Una mujer británica de 50 años de edad, Rachel Elwell, fue contactada por un hombre en un sitio de citas en enero pasado y decidió aceptar su invitación virtual.
"Su foto era linda", recordó en diálogo con la BBC. "Parecía que le gustaban las mismas cosas que a mí y sonaba como una persona abierta y genuina", continuó.
Dos meses y medio más tarde, Rachel terminó al borde de la bancarrota por haber aceptado dicha invitación y haberle dado más de 157.000 dólares a este hombre, a quien nunca llegó a conocer en persona.
Lo que le pasó a esta gerenta de exportaciones que vive en Brownhills, en el centro de Reino Unido, puede sonar disparatado es mucho más común de lo que se piensa. Elwell fue víctima de lo que se conoce como fraude romántico o estafa romántica.
Según Action Fraud, el centro nacional de denuncias de fraude de Reino Unido, ocurre cuando delincuentes engañan a las personas para que les envíen dinero, ganándose su confianza y convenciéndolas de que están en una relación genuina.
Este tipo de engaño suele realizarse mediante una forma de estafa conocida en inglés como catfishing (pesca de bagres), que es cuando alguien crea una cuenta o un perfil falso, ya sea en redes sociales o sitios de citas, con la intención de estafar o abusar de alguien.
En 2020, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos informó que "las pérdidas reportadas producto de las denominadas estafas románticas alcanzaron la cifra récord de 304 millones de dólares".
Caso Elwell
Rachel Elwell fue engañada a través de un sitio de citas
El caso de Elwell sirve para mostrar cómo una persona bien intencionada puede caer en este tipo de engaños. La mujer le contó a la BBC que el hombre que la contactó le dijo que vivía en una localidad cercana llamada Cannock, pero que tendrían que esperar unas semanas para reunirse porque él se encontraba en el exterior, realizando un proyecto de ingeniería en Ucrania.
Después de un tiempo el hombre la llamó y le dijo que las leyes en ese país habían cambiado debido a la pandemia de COVID-19 y que ahora tenía que pagar impuestos antes de comenzar el trabajo de ingeniería.
Le dijo que la obra estaba parada hasta que pagara ese dinero, y que había usado los fondos de su pensión, vendido su auto y además había acudido a prestamistas para juntar el monto reclamado.
El hombre incluso produjo una carta —y le envió a Elwell una copia— que supuestamente era del fisco ucraniano, donde le exigían pagar 160.000 dólares.
"Todo se veía muy legítimo", dice la mujer, quien "a regañadientes" aceptó enviarle 45.000 libras (unos 62.000 dólares).
Pero la cosa se puso tensa cuando el hombre la contactó para decirle que dos "matones" enviados por los prestamistas habían aparecido en su casa y lo habían encerrado en el sótano. Le dijo que los hombres reclamaban el dinero prestado y le envió fotos que supuestamente lo mostraban encerrado. Elwell decidió mandarle el dinero.
Con un engaño atrás de otro, el hombre logró quitarle 113.000 libras a Rachel.
"Cuando me dijo que su vida estaba en peligro y no supe de él, pensé que lo habían asesinado. ¿Te imaginas sentirte responsable de que alguien viva o muera?", explicó la mujer al ser consultada por qué le envió tanto dinero a una persona a la que no conocía.
El fraude no terminó allí: el hombre le dijo que tras recibir el dinero lo habían soltado, pero que no le devolverían su pasaporte hasta que pagara los intereses, así que Rachel volvió a ayudarlo.
Desengaño
Elwell le dio a un desconocido más de 113.000 libras esterlinas
El 16 de marzo, día en que el hombre supuestamente volaba de regreso a Londres, Elwell fue al aeropuerto de Heathrow a recibirlo, pero le llegó un correo electrónico de supuestos funcionarios del aeropuerto diciendo que había sido arrestado.
Cuenta que cuando se acercó a unos oficiales de la Fuerza Fronteriza para consultarles por lo que estaba ocurriendo le dijeron: "Oye, es una estafa".
Pero no fue hasta que visitó la supuesta casa del hombre para hablar con su presunta hija y mucama que finalmente cayó en cuenta de la realidad. "Ninguna de esas personas vivía en esa casa", dice. "Fue en ese momento que supe que todo era una mentira", dijo.
Un portavoz de la policía de West Midlands le dijo a la BBC: "El caso de Rachel es un excelente ejemplo de fraude romántico y muestra cuánto estos estafadores afectan la vida de las personas".
Las autoridades británicas han advertido que el fraude romántico aumentó durante la cuarentena por el coronavirus.