El lado b de la enorme digitalización de la economía que explotó en los últimos dos años es el avance de la ciberdelincuencia. Casi a la par en que crecen y se masifican los medios de pagos digitales y sus usuarios, aparecen casos de delitos financieros, que trasladaron al mundo online el antiguo "cuento del tío".
Se calcula que en Argentina, cada 10 minutos aparece un caso nuevo de ciberestafas y por mes se registran en promedio casi 5.000 fraudes virtuales. Solo de enero a marzo de este año los delitos de este tipo crecieron un 200%. Las pérdidas para personas y empresas podrían superar los $1.200 millones, sólo en el país.
Esto, sin dudas, es una preocupación compartida por todo el sistema financiero. Proveer un ecosistema más seguro, donde no haya espacio para el delito y donde se protejan los intereses de los usuarios, es clave para el crecimiento de todo el sector.
Los bancos y las fintech, que en algunos momentos de su historia pudieron tener cierta tensión en su hacer, dieron este mes un paso importantísimo.
La Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), Asociación de Bancos Públicos y Privados de la República Argentina (ABAPPRA), Asociación de la Banca Especializada (ABE), la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), y la Cámara Argentina Fintech (Cámara Fintech), firmaron un acuerdo de unión y cooperación para reforzar la seguridad de todos los usuarios del ecosistema financiero.
Conscientes de que los esfuerzos aislados de muchas compañías o sectores,que en los últimos años hicieron inversiones para mejorar su tecnología y campañas de concientización, pueden no resultar suficientes, este acuerdo refuerza la idea de que es la unión lo que fortalecerá al sector.
Proteger a los usuarios
Destaco el diálogo y el trabajo en conjunto que durante meses se dio entre entidades públicas y privadas, que fueron los pilares de este acuerdo. Por este esfuerzo compartido se podrá profundizar acciones preventivas y maximizar el control de transferencias sospechosas entre cuentas bancarias y virtuales a través de una comunicación integral entre las entidades adherentes.
Cada una de las empresas del sector puso sobre la mesa el aporte de sus especialistas en múltiples disciplinas con un objetivo común: proteger el patrimonio y la integridad de los argentinos y garantizarles experiencias seguras tanto en los canales digitales como físicos.
Este pacto apunta a impedir los delitos, pero si hubiese irregularidades también facilitará sistematizar el seguimiento de casos, la protección de los usuarios y consumidores del ecosistema financiero y la asistencia a la Justicia.
El trabajo de los ciberdelincuentes es incansable y por eso los esfuerzos de todo el sector también deben 24/7. Estamos convencidos de que este pacto es un momento bisagra en la historia del sistema financiero y un nuevo capítulo en el combate del cibercrimen.
*Por Mario López, CEO Poincenot Tech.studio