se volcará a lo digital.
Un poco más atrás en el tiempo, Pueyrredón, quien es uno de los pioneros del comercio electrónico en la región, recordó que en 2003, cuando sucedió la pandemia del SARS, surgió Alibaba en China, hoy uno de los principales referentes de la actividad a nivel global.
¿Qué pasará con las tiendas de barrio, esas que no es tan fácil encontrar en una app de delivery, o que no tienen los niveles de conectividad que se encuentran en las grandes urbes, como bien definió Grinman de la CAC?
Pueyrredón admite lo expresado por Grinman: la infraestructura de la Argentina no está preparada, ni en materia de conectividad ni en materia de logística. Pero tampoco está preparada para la cuarentena. Nadie en el mundo lo está, aunque se está surfeando la ola, y también habrá aceleración en materia estructural.
Llegó el tiempo en que ninguno de estos temas puede continuar postergado: conectividad, infraestructura y transformación digital van de la mano. Ya no sirve la resistencia del comerciante tradicional, desconfiado de la tecnología, porque es el consumidor el que le exigirá esa evolución.
El comercio de barrio
Un informe de Tienda Nube, una plataforma para que las empresas puedan iniciarse en el comercio electrónico desde lo más básico hasta lo más sofisticado, reveló que en los primeros días de la cuarentena las ventas de sus clientes sufrieron caídas importantes. Pero a los tres días la situación dio un vuelco fenomenal.
El 20 de marzo, cuando se inició el aislamiento social preventivo y obligatorio, las ventas de sus tiendas se cayeron un 45%, pero a partir del 23 de marzo comenzaron a recuperarse y sobre el final del mes alcanzaron valores máximos, suprando el mpromedio de ventas más altos del mes. El rubro comida y bebidas fue el que descolló pues sus ventas crecieron 150 por ciento.
No sucedió lo mismo con moda, salud y belleza, hogar y juguetes, que sufrieron contracciones que fueron del 20 al 70 por ciento, aunque sobre finales de marzo, y ya conocida la fecha de la segunda fase de la cuarentena, esas caídas comenzaron a recuperarse.
Sin embargo, el retroceso más importante lo sufrieron las empresas más grandes. Las más pequeñas lo sortearon de mejor manera, impulsado por las iniciativas sociales para comprarles a los pequeños negocios, a los del barrio, a los que son netamente pymes.
Y esto es lo que subrayó Pueyrredón. "Las tiendas de barrio tienen altas chances de subirse a esta transformación porque tienen la posibilidad de desarrollar la venta social a través de herramientas como Whatsapp, las redes sociales. Porque conocen al dueño del local y porque esa persona también conoce a ese cliente. Esto se va a potenciar porque el cuidadano va a ser más solidario y más colaborativo", enfatizó.
La creación de tiendas electrónicas del rubro comidas y bebidas creció un 75% en marzo respecto de febrero, y en moda hay un 12% más de locales on line, según los datos de Tienda Nube. El rubro más catigado es el de artículos del hogar, con una caída de 63% en relación a la creación de ventanilla virtual, un reflejo adicional de lo que está pasando con ese sector en general en el país.
El mundo cambió totalmente en tres semanas. Y aunque es difícil imaginar cómo será la nueva normalidad después de la pandemia, hay indicios de que el comercio electrónico avanzará de manera mucho más acelerada, tal como cualquier otro proceso de transformación digital. Y el comercio minorista deberá apoyarse en el e-commerce para sobrevivir y, luego, crecer con salud.